No se puede ser de los Palestinos o de los Israelíes como se es del Madrid o del Barça. Una guerra no es un partido de futbol. No podemos tomar partido por unos o por otros y alegrarnos de las victorias de los "nuestros" como si fueran 3 puntos más para llegar a la Champions.

Es una barbaridad escuchar justificar los ataques de Hamás en territorio israelí. Hay personas muertas, inocentes asesinados, no son goles que celebrar, son vidas que llorar. Nada que haya hecho Israel sobre el pueblo palestino justifica el terrorismo que ha dado pie a esta guerra, ¡Nada!, y con ello no estoy defendiendo cómo y de qué manera se comporta Israel con Palestina.

Será casualidad que los mismos que justifican el terrorismo palestino, justifiquen también el de ETA. Será coincidencia que los que intentan vender a los palestinos como víctimas inocentes sin otra salida que matar, son también los que se van de fiesta con los terroristas vascos. Una casualidad macabra y una coincidencia cómplice.

Insisto en que no estoy defendiendo a Israel, tan solo estoy de nuevo escandalizado por la facilidad con que algunos y algunas aplauden la muerte. El partido no va Israel 0 – Palestina 1, el partido lo va ganando la barbarie por goleada.



Ucrania ya no importa, Siria dejó de hacerlo hace mucho y Birmania no sabemos ya ni en que continente está. Las guerras dejan de estar de actualidad como si fueran una serie de Netflix. Nos olvidamos de ellas con una extrema frialdad y no aprendemos absolutamente nada. Volvemos a caer en el error de alimentar el odio hasta justificar la muerte. Somos absolutamente crueles…e idiotas.



La respuesta de la Unión Europea es que Israel tiene derecho a defenderse. ¡Claro que sí! ¡Faltaría más! Ojo por ojo, diente por diente. Y como son de nuestro equipo, vayamos a ayudarles a matar palestinos, que seguro que se lo merecen. Pero mañana exijamos que los profesores enseñen a nuestros hijos, que somos personas de paz y que la violencia es mala.



No sé si me estaré haciendo viejo, pero me parece todo un sinsentido absurdo y criminal.



Nos esperan semanas de no hablar de otra cosa que no sea la nueva guerra entre Israel y Palestina. Se repetirán las imágenes que vimos antes en otras guerras descatalogadas de las parrillas televisivas. Hablaremos de ellos en los almuerzos y en las paellas de los domingos. Un nuevo déjà vu.



Me gustaría pensar que ésta será la última, pero sé que es imposible. Al menos aún puedo desahogarme un poco y criticar a los cretinos y cretinas que minimizan lo que es una guerra y que lo utilizan para tener un deleznable minuto de gloria.



Deberían poder teletransportarse, aunque fueran 5 minutos al medio de un combate, oír silbar las balas sobre sus cabezas y oler la muerte que frivolizan en sus discursos, porque igual así, podrían ser un poquito mejores personas.



Un abrazo enorme a todas las familias que sufren o han sufrido la guerra o el terrorismo.