Poco le ha durado al ministro Óscar Puente el buen pie con el que llegó a Valencia para anunciar el desbloqueo a la ampliación del Puerto. De hecho, ha sido la única buena noticia que ha traído a nuestra ciudad, todo lo demás han sido palos en las ruedas y desplantes constantes.

En los últimos meses, Óscar Puente se ha esforzado en atacar con bulos y mentiras los grandes proyectos de esta ciudad, porque no soporta que los valencianos confíen en el rigor y la gestión eficaz del gobierno de M.ª José Catalá frente a un socialismo en evidencia por proyectos chapuceros y negligentes.

El primero de ellos: la "super illa de la Petxina". Un proyecto improvisado e impuesto sin consenso ni sentido común que restringió drásticamente el estacionamiento en el barrio.

Tuvo que ser este gobierno el que escuchara el clamor vecinal que pedía reordenar el proyecto. Los vecinos reclamaban más seguridad y hacer compatible las zonas peatonales con el aparcamiento. Y eso es lo que hemos hecho.

Lejos de las soflamas y amenazas con las que nos ha obsequiado el ministro Puente, lo único que hemos hecho es crear nuevas plazas de aparcamiento sin perder espacio para el peatón, mejorar la señalética e incrementar la seguridad separando las zonas peatonales de las vías de circulación.

¿Hay algo reprochable política o jurídicamente en estas actuaciones? No, pero el ministro lleva tiempo amenazando al Ayuntamiento con sanciones e inspecciones por haber reajustado técnicamente el proyecto. Supongo que no habrá caído en que su compañero de partido y alcalde de Barcelona ha borrado de un plumazo las "supermanzanas" de Colau.

Algo parecido ha sucedido con el proyecto de Pérez Galdós, una iniciativa que ya nació sin los estudios necesarios. Importó más la foto que la seriedad y el rigor de un proyecto que el anterior gobierno mandó a las instituciones europeas incompleto.

Se olvidaron de los criterios de seguridad, no estimaron los costes de urbanización ni previeron la mejora del alcantarillado de Pérez Galdós, y eso supone un sobrecoste de casi 10 millones de euros que tampoco incluyeron en el proyecto que se envió a Europa y que hace inviable soterrar el túnel de forma inminente. A no ser, que el ministro ponga el dinero encima de la mesa, cosa que parece poco probable viniendo de un gobierno que niega la financiación justa a los valencianos y maltrata a esta ciudad cada vez que puede.

Óscar Puente, como alumno aventajado del Sanchismo, ha puesto el Ministerio de Transportes al servicio del barro y la confrontación. ¿Cómo se explica si no este ataque a la autonomía municipal y esta persecución casi enfermiza contra los valencianos? ¿Y cómo es que los requerimientos del Gobierno contra el Ayuntamiento de Valencia llevan la firma de cargos políticos de confianza y no de los técnicos del Ministerio?

La respuesta se explica con la forma que tiene Sánchez de entender la política: las instituciones como herramientas al servicio de su causa, es decir, mantenerse en el poder el mayor tiempo posible a cualquier precio y contra cualquiera que le ocurra cuestionarle.

El último agravio lo hemos vivido hace unos días, el Ministerio que dirige Puente lo ha dejado claro, los valencianos no estamos entre sus prioridades. No hay interés, ni presupuesto ni plazos para acometer las obras de soterramiento de las vías de Serrería.

Unas obras indispensables para cicatrizar el muro ferroviario que divide la ciudad en dos y que son necesarias para finalizar el Jardín del río Turia en su encuentro con el Mar.

Que quede claro: para este Ayuntamiento el soterramiento de las vías de Serrería es irrenunciable. Es más, Valencia no se va a conformar con las migajas cuando se han financiado obras similares en otras ciudades como Barcelona o Bilbao y cuando además la alcaldesa M.ª José Catalá ha manifestado su voluntad de cofinanciar el soterramiento de las vías con 10 millones de euros para acortar plazos y que no haya excusas para su ejecución.

Un suma y sigue que deja en evidencia que Óscar Puente es el elegido para activar la maquinaria del Sanchismo con el único fin de hacer oposición a M.ª José Catalá. ¿Cuánto le pesan las siglas señor Puente? ¿Acaso ya dan por amortizado al socialismo valenciano?