Lugano es la ciudad más grande de la región de Tesino, el tercer centro financiero en importancia en Suiza y, también, una ciudad que destaca por sus parques y flores, villas y edificios religiosos. No es una de las ciudades más conocidas de Suiza y Europa en cuanto a turismo, pero sorprende por su clima, su belleza natural y su estilo de vida suizo.

Se encuentra en la orilla norte del lago de Lugano y está rodeada por varias montañas, lo que crea un escenario perfecto para admirar las maravillosas vistas. Está situada a 273 metros de altitud sobre el nivel del mar y muy cerca de la frontera con Italia. Los principales lugares de interés de la ciudad se encuentran en su casco histórico, aunque también destaca por las rutas que hay en sus alrededores, ofreciendo paisajes naturales de ensueño.

La Piazza della Riforma recoge en general la esencia de Lugano. Destaca por ser un lugar elegante, animado y concurrido. Está flanqueada por edificios de estilo renacentista con una clara inspiración italiana. Su encanto se ve pronunciado por las arcadas de uno de sus lados y también es un buen lugar para descansar en una de sus terrazas.

La vía Nassa y la vía Pelissa son las calles comerciales de la ciudad, aunque difieren mucho la una de la otra. La primera es la expresión máxima de la esencia suiza con sus tiendas de lujo entabladas en la calle con arcadas, en cambio, la segunda es más mundana, más asequible a todos los bolsillos con sus tiendas de alimentos, puestos de fruta y otras tiendas.

En uno de los puntos más elevados de Lugano se encuentra la Catedral de San Lorenzo, uno de los lugares imprescindibles que visitar. Destaca por su estilizado campanario que recuerda a Lombardía o el Piemonte en vez de a Suiza. Es una construcción del siglo XIV declarada Bien de Interés Cultural y desde su mirador se ofrecen unas estupendas vistas de la ciudad, del lago y de las montañas. Otro templo religioso que hay que visitar es la Iglesia de Santa María de los Ángeles, en la Piazza Bernardino Luini, que, aunque su exterior no llama mucho la atención, en su interior se conservan interesantes pinturas de Bernadino Luini. Es importante no perderse el fresco de la ‘Última cena’.

Para muchos el parque Cívico Ciani es el más bonito de todo el país. Está lleno de plantas subtropicales y parterres con flores de todos los colones y uno de sus elementos más característicos es su famosa puerta y verja con el lago y el Monte San Salvatore de fondo. Es un lugar ideal para pasear y disfrutar de la naturaleza. Para llegar al Monte San Salvatore se puede coger un funicular que sale desde el barrio de Paradiso. En la cima hay una pequeña iglesia y desde ahí se ofrecen unas vistas panorámicas 360 grados espectaculares: el lago, el Monte Brè, los Alpes del Valais y el golfo de Lugano. Para ver desde las alturas la bahía de la ciudad hay otro funicular que asciende hasta el Monte Brè, desde donde también se puede apreciar el Monte San Salvatore.

Además del gran potencial natural y patrimonial, Lugano también cuenta con importantes e interesantes museos, como el Museo de Aduanas de Suiza, el Museo del Arte y la Cultura y el Museo de Historia Natural.

En las afueras de Lugano se encuentra la Villa Favorita, residencia durante 80 años de los barones Thyssen-Birnemisza. Tiene más de 35.000 metros cuadrados y sus jardines son impresionantes. En Lugano también es posible hacer una excursión en barco por el lago del mismo nombre. Será a través de esta donde se disfrutará de todo el entorno que la rodea desde las aguas del lago. No solo se llegará a las estaciones de funiculares del Monte San Salvatore y del Monte Brè, ya que también se llegará a Melide, donde está ubicada la Suiza en miniatura, además de a dos de los pueblos más bonitos del país: Gandria y Morcote.

Gandria es la encarnación del típico pueblo pesquero en el lago y Morcote destaca por sus casas patricias y la iglesia de Santa María del Sasso, una obra renacentista con un campanario románico tardío y unas vistas espectaculares.

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