Alcanzar Rovaniemi tiene un doble aliciente. Conseguir la hazaña de pisar el Círculo Polar Ártico y conocer al personaje más famoso de la Navidad, el auténtico Santa Claus.
Laponia es, para los finlandeses, tierra de hechizos, espíritus y chamanes. El lugar del norte, de belleza salvaje y total conexión con la naturaleza. Un mundo de auroras boreales, sol de media noche en verano, y Noche Polar en invierno. Increíbles fenómenos naturales que provocaron el nacimiento de hermosas leyendas. El mundo eligió la de Santa Claus.
Papá Noel
Nació en el paganismo del solsticio de invierno. El cristianismo vinculó su figura a la del bondadoso obispo San Nicolás, uno de los santos más venerados por los cristianos de la Edad Media. Su popularidad creció por Europa y en el siglo XVII llegó a América.
La fama de San Nicolás como distribuidor de regalos infantiles, nos recuerda la afición de aquel Obispo, del siglo IV, por repartir saquitos con monedas de oro a niños y niñas que lo necesitaban.
Santa, Santa Claus, Papá Noel, San Nicolás, y muchos otros nombres identifican a un único personaje navideño encargado de recorrer el mundo llevando obsequios a los niños. Sinter Klaas para los holandeses, San Nikolaus en alemán y los franceses adoptaron al personaje como Pere Noel o 'Padre Navidad'. Cuando la tradición alcanzó España se convirtió en, el más cercano, Papá Noel. La literatura, los dibujantes y, después, la publicidad, se encargaron de dotarle de atuendo y convertirlo en personaje mundial y emblema navideño.
La residencia oficial de Santa Claus
Rovaniemi, la capital de Laponia, es un oasis urbano en el Ártico, la ciudad natal oficial de Santa Claus. Pero, la aldea de Papá Noel, se encuentra a ocho kilómetros al norte desde el centro de la ciudad. El punto desde el que se extiende el mítico Círculo Polar Ártico que, por cierto, está señalizado y la mayoría de los visitantes decide cruzar en un trineo tirado por renos o huskies. Para inmortalizar la proeza, los coleccionistas de souvenirs pueden adquirir un documento que acredita que ha pisado suelo ártico.
Papá Noel dispone de una Oficina Central en la aldea, en la que recibe visitas. Unas misteriosas galerías llegan hasta su despacho, en el que un péndulo controla el tiempo, y no solo el de la visita. El propio Santa Claus manipula ese péndulo para poder llegar, en un sola noche, hasta los hogares de todos aquellos niños del mundo que le han enviado sus cartas. La Oficina de Correos de Papá Noel siempre está abierta y desde allí se puede enviar postales, cartas y felicitaciones que llegarán a cualquier sitio del planeta estampadas con un sello muy especial.
La aldea de Santa Claus dispone de su Museo de la Navidad, cafeterías, restaurantes y empresas que organizan excursiones, actividades y safaris en trineo, moto de nieve u otros vehículos motorizados. Y cualquier transporte sirve para llegar hasta la gruta de Papá Noel, que se encuentra a apenas tres kilómetros de la aldea y a cinco de Rovaniemi.
SantaPark
Rovaniemi es el único lugar del planeta en el que es posible cruzar el Círculo Polar Ártico bajo tierra. En la gruta de Santa Claus se accede al Ártico a cincuenta metros por debajo de la superficie terrestre. La cueva está construida en las profundidades de la colina Syväsnvaara y es el verdadero parque temático de Papá Noel.
La princesa del hielo actúa como recepcionista y se encarga de abrigar a los visitantes para protegerlos de los 4 grados bajo cero que aguardan en el interior. Tanto esculturas como el bar y sus vasos, están fabricados en hielo. Además de la galería de hielo abundan las oficinas. La Oficina de Correos de los Elfos siempre admite la ayuda de los pequeños visitantes para poder clasificar las cartas y la ingente cantidad de envíos que llegan al Círculo Polar Ártico. Y, de paso, se puede aprovechar para depositar peticiones durante el año.
Santa Claus tiene una segunda oficina en la gruta y también admite visitas.
Entrar en el mundo mágico de los Elfos permite asistir a su Escuela y aprender a ser casi invisibles. Desde algo tan “habitual” como escribir con pluma y tinta, en su Taller de Caligrafía, hasta mirar por una ventana sin ser visto o andar de puntillas en completo silencio. Unas habilidades élficas que cada Navidad ponen en práctica por muchos países.
En la gruta siempre hay actividad. Un divertido trineo recorre diferentes galerías en las que es posible descubrir las estaciones de Laponia y sus increíbles fenómenos celestes o acceder al taller en el que los elfos trabajan sin descanso. Porque en Rovaniemi todo el año es Navidad.
Más información en: infoviajes.contacto@elespanol.com