La grandes catedrales del mundo suelen ocultar curiosidades inimaginables. Una de ellas, Gloucester, construida en el Sureste de Inglaterra, esconde un detalle mundano muy singular. Un personaje que, por más de un motivo, parece encontrarse fuera de lugar. Un golfista.
La construcción de Gloucester se inicia entre los siglos XI y XII, pero es en el siglo XIV cuando se incorpora una figura que resulta excepcional. Una de sus vidrieras policromadas luce la imagen de un jugador de golf. Es la representación de este deporte, más antigua del mundo. Sin embargo, cuando los ingleses iniciaron la construcción de su templo, el golf ya se practicaba en Escocia. Su auténtico origen se localiza en Saint Andrews.
El deporte escocés
Saint Andrews es un bello enclave junto al mar, adornado con dunas y verdes praderas. Situada al este de Edimburgo se alza, desde hace nueve siglos, como “lugar de culto” para cualquier golfista que se precie; el primero del mundo en el que se tienen referencias históricas de la práctica del golf. Fue tal la popularidad de este juego que, a mediados del siglo XV, el rey Jacobo II de Escocia prohibió su práctica, para evitar la distracción de los soldados. Actualmente, Saint Andrews continúa siendo el sitio ideal para la práctica del golf.
La pequeña ciudad mantiene su aire medieval. Las ruinas, aún magníficas, de la mayor catedral de Escocia y las de su fortaleza, de túneles subterráneos y tétricos calabozos, animan al caminante a recorrer sus paisajes y acantilados. Saint Andrews es la Ciudad Universitaria que hace honor al nombre, puesto que sus Facultades se encuentran distribuidas por las calles de la población. Además de haber tenido el privilegio de formar a cinco premios Nobel, cuenta con una “real historia del corazón” puesto que fue testigo de los inicios del romance entre Kate Middleton y el príncipe Guillermo de Gales, durante sus estudios de Historia del Arte.
Pero, Saint Andrews se enorgullece de ser, sobre todo, la cuna mundial del golf. Cualquier artículo vinculado al juego puede encontrarse en los comercios que se reparten por toda la localidad. El Royal and Ancient Golf Club, el club de golf más antiguo del mundo, preside la entrada al Old Course, uno de los campos de más rancia tradición en la práctica del juego. Si ganar el Open Británico es el gran triunfo de cualquier golfista, lograrlo en Saint Andrews significa alcanzar el máximo nivel del éxito. Los mejores jugadores de la historia, como Tiger Woods o Severiano Ballesteros, lo lograron.
España, la exclusividad de un campo de golf
El calificado como “deporte de ricos”, tiene un enclave especial en España. Solo podría encontrarse en una zona exclusiva, para millonarios: Sotogrande Club Valderrama, sede de la Ryder Cup 1997. El magnífico Club de Golf se encuentra en la urbanización de Sotogrande, ubicada en la localidad gaditana de San Roque. Esta zona residencial de fama mundial, considerada el mejor resort privado de Europa, es un verdadero paraíso para los amantes de la tranquilidad, la calidad de vida y el turismo deportivo; siempre, por supuesto, que cuenten con una abultadísima cuenta bancaria.
A mediados del pasado siglo, un empresario norteamericano decidió construir el Club de Golf en la de desembocadura del río Guadiaro. Está catalogado como uno de los mejores campos de Europa, no en vano, fue diseñado por Robert Trent. El magno arquitecto mundial del golf se enorgullecía de su tarea al afirmar que “el sol nunca se pone en sus campos de golf”. Una afirmación real ya que diseñó o rediseño más de 500 en todo el mundo.
Sotogrande nacía ya con toda la exclusividad imaginable, a la que posteriormente se añadieron los apellidos de las grandes familias y su afición por algunos deportes un tanto refinados.
“Maestros” del golf
Pero, sin duda, el campo de golf más famoso del mundo se encuentra en Estados Unidos, concretamente en Georgia. El Augusta National celebra su propio campeonato, el Masters, en el que el ganador conseguirá lucir la famosa chaqueta verde.
La ciudad muestra, también, puntos de interés histórico, reflejo de los tiempos de la esclavitud y la Guerra Civil. Su Centro Cultural, Sagrado Corazón, se encuentra en el hermoso Distrito Histórico del Centro, es una iglesia católica de finales del siglo XIX reconvertida en sede cultural. Entre los atractivos de la ciudad no faltan museos, noches de música en directo y monumentos como el erigido en memoria de James Brown, el padrino del soul.
Golf de riesgo
Uno de los grandes atractivos del golf es su práctica al aire libre. Pero, si ese atractivo se ubica en Sudáfrica se convierte en mágica seducción.
Leopard Creek hechiza a los golfistas que realmente se declaran amantes de la naturaleza. Es el mejor lugar del mundo para experimentar los peligros del golf. El campo se ubica en la reserva más grande del país. Aunque la pradera está protegida, a lo largo de algunos de sus hoyos pueden contemplarse especies que pueden anular la concentración del jugador más meticuloso. Gran parte de sus lagos, pequeños arroyos y el cauce del río, conforman el hogar de cocodrilos, hipopótamos, antílopes, búfalos y jabalíes.
Fuera del campo de golf, la naturaleza es aún más turbadora en el Parque Nacional Kruger, es el más famoso por sus leones, leopardos, elefantes, búfalos y un sinfín de especies. Una abundante fauna y una flora arrebatadora se mezclan con sus asombrosos paisajes y los vestigios de culturas antiguas. Sudáfrica posee una diversidad asombrosa que no aconseja un viaje dedicado únicamente al golf. Las playas de la “nación del arco iris” son otro de sus grandes atractivos. Sin embargo, la Playa de Boulders es única, puesto que se mantiene como hogar de una colonia de 3.000 pingüinos africanos.
Golf insólito en Uummannaq
Groenlandia también se rindió a los encantos del golf. Uummannaq es un original campo de juego en pleno Círculo Polar Ártico. La experiencia de practicar el golf sobre hielo supone un reto inaudito. En esta isla de 12 kilómetros cuadrados, su montaña Hjertefjeldet “en forma de corazón”, vigila al extasiado visitante que comprueba como el día es interminable, a lo largo de los dos meses de verano. Y, a la inversa, de diciembre a febrero siempre es de noche.
Montañas altas y extraña vegetación adaptada a los severos cambios climáticos, ofrecen un duro paisaje. En el mar, las ballenas exhiben un asombroso espectáculo, sorteando glaciares e icebergs. El hielo eterno, un hermoso “hándicap” para la práctica del golf.