Su historia se remonta a la época medieval, cuando los monjes la preparaban con fines medicinales. Pasaron los años y se hizo tan popular que su consumo se extendió y hoy en día es una parte fundamental de la cultura valenciana.
La cazalla, cassalla en valenciano, no falta en ninguna fiesta valenciana o reunión de amigos. En casi todas las casas hay una botella metida en el congelador porque se sirve bien fría. Es una bebida espirituosa tradicional que muchos valencianos consumen antes de comer la paella o durante el tradicional esmorzaret.
Su receta ha permanecido intacta desde hace siglos. Se obtiene a partir de la destilación de los granos de anís, dando como resultado una bebida con un sabor único y prácticamente transparente.
Su graduación alcohólica oscila entre los 40 y 50 grados, por lo que es muy importante consumirla con moderación. Esta característica la convierte en una bebida muy potente y de sabor intenso, una especie de Jägermeister a la valenciana, que muchos creen que sirven para preparar el estómago antes de cualquier tipo de celebración.
Según destacan las destilerías, sus ventajas residen en que favorece la digestión, mejora el apetito y alivia los cólicos, de ahí que se tome antes de las comidas o reuniones familiares. Además de sus ventajas digestivas, la planta de anís también tiene ventajas respiratorias e incluso se toma "en proceso de gripe".
Su consumo está tan extendido entre los pueblos valencianos que hasta existen frases populares con el nombre de esta bebida. Una cassalleta i mo n'anem es una de ellas, una frase que viene a decir que de ese sitio no nos vamos y no queremos que se acabe la fiesta.
Además, el grupo valenciano La Gossa Sorda, del municipio alicantino de Pego, homenajeó en 2010 a esta bebida tan típica de la Comunitat Valenciana con su canción Cassalla Paradise.
Origen
"A pesar del cariño y admiración que le tenemos a esta bebida en la Comunitat Valenciana, el origen de este aguardiente es sevillano. Concretamente de Cazalla de la Sierra, de ahí el motivo de su nombre", explican desde Destilerías Sinc, en Alcoy.
"Durante los siglos XV y XVI, la localidad de Cazalla de la Sierra tuvo una sobre producción vinícola y con el alcohol sobrante se comenzó a fabricar la cazalla", destacan.
Este municipio sevillano está localizado en la Sierra Norte y forma parte del parque natural de la Sierra Norte de Sevilla, limitando con la comunidad autónoma de Extremadura.
La población llegó a tener en su mejor época hasta 15 destilerías dedicadas a la producción del aguardiente y se dice que fue inventada por los monjes del monasterio de la Cartuja de Sevilla
"Con el transcurso de los siglos, la popularidad de este producto se expandió por la mayoría de rincones de España y este tipo de anís seco se dio a conocer por el término cazalla, cassalla en valenciano", cuenta esta empresa valenciana de licores en su página web.
Actualmente es muy reconocida en la Comunitat Valenciana y una de las preferidas en las fiestas de Moros y Cristianos, las Fallas de Valencia, las Hogueras de Alicante o cualquier otra festividad valenciana.
No obstante, esta bebida también está muy vinculada al mundo rural y los trabajos agrícolas, sobre todo en las comarcas de La Marina Alta, La Safor, La Ribera Alta y Baixa, y La Vall D'Albaida.
Los agricultores solían consumirla para irse a trabajar al campo mezclada con agua, una forma de beber cassalla que se ha mantenido en el tiempo para reducir su alta graduación.
Destilación
La destilación de la cassalla es un proceso artesanal que ha cambiado muy poco desde su creación, pero ha sido perfeccionado a lo largo de los años.
Lo más importante es la selección de ingredientes. Para su elaboración se utilizan granos de anís que se combinan con agua y alcohol.
A continuación, los granos de anís se dejan macerar en alcohol durante un tiempo, permitiendo que los aceites esenciales y los sabores se liberen.
La mezcla macerada se coloca en un alambique, un aparato de destilación tradicional. El alambique se calienta, y el alcohol se evapora, llevando consigo los aceites esenciales del anís.
De este modo, el vapor de alcohol se condensa al pasar por un serpentín enfriado, volviendo a su estado líquido. El resultado de este líquido es la cassalla.
Feria de la Casalla
El Ayuntamiento de Real, en la provincia de Valencia, acogerá el último fin de semana del mes de octubre la primera Fira de la Cassalla.
Esta primera edición tiene como objetivo dar a conocer la importancia que tuvo el anís en este municipio valenciano. La marca de Anís Maura de Destilerías la Industrial Realense, fundada por Eduardo García y que pertenece a la familia García Agulló.
Es la más famosa de todas y lleva el apellido de Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros, entonces la denominación oficial del jefe de Gobierno español, en cinco ocasiones durante el reinado de Alfonso XIII.
Según informó el Ayuntamiento de Real en sus redes sociales, los asistentes a esta primera Fira de la Casalla podrán disfrutar de degustaciones cassaleres, un concurso para elegir la mejor casalla de 2024 y un fin de semana lleno de gastronomía variada, especialmente con les orelletes, el dulce típico de Real.
Además, el evento pretende homenajear a las más de 40 bodegas y destilerías que hubo a principios del siglo XX. Una oportunidad única para probar, pero con moderación, una excelente cassalla valenciana si todavía no la conoces.