España incluye en su territorio algunos de los principales destinos de montañismo y trekking de Europa, desde las altas montañas de los pirineos hasta tranquilos valles de Andalucía u otros parajes en el interior peninsular. El trekking se ha convertido en un deporte muy popular en los últimos tiempos, ya que combina deporte con naturaleza.
A diferencia con el senderismo, requiere un mayor esfuerzo físico, ya que discurre por terrenos y rutas con mayor grado de dificultad. Eso sí, tiene la misma regla básica que el senderismo: no perturbar ni dañar la naturaleza. Asequibles para los más inexpertos, algunas de las rutas más destacadas y mejor valoradas en España, así como menos populares, serían las siguientes:
El nacimiento del río Asón en Cantabria
Se trata de una ruta muy sencilla, pero a la vez muy bonita. Se sitúa en la parte oriental de la provincia cántabra, que desde la localidad de Arredondo nos lleva por un sendero hasta el nacimiento del río Asón, donde se encuentra la cascada que lo ve nacer. En el recorrido se podrá apreciar la frondosa vegetación típica del norte de España, así como la auténtica naturaleza cántabra, además de escuchar el sonido del correr del agua del río y disfrutar de las altas montañas que flanquean el valle.
Ruta de los espejos en Salamanca
Se trata de una ruta circular en la provincia de Salamanca, concretamente en la Sierra de Francia. Al ser circular se puede comenzar en cualquiera de los tres pueblos por los que pasa: Sequeros, San Martín del Castañar y Casas del Conde. No tiene gran dificultad, pero sí hay que tener en cuenta que los tramos de cuesta son bastante abundantes durante todo el recorrido. Lo destacable de esta ruta son las estatuas, a lo largo de todo el camino por el bosque se van apareciendo diferentes esculturas, que van desde árboles tallados hasta puertas solitarias o figuras de metal representando mochuelos.
Pinsapar de Grazalema en Cádiz
Andalucía no solo es tierra de sol y playa, sino que sus montañas son un gran reclamo turístico. Uno de estos parajes montañosos es la Sierra de Grazalema, al norte de la provincia de Cádiz. En esta sierra se extienden numerosas rutas de senderismo, muchas dentro del parque natural protegido, siendo alguna de las más destacadas la ruta del Pinsapar de Grazalema, un lugar casi único en el que se puede disfrutar de uno de los dos bosques de Pinsapos que quedan en Europa. Esta ruta consta de 11 kilómetros lineales, aunque está la opción de hacerla circular, comenzando a las afueras del pueblo de Grazalema y terminando en Benamahoma.
Sendero del Deza en Pontevedra
Se trata de una ruta corta, tan solo son seis kilómetros de ida, pero recoge una gran diversidad de vistas y lugares que ha sido considerada por muchos la más destacada de Galicia. La ruta comienza disfrutando de la Catarata del Toxa, de 25 metros de salto de agua, continuando por senderos inmersos en el bosque, donde se puede respirar la naturaleza en estado puro hasta llegar a la ermita gótica de San Pedro de Ansemil y tomar un pequeño descanso en la playa fluvial de A Carixa.
Tomando la calzada medieval, pasando el Ponte do Demo, lugar de atracos, peleas y asesinatos según cuenta la leyenda, nos acercamos a San Lourenzo de Carboeiro, un cenobio benedictino fundado en el siglo X que es la mejor muestra gallega del románico ojival.
Ruta del Laberinto en Madrid
La Pedriza de Madrid es un gran batolito granítico situado en la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama y es muy conocida por sus rutas senderistas, pero también por sus famosas pozas, que en verano se vuelven muy concurridas por su encanto natural para disfrutar de un baño y alejarse del ajetreo de la capital. También son famosas sus cabras y sus vistas impresionantes, pero algo que es menos conocido, pero no por ello peor, es la ruta del Laberinto: una de las rutas más divertidas y sorprendentes de la Pedriza. Son muchos los aventureros que llegan a ella atraídos por su nombre y salen encantados: trepadas, pasos bajo la roca, momentos de pánico por las dudas de por donde seguir, los buitres que sobrevuelan el cielo y el “auténtico laberinto” donde sólo hay una entrada y una salida correctos, los demás llevan a cuevas y pasadizos sin salida.
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