Cincelada por los siglos, por el mar y, sobre todo por el viento, Tarifa es un destino que reúne características que colmarán las expectativas de los visitantes más exigentes y a la vez, sorprenderá a quienes elijan el destino de manera espontánea.
Este rinconcito de Cádiz lo tiene todo: playas, ruinas romanas, ruinas medievales y del renacimiento, un casco histórico acogedor y un entorno natural que servirá para relajarnos o para practicar alguna actividad relacionada con el mar, como el buceo o el kitesurf, o parajes más rocosos como la escalada o la mountain bike. Bienvenidos a la noble capital del viento.
Como hemos dicho, Tarifa ofrece al visitante un amplio abanico de posibilidades deportivas, tanto para los neófitos que se inician, como para los que quieren perfeccionar su estilo: kitesurf, surf, windsurf, SUP, inmersiones y cursos de buceo; escalada, senderismo, rutas en mountain bike y, los que disfruten más de las visitas contemplativas pueden optar por el avistamiento de aves y cetáceos, o por plácidas rutas a caballo.
La playa del windsurf
Las playas de Tarifa son uno de los máximos atractivos. Del total de sus 40 kilómetros de litoral, destacaremos sobre todo la playa de Bolonia. Esta playa salvaje de arena blanca esta considerada como el paraíso del windsurf por el fuerte viento que reina.
Protegida por la Junta de Andalucía, tiene una longitud de casi cuatro kilómetros, una anchura de 70 metros, y es una de las más visitadas durante todo el año, en gran medida gracias a sus condiciones de baño marcadas por un oleaje moderado y una brisa agradable. Pero lo más destacado con diferencia, es que al pie de esta playa se encuentran las ruinas romanas de Baelo Claudia.
Ruinas de Baelo Claudia
La ciudad de Baelo Claudia nace en el s.II a.C. en una zona altamente estratégica como lo es el estrecho. Su origen y posterior desarrollo están muy ligados al desarrollo de las industrias salazoneras y al comercio con el norte de África, siendo puerto de unión con la actual Tánger.
Baelo Claudia representa un claro referente para el conocimiento del urbanismo romano y la vida en una ciudad durante su Imperio, ya que aquí se localizan todos los elementos representativos que constituyen la esencia de una ciudad romana, es decir: el foro, los templos, la basílica, los edificios de carácter administrativo -como la curia o el archivo-, el mercado, el teatro, las termas, el barrio industrial, acueductos, la muralla completa.
Para confirmar el horario y los días de apertura, consultar www.museosdeandalucia.es.
Castillo de Guzmán el Bueno
Considerado Monumento Histórico Nacional y Bien de Interés Cultural, es más bien una fortaleza alzada en el siglo X como defensa de las tropas árabes que entraban por el norte de África. De hecho, la historia que hay detrás de este monumento adquiere tintes dramáticos y sobrecogedores porque el alcalde de esta fortaleza, don Alonso Pérez de Guzmán, negó a ceder a los musulmanes la ciudad, incluso bajo amenaza de muerte de su hijo a manos de las tropas nazaríes.
El castillo es por sí mismo un museo y en su interior destacan sus muros califales, construidos con sillares, notables pinturas murales polícromas góticas y renacentistas, la sebka o friso mudéjar con motivos geómetricos alternos de estrellas de ocho puntas y alfardones, y azulejos renacentistas.
Castillo de Santa Catalina
Continuando el camino, a unos 300 metros del Castillo de Guzmán el Bueno, llegamos al cerro de Santa Catalina, una de las dos islas que el viajero musulmán al-Idrisi mencionaba en el siglo XII. Posteriormente la arena de la playa y los sedimentos arrastrados por el arroyo que cruzaba Tarifa la unieron al continente.
Debe su actual nombre a una antigua ermita dedicada a Santa Catalina de Siena, cuyo único testimonio gráfico es el citado dibujo realizado en 1567. La ermita tenía una sola nave y una pequeña espadaña. En sus inmediaciones existió un manantial. Al ser un lugar apartado, sirvió como lazareto durante la epidemia de peste del siglo XVII.
Casco antiguo, paso a paso
Cada visitante puede perderse por las calles de la ciudad, declarada Conjunto Histórico, a sabiendas de que encontrará múltiples rincones y detalles que llamarán su atención. Salvo alguna excepción, el conjunto no ha sufrido destrozos irrecuperables y se conservan numerosas viviendas tradicionales, siempre con una estructura de zaguán de entrada y patio, alrededor del cual se organiza el espacio. En la parte alta, el principal acceso es la Puerta de Jerez y, desde ella, paralela a la muralla, discurre la hermosa calle Silos.
En la zona baja, nos llevará tiempo todo lo que hay en la calle Sancho IV el Bravo y alrededor de ella, pues en encontraremos la iglesia de San Mateo. Pero lo mejor es que el intrépido viajero descubra por sí mismo todo lo que encierra este fantástico rincón gaditano.