En Alcalá de Henares la literatura flota en el aire y los modernos Códigos QR van desvelando su historia al visitante. Salamanca fue cuna de trovadores y sede de otra famosa universidad española. Y, en La Albufera de Valencia los paisajes novelescos son parte de su Parque Nacional.

Alcalá de Henares, ciudad de Letras

Alcalá de Henares es la ciudad de la que se enorgullecía el Arcipreste de Hita en el siglo XIII. “Mucho os saluda uno que es de Alcalá” que diría en su Libro del Buen Amor. Tres siglos después llegaría Miguel de Cervantes para darle mayor esplendor a esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad. La casa del autor del Quijote, custodiada por las esculturas de Don Quijote y Sancho, es el museo más visitado de los pueblos de la Comunidad de Madrid.

La ciudad cervantina presume de un Corral de Comedias, con su patio empedrado y los capiteles originales del foso del escenario. El paseo continúa por la Capilla del Oidor, la Catedral Magistral, las torres de la muralla medieval y, por supuesto, al eje de la vida de la ciudad, la Calle Mayor. La impresionante calle peatonal porticada, de cuatrocientos metros de largo, sigue el trazado de la calzada romana, y disfruta de una gran vitalidad entre animados bares, restaurantes y comercios.

Alcalá de Henares.

Alcalá de Henares tuvo la primera ciudad universitaria planificada del mundo, un logro del Cardenal Cisneros. La fachada plateresca del Colegio Mayor de San Ildefonso es una de las imágenes más fotografiadas de la Universidad alcalaína. Su estancia más conocida es El Paraninfo, en el que cada año se entrega el Premio Cervantes de Literatura en Lengua Castellana. Una gran sala, con un impresionante artesonado mudéjar, a la que se accede a través del pequeño jardín del Patio de los Filósofos. El Patio de Las Lenguas es otro de esos espacios de “La Complutense”, muy oportuno para recordar a uno de sus catedráticos. El autor de la primera Gramática de la Lengua Castellana llegó desde Salamanca.

Salamanca, ciudad universitaria

Antonio de Nebrija estudió y fue profesor de Retórica en la Universidad de Salamanca. Uno de los grandes intelectuales de la Universidad fundada hace más de ochocientos años, la más antigua de Europa. El edificio posee una fachada exterior de estilo plateresco, y entre sus elementos decorativos existe uno muy buscado. Una rana sentada sobre una calavera, el amuleto a localizar para aprobar los exámenes. La ciudad, situada a orillas del Tormes, nunca ha perdido su ambiente estudiantil.

Salamanca.

Miguel de Cervantes la conoció. Unamuno la vivió, y fue Catedrático y Rector de la Universidad salmantina. Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Salamanca posee un impresionante patrimonio arquitectónico. La Casa de las Conchas, un sorprendente palacio señorial del siglo XV, exhibe más de trescientas conchas en su fachada y la leyenda afirma que debajo de una de ellas se esconden las joyas de los antiguos propietarios. Las dos catedrales de la ciudad están comunicadas por el interior, y esto no es leyenda.

La Casa Lis, un palacete modernista con galerías de cristal y hierro, aloja el Museo de Art Nouveau y Art Déco. La ciudad de palacios, iglesias y conventos, esconde también un pequeño jardín, el Huerto de Calixto y Melibea, el escenario amoroso de los protagonistas de La Celestina. Hermosas construcciones se superponen a las arcadas del corazón del Casco Antiguo. La Plaza Mayor rebosa ambiente en sus terrazas y bares, en los que se mezclan estudiantes, locales y visitantes.

La Albufera de Valencia

A tan solo diez kilómetros de Valencia, el espacio que los árabes llamaron Al-Buhayra, el pequeño mar, es conocido ahora como el Parc Natural de l´Albufera. La Laguna de La Albufera está rodeada de arrozales. Sus miradores ofrecen un espectáculo singular de hermosos amaneceres y atardeceres. La Devesa del Saler separa la Albufera del mar Mediterráneo y es un excelente lugar para realizar senderismo, observar dunas fijas y móviles y acercarse a la famosa Playa del Saler. Rodeada de pinares y protegida de los vientos de poniente por su cordón de dunas, resulta ideal para practicar deportes como el windsurf.

La Albufera se hizo célebre gracias a un valenciano universal, Vicente Blasco Ibáñez. Periodista, político y escritor, reflejó en su novela Cañas y barro la dura vida de los pescadores de la Albufera valenciana en los comienzos del siglo XX. Su obra mostró al mundo la existencia de uno de los mayores lagos de Europa, con un estilo de vida propio, en el que la pesca y el cultivo de arroz eran las bases de la supervivencia.

La Albufera.

Actualmente, La Albufera es un hermoso Parque Natural de alto valor ecológico. En sus aguas habitan especies de aves y peces en peligro de extinción y posee zonas catalogadas como pequeñas reservas de flora y fauna.

El pueblo en el que se desarrolla la novela es la localidad más conocida del Parque Natural y el lugar de partida de los paseos en barca, la isla de El Palmar. “La barraca del tío Paloma se alzaba a un extremo del Palmar”. Rodeado de agua y canales, el pueblo de pescadores está situado en el centro de la Albufera. Aún permanece en pie alguna “barraca”, las pequeñas casas de labor levantadas con adobes y tejado puntiagudo de cañas. La “Barraca de les Arandes” aloja la sede de la Comunidad de Pescadores. La Plaza de la Sequiota está repleta de restaurantes y terrazas para tomar un aperitivo antes de degustar una auténtica paella.

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