Ballenas azules y ballenas jorobadas, focas, delfines y belugas... Si alguna vez visita la desembocadura de Río San Lorenzo, en Quebec (Canadá), tenga la cámara de fotos siempre preparada, aunque ninguna imagen podrá compararse con la sensación vivida.
Debido a los patrones migratorios, marcados por su alimentación, durante cinco meses al año las ballenas se instalan en esta especie de mar interior, haciendo las delicias de los visitantes. Los más valientes pueden contratar una excursión guiada en barco o kayak, que les llevará hasta escasos metros de distancia de los cetáceos. Siguiendo los consejos de los guías –no hacer ruido o movimientos bruscos, por ejemplo–, el riesgo es inexistente.
Cruceros para el avistamiento de ballenas
Muchas compañías ofrecen cruceros para la observación de ballenas. Barcos medianos o grandes que disponen de ciertas comodidades, como baños, y la posibilidad de protección en caso de mal tiempo. A bordo, tenemos la oportunidad de ver de cerca a los mamíferos e incluso a los que están más lejos.
Pero, son muchas la opciones y los más atrevidos prefieren utilizar las zodiac. Un bote inflable pequeño, rápido y ágil, puede transportar a un pequeño grupo de personas, brindando a sus ocupantes una experiencia íntima y una proximidad única a este espectáculo de la naturaleza.
También es posible conseguir transporte aéreo, como hidroaviones o helicópteros.
Pero, si la sensación de compartir el agua le parece demasiado peligrosa, y no quiere volar, no se rinda. Las ballenas se acercan a los acantilados y las costas, desde donde también es muy fácil observarlas. Es imposible adivinar cuándo saltará una de ellas fuera del agua pero, la espera merece la pena, el espectáculo es magnífico.
Ballenas y faros
El río San Lorenzo está salpicado de faros de todas las formas y tamaños, algunos tan simbólicos como los de Pinte-des-Monts en Côte-Nord y el de Pointe-au-Père en la orilla sur. Entre excursión y excursión, aproveche sus paradas para visitar alguno de los numerosos faros, la mayoría convertidos en museos, restaurantes o pequeños hoteles, en los que se esconde el auténtico patrimonio marítimo de Canadá.
Reservas de agua dulce y Parques Nacionales
En Quebec abunda el “oro azul”. La moderna denominación hace referencia a la escasez del agua dulce en el mundo e indica lo indispensable que resulta este recurso que, desde luego, no falta en Quebec.
Desde Montreal hasta Quebec, cada recodo del río ha creado espacios extraordinarios. La reserva de las biosfera de Lac-Saint-Pierre, un vasto territorio habitado por garzas y una importante parada de aves migratorias. El parque marino en el que se unen las aguas del Estuario del San Lorenzo y las del fiordo de Saguenay.
En el litoral de San Lorenzo hay espléndidos parques nacionales. El Parque Nacional de Bic (un pintoresco grupo de islotes en los que viven aves marinas y focas), Parque Nacional de Canadá de Forillon (abarca la costa abrupta y salvaje que recorrió Jacques Cartier), Parque Nacional de Miguasha (Patrimonio Mundial de la UNESCO por la riqueza de sus fósiles) y la Reserva del Parque Nacional de Archipel-de-Mingan (rosario de islas habitadas por frailecillos y donde el silencio permite escuchar la respiración de las ballenas). Lugares protegidos y espléndidos por su fauna, flora, agua, bosques y rocas esculpidas por los elementos atmosféricos.
San Lorenzo y sus islas
Situadas en medio del río o cerca de la costa, las islas de San Lorenzo son un destino turístico fascinante. A la mayoría de ellas se puede acceder en barco y son lugares que reservan agradables sorpresas para los aficionados a la historia y la naturaleza.
Se encuentra muy cerca de la ciudad de Quebec, Isla Grosse, le transportará a mediados del siglo XIX, cuando los inmigrantes irlandeses eran obligados a permanecer en cuarentena antes de entrar en el nuevo continente.
A Quebec por San Lorenzo
Navegando hacia el interior por el río San Lorenzo llegamos hasta la ciudad de Quebec. Cuna de la civilización francesa en América y única ciudad fortificada al norte de México que además figura en la prestigiosa Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1985. Su metrópoli, Montreal, es la segunda ciudad francófona del mundo y la más poblada de la provincia de Quebec. La cosmopolita Quebec, posee su Italia Chiquita, su barrio latino, su barrio chino y su barrio gay. Su arquitectura aúna modernidad norteamericana y encanto europeo.
Para más información: TOURISME QUÉBEC
Tel. 1 514 873 2015
www.bonjourquebec.com