El Interrail es el conocido y popular pase de ferrocarril que permite viajar por Europa libremente durante un período de tiempo determinado. Durante los últimos 40 años ha sido el viaje estrella para muchos jóvenes europeos que, con pocos ingresos y pocos ahorros se cogen su mochila y hacen el recorrido por Europa en tren.
Este pase de ferrocarril incluye un total de 30 países. Los países descartados del plan son: Estonia, Letonia, Lituania, Albania, Kosovo, Bielorusia, Ucrania, Moldavia y Rusia. Hay dos tipos de billete: aquel que permite viajar por los 30 países, con diversas tarifas en función del número de días que se coja el tren, y aquel válido para un único país, excepto el de residencia.
A la hora de hacer un viaje de este tipo, se recomienda reducir al máximo posible el peso en la mochila. La comodidad y la utilidad son los valores más importantes para realizar un viaje de este tipo, por ejemplo, a la hora de elegir el equipaje porque hay que tener en cuenta que estaremos con la mochila a la espalda durante todo el viaje. También hay que pensar en la ropa más adecuada para cada ocasión ya que estaremos en ciudades y pueblos donde no se requiere una vestimenta específica, pero si se opta por visitar montañas, por ejemplo en Suiza o Austria, hay que ser precavidos en cuanto al calzado y ropa.
En función del presupuesto a disposición para el viaje se determinará dónde comer y dónde dormir. Para reducir gastos hay que buscar los alojamientos con antelación. Algunos optan por elegir los viajes en tren por las noches, así duermen en el propio tren ahorrando en alojamiento. Lo que no se puede hacer es no probar nada de la comida local: aunque queramos gastar poco dinero, es importante probar los platos más típicos del lugar. Es un viaje en el que es obligatorio empaparse de conocimientos sobre la cultura, pero también de probar la gastronomía.
Una vez vistos los parámetros básicos del viaje, hay que hablar de las rutas. Cada uno se puede organizar el viaje como quiera, pero algunas de las rutas más populares son:
La imprescindible: especialmente indicada para aquellos que no hayan viajado por Europa anteriormente pues transcurre por las ciudades más emblemáticas del continente como: Milán (Italia), Venecia (Italia), Múnich (Alemania), Viena (Austria), Budapest (Hungría), Praga (República Checa), Berlín (Alemania), Ámsterdam (Países Bajos), París (Francia) y Niza (Francia).
La greco-romana: para aquellos fascinados con la historia y la cultura de la Antigua Grecia y del Imperio Romano. Es una de las rutas más originales, más mágicas y más bellas, pero que no muchos conocen: Roma (Italia), Nápoles (Italia), Brindisi (Italia), Patras (Grecia), Corinto (Grecia), Atenas (Grecia) y Tesalónica (Grecia).
La otra Europa: un recorrido por los países nórdicos y alejado de las ciudades más emblemáticas de Europa, como París o Roma. Los países nórdicos destacan por su increíble naturaleza y belleza natural: Londres (Gran Bretaña), Ámsterdam (Países Bajos), Berlín (Alemania), Copenhague (Dinamarca), Oslo (Noruega), Estocolmo (Suecia), Helsinki (Finlandia) y Tallín (Estonia).
Balkan, Balkan: Los Balcanes son una zona del continente bastante desconocida para los turistas, pero que guarda una increíble belleza. Ha sido una zona devastada por las guerras pero aun así no ha perdido su encanto. Esta ruta de Interrail es ideal para aquellos que ya conocen el resto de Europa y quieren repetir experiencia sin salirse de Europa: Sarajevo (Bosnia), Podgorica (Montenegro), Belgrado (Serbia), Bucarest (Rumanía), Sofía (Bulgaria) y Estambul (Turquía).
Nivel experto: un recorrido que te permite visitar otras zonas del continente sin pasar por las ciudades más conocidas de cada país: Gante (Bélgica), Brujas (Bélgica), Róterdam (Países Bajos), Leipzing (Alemania), Varsovia (Polonia), Budapest (Hungría), Belgrado (Serbia), Sarajevo (Bosnia y Herzegovina), Zagreb (Croacia), Bolonia (Italia) y Lyon (Francia).
A partir de estas rutas cada viajero puede personalizarla a su gusto o incluso montar su propia ruta. Un viaje de Interrail permite conocer muchos países en un mismo viaje, conociendo diferentes culturas, gastronomías e innumerables monumentos… de un modo que resulta accesible económicamente. Por eso se trata de un viaje muy popular entre los jóvenes europeos.