La ciudad de Valencia posee una gran oferta gastronómica; desde la cocina tradicional valenciana hasta la más innovadora. Cada vez más, los negocios buscan diferenciarse del resto y para ello priman la calidad antes que la cantidad.

Es el caso de un restaurante escondido en pleno centro de la capital que destaca por sus cócteles, mantiene abiertas sus puertas durante todo el día y es uno de los pocos establecimientos de cocina Nikkei. 

La gastronomía Nikkei surge de la fusión entre la cocina peruana y la japonesa, gracias a los hijos nacidos en el extranjero de japoneses que emigraron y se establecieron en Lima. Así, las técnicas de elaboración y corte japonesas, y el carácter de los sabores peruanos se armoniza en platos coloridos y aromas inconfundibles.

Miguel Pisano y Mariana Mercuri son dos argentinos afincados en Valencia y los propietarios de Manāw Nikkei Bar, un restaurante que lleva seis años en la ciudad y que acaba de dar un salto más: cambiar su local de ubicación a la calle San Andrés, situado justo detrás del Palacio del Marqués de Dos Aguas y contiguo a la Iglesia de San Juan de la Cruz.

Miguel Pisano era chef de cocina japonesa. En 2014 abrió The Sushi Room en el barrio Ruzafa de Valencia. Pero fue cuando, junto a Mariana Mercuri, viajó a Ibiza que descubrió la gastronomía peruana y, más tarde, a Asia donde se inspiró en nuevos sabores, que arriesgó con la apertura de Manāw Nikkei Bar en 2018.

Con el nuevo local han querido "explorar otro rumbo" y crear una atmósfera "asiática y distendida, pero de calidad". El espacio se diferencia del anterior al ser más cálido y más amplio. "Diría que es más bien un club chic, en el que se ofrecen cócteles y, al mismo tiempo, una experiencia gastronómica completa", explica Pisano a EL ESPAÑOL.

"La idea ha sido dejar de ser un local de paso, como cualquier otra franquicia, y huir de la masificación. Queremos dar una mejor oferta al cliente", asevera el propietario. Por esta razón, no aceptan comidas o cenas de grandes grupos de personas, pero sí que tienen en mente cerrar una zona exclusiva para reuniones de trabajo.

El también chef de Manāw cuenta que no hay casi oferta de cocina Nikkei en Valencia y, por tanto, hay poca competencia, mientras que calcula que hay más de 100 locales japoneses en la ciudad. Opina que la "calidad" es uno de los puntos fuertes del restaurante. El precio medio por comensal oscila entre los 60 y 80 euros.

Entre los platos más demandados, no hay uno que destaque sobre otro, ya que se suelen pedir por igual los ceviches o los nigiris, por ejemplo. También tiraditos, un chilli crab picantón y otras especialidades para compartir. 

Al fin y al cabo, la cocina fusión en cualquiera de sus elaboraciones proporciona una explosión de sensaciones en el paladar.

Si algo distingue Pisano de la nueva etapa de Manāw es la coctelería que tienen en carta, junto a la profesionalidad de los barmans que los preparan. Señala que lo que más se suele probar es el pisco sour tradicional, un cocktail peruano compuesto por pisco, zumo de lima, azúcar, clara de huevo y bitters.

"Queremos que con cada bocado a nuestra cocina Nikkei, produzca felicidad instantánea. Que se sienta la pasión y el mimo que se le pone a la comida", expresan.

Iglesia San Juan de la Cruz

Manāw colinda con la Iglesia de San Juan de la Cruz, también conocida durante mucho tiempo entre los valencianos como Iglesia Parroquial de San Andrés. Está localizada en la calle Poeta Querol y es considerada tanto Bien de Interés Cultural como Monumento Histórico Artístico Nacional.

Desde el interior del establecimiento de Miguel Pisano y Mariana Mercuri se observan paredes con restos pictóricos que parece que formaron parte de este edificio religioso. Antiguamente a los lados se abrían dos pequeñas capillas y hoy en día solo puede verse uno de sus arcosolios.

Históricamente tiene una gran importancia porque fue una de las primeras iglesias fundadas tras la reconquista de Jaime I, donde antiguamente se erigía una mezquita.

No obstante, la fecha concreta de su configuración actual se fija entre los años 1602 y 1615, con el acto simbólico de la colocación de la primera piedra realizado por el patriarca y arzobispo de Valencia Juan de Ribera.

El edificio consiste en una iglesia de una sola nave, con capillas ubicadas entre los contrafuertes y una cabecera poligonal. En la fachada principal de Iglesia de San Juan están colocados la mayoría de los elementos decorativos.