La mayoría de las ciudades importantes, hablamos claro está, de capitales y ciudades turísticamente punteras, cuentan con un lugar en el que todo visitantes está obligado a ver, bien por la belleza única e inaudita de su entorno, por la legendaria historia que alberga o porque en dicho lugar hay un icono que representa al país: es el caso de los relojes que coronan las plazas más populares del mundo.
Relojes altivos y desafiantes al paso del tiempo. Testigos, en muchos casos, de hechos que marcaron la historia de la ciudad en la que se asientan y, que están hoy, convertidos en verdaderos baluartes turísticos.
Puerta del Sol (Madrid)
No podíamos empezar este reportaje de otra manera, uno de los emblemas de la capital de España se encuentra vigilante y atento al tránsito de la vida diaria en el entorno de la Puerta del Sol. El reloj de la Casa de Correos fue inaugurado en 1866 por la reina Isabel II, quien agradeció eternamente al maestro relojero, José Rodríguez Losada, el acabado de su diseño.
Protagonista indiscutible cada 31 de diciembre, numerosos artistas han homenajeado al reloj en sus obras como Camilo José Cela en su novela San Camilo 1936 o el compositor Nacho Cano en su célebre canción Un año más.
Big Ben (Londres)
Si nos preguntaran cuáles son los tres iconos de la cultura inglesa y, más concretamente, de la capital, la mayoría diríamos casi en este orden los siguiente: las cabinas de teléfono, los autobuses de doble piso, y por supuesto el Big Ben.
A medida que nos vamos cruzando el London Bridge es inevitable que se nos escape un comentario tan cosmopolita como "ahí está, míralo, el Big Ben", y es que su majestuosidad irradia por las cuatro caras. Ubicado en la Torre del Palacio de Westminster, su nombre lo toma de la enorme campana que hay en el interior de la torre.
Tres son las personas que cuidan la exactitud del reloj, y tres los días a la semana que dan cuerda a la gigantesca maquinaria para que todos los ingleses se jacten de ser los más puntuales del mundo, con permiso de los suizos.
Carrillón de Marienplatz (Múnich)
Optar por ir a Múnich para ver la obra de artesanía que encierra el reloj del Ayuntamiento es desde luego una opción muy válida. Es una auténtico espectáculo observar a las 11 horas de la mañana de todos los días del año el carrillón de 43 campanas y 32 figuras a tamaño real se pone en movimiento a través de dos historias que datan del siglo XVI, especialmente bonita es la historia del matrimonio del duque Wilhelm V con Renata de Lorena que dura 15 minutos y cuyo fin está anunciado por el canto de un gallo dorado.
Al igual que ocurre en Madrid con el reloj de la Puerta del Sol, en Alemania miles de personas despiden el año brindando al compás del campaneo del Reloj Rathaus-Glockenspiel.
Reloj Astronómico (Praga)
Una obra maestra de la artesanía medieval, con estas palabras podría estar todo dicho, pero merece la pena decir algo más. Por ejemplo, que está en funcionamiento desde nada más y nada menos que el año 1490; estamos pues ante una reliquia de la tarda Edad Media.
Cuenta la leyenda, la cual alimenta y aumenta su unicidad, que a su diseñador, el relojero Jan Hanus, le quemaron los ojos para que no pudiera hacer otro reloj igual.
La particularidad de este reloj reside en un cuadrante astronómico en el que se representan las posiciones del sol y la luna, unas figuras animadas de los doce apóstoles y un calendario circular en el que se recogen los meses del año.
Torre Spasskaya (Moscú)
Un reloj muy bonito, pero con algo de trampa. El reloj que actualmente se ve en la parte alta de la Torre Spasskaya no es el original, creado en 1491 por el arquitecto italiano Pietro Antonio Solari. El actual es mucho más moderno, consta de tres plantas y diez campanas que se encargan de que todo caminante que pase por la Plaza Roja sepa qué hora es.
Lo asombroso de este reloj es el entorno en el que está expuesto, a un lado de la maravillosa Plaza Roja y en la cara oriental del Kremlin, un conjunto de tonos rojizos que se nos quedaran grabados en nuestra memoria y que nos acompañarán para siempre.
Reloj de La Meca (Arabia Saudí)
El reloj más alto del mundo y podríamos decir que el más iluminado, pues la torre principal que lo alberga cuenta con una regia iluminación gracias a los dos millones de luces LED que le dan brillo. Otro dato espectacular es que el reloj puede verse a ¡25 kilómetros de distancia!
El reloj rinde pleitesía a la religión musulmana y los millones de personas que profesan esta religión, es sin duda una obra de arte que no escatima en voluptuosidad y en ostentación.
Reloj de la Grand Central Station (NY)
Está situado en el vestíbulo principal de la Estación, sobre la caseta de información, un lugar de encuentro por excelencia en Grand Central. Su valor es de 10 millones de dolares y ello se debe sobre todo a sus cuatro esferas están elaboradas en ópalo, aparece coronado por una bellota, símbolo de la familia Vanderbilt.
Pero aunque todo esto parece sorprendente, el dato que más asombra es que es tan exacto que experimenta 1 segundo de retraso cada 1,4 millones de años.