Considerado Patrimonio de la Humanidad en 1985, el Parque Nacional de Goreme es en realidad un museo al aire libre y es con seguridad uno de los lugares más reconocidos de la región de Capadocia.
Iglesias y edificios excavadas en la roca
El Museo al Aire Libre de Goreme se asemeja a un complejo monástico compuesto por decenas de monasterios colocados lado a lado, cada uno con su propia iglesia. Recomendamos ser el primer lugar que debe ser visitado en Capadocia, ya que esta ubicado justo al centro de la región, con fácil acceso desde todas las direcciones. A tan sólo 15 minutos a pie se puede recorrer los 1.500 metros que separan este lugar del pueblo de Goreme. El museo ofrece la mejor de las iglesias excavada en la roca, con hermosos frescos (pinturas murales), cuyos colores aún conservan la frescura original. También observaras ejemplos únicos de arquitectura rupestre y tipos de fresco.
Los asentamientos en el área comenzaron en los siglos III y IV, cuando los cristianos del período romano fundaron varios monasterios; posteriormente fueron decorados a lo largo de los siglos XI y XII con frescos y pinturas de índole religiosa. Entre las iglesias más destacadas se encuentran estas.
Iglesia de Santa Bárbara
Data del siglo XI y tiene una cúpula muy bonita que ha sido decorada con cruces y otros motivos en color rojo, pintados directamente sobre la roca. Los diseños de las paredes y el techo están formados por patrones geométricos, símbolos militares y animales mitológicos.
Iglesia Manzana
Llamada así por el huerto que había originalmente en la entrada de la iglesia y que ya no existe. Tiene hermosos frescos que datan de los siglos XI y XII que narran episodios de la Biblia y de la vida de Cristo.
Iglesia de la Serpiente
Debe su nombre al fresco que hay en una de sus paredes y que representa a San Jorge dando muerte a la serpiente. Los frescos que hay en sus paredes son muy coloridos y también datan del siglo XI.
Las Chimeneas de las Hadas
Representan uno de los paisajes más curiosos de la Capadocia, y aunque no son exclusivas de Turquía sí que resultan atractivas para los turistas, por su enormidad y por la compleja forma que adoptan algunas de ellas. Como característica común a todas ellas está la formación en la cúspide de la chimenea a modo de tejado o de capota natural. Y todo ello debido a la erosión producida por el agua y el viento.
Originariamente, estas formaciones se llamaron castillos, pero recientemente adquirieron el nombre actual sin duda mucho más llamativo para los turistas.
El pueblo de Goreme
Los primeros habitantes del lugar aprovecharon las estructuras de las chimeneas para convertirlas en la medida de lo posible en sus hogares, sus sitios de culto o incluso en lugares para guardar el ganado o animales domésticos.
El pueblo está lleno de lugares que pueden ser calificados como miradores y es que su situación en la base de un valle propicia que veamos el pueblo y las estructuras de sus alrededores con detalle.
El convento de Las Monjas, espectacular
Es una masa de roca de unos siete pisos y en ella podrás visitar a sala comedor, la cocina y algunas habitaciones del primer piso, junto con la capilla en ruinas en el segundo nivel. La iglesia en el tercer piso, a la que se puede llegar a través de un túnel, tiene una planta cruciforme, una cúpula con cuatro columnas y tres ábsides. El templo en el ábside principal es raro de encontrar en las iglesias de Goreme. Los diferentes niveles del monasterio están conectadas por túneles.