La provincia de Granada guarda importantes lugares en su territorio: tanto monumentos fruto de la obra del hombre como parajes naturales espectaculares. Pensar en Granada tiene asociada la imagen de la Alhambra de Granada, así como la propia ciudad y capital de provincia, pero más allá de ello se encuentran otros fantásticos lugares que no dejaran a nadie indiferente.
El municipio de Cuevas del Campo es uno de estos lugares granadinos sorprendentes. Debe su nombre a la costumbre de los agricultores de la zona que trabajaban el campo y se refugiaban en las cuevas para llevar a cabo su labor. Esta localidad está situada al noreste de la provincia, con los anejos de La Canada de los Morteros y La Colonia. También está dotada de una posición geográfica privilegiada por estar situada entre los parques naturales de Sierra de Baza, Sierra de Castril y las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas.
Visitar Cuevas del Campo será una experiencia donde conocer de primera mano la actividad agrícola y ganadera de la provincia. Con algo más de dos mil habitantes, estos se dedican principalmente a la agricultura, siendo el cultivo del olivo uno de los de mayor extensión de la comarca, pero la ganadería y el turismo son otras actividades con gran importancia para la economía de la zona. El sobrecogedor contraste de su paisaje combinado con unas arraigadas costumbres, calles y casas adaptadas al terreno incitan a una parada obligatoria.
Si por algo destaca la zona de Cuevas del Campo es por sus peculiares casas. Una gran cantidad de las casas están excavadas en la tierra arcillosa. Están perfectamente habitadas y muchas de ellas se dedican al turismo rural, conformando un escenario de lo más original y atípico. En la localidad se encuentra una iglesia parroquial de construcción moderna que sobresale sobre la arquitectura de la zona.
El embalse de Negratín es uno de los mayores atractivos de la población ya que en él se pueden practicar todo tipo de actividades y deportes acuáticos. Además, este lago alberga la única playa naturista del interior de la provincia de Granada. Desde el mirador del campillo se obtienen las mejores vistas del lago y del entorno.
El Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas son algunos de los que se pueden recorrer en una de las aventuras naturales más bonitas de Granada. Se trata de un gran área montañosa y uno de los principales centros hidrográficos españoles, donde nacen los ríos Guadalquivir y Segura. En este parque se encuentra el embalse de la Bolera, donde también se puede disfrutar de varios deportes náuticos y de una gran área recreativa.
Sacra Capilla del Salvador. Úbeda
Alejándose un poco, en un radio de cien kilómetros se pueden visitar otras poblaciones de interés. En Cazorla, situada entre las montañas, se encuentran varios monumentos desde los siglos XIV a XVII, como el Castillo de la Yedra, de Salvatierra o las ruinas de Santa María.
Úbeda tiene una gran importancia comercial y un patrimonio cultural que ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico. Entre sus edificaciones más notables se encuentran la Iglesia de San Pablo del siglo XIII, la Iglesia del Salvador del siglo XVI, la Iglesia de Santa María de los Reales Alcazares del siglo XIII y el Palacio del Obispo Canastero del siglo XVIII.
Por último, la ciudad de Baeza ha sido declarada Conjunto Monumental y entre sus edificios principales destacan la Catedral de Santa María, el Seminario de San Felipe, la Fuente de los Leones y la Iglesia de Santa Cruz.
Baeza.
No hay que olvidarse de la fantástica gastronomía de Granada en general y de Cuevas del Campo en particular. Esta cocina tiene mucha influencia de la tradición morisca, pero también de la castellana. Su gastronomía ofrece platos con alto poder calórico a base de legumbres, hortalizas, cereales y carnes de cerdo, cordero, conejo o pollo. El plato más popular en Cuevas del Campo son las migas, aunque también tienen especial importancia la gurupina, las gachas de maíz o los embutidos elaborados en la matanza del cerdo. El vino es una de las bebidas más destacadas de la región, así como varios licores como el chimichurri o la mistela. En cuanto a los postres, destacan los más típicos: los roscos fritos, las floretas y los paparajotes.
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