La noche más mágica de todo el año es, sin duda, la noche de Reyes, también es la más esperada y la que más ilusiones levanta. Los Reyes Magos llegan a nuestros hogares en la noche del 5 al 6 de enero desde Oriente cargados con sus regalos, una tradición que se remonta a tiempos inmemorables, cuando se dirigieron a Belén para llevar oro, incienso y mirra al Niño Jesús.
Melchor, Gaspar y Baltasar viajaron miles de kilómetros para adorar al recién nacido, por ello, estas tres figuras no faltan en ningún portal de Belén. Pero, ¿cuál es el origen de los Reyes Magos y qué ruta siguieron en su viaje a Belén? En el Evangelio de San Mateo se menciona a unos “magos”, de quienes no se dan nombres ni se dice que fueran reyes. Este relato cuenta que unos magos llegados de Oriente fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que acababa de nacer.
Al transcender esta noticia, el por entonces rey de Judea, Herodes el Grande, los mandó llamar para interrogarlos y les hizo prometer que una vez encontraran al pequeño se lo comunicaran para poder adorarlo él también. Tras salir del palacio, los tres magos fueron guiados por una estrella para llegar al lugar donde estaba el niño, en un establo en Belén, junto a María y José. Una vez descubierto el lugar, se toparon con un ángel que les informó de que no volvieran al palacio de Herodes, porque lo único que éste quería era acabar con la vida del niño Jesús.
Vidriera que representa la adoración de Jesús.
En los evangelios hay muy pocos datos sobre los Reyes Magos, aunque la historia sobre los ‘Magos de Oriente’ aparece definida en los Evangelios Apócrifos, donde se describe detalladamente a estos personajes. Pero, tal como los conocemos hoy, se debe a una larga tradición medieval que nace a raíz de una de las piezas más excepcionales de la literatura española del siglo XII, el Auto de los Reyes Magos. En este escrito, Melchor, Gaspar y Baltasar no aparecen definidos como reyes, sino como astrólogos.
En cuanto a la ruta que podrían haber seguir los Reyes Magos para llegar al establo de Belén no hay unanimidad de versiones. Se cree que una de las rutas que pudieron seguir era la Ruta del Incienso que unía Egipto con la India atravesando la Península Arábiga. Los tres personajes habrían partido de la ciudad de Hadramut, lo que hoy es Yemen, para iniciar recorrido hacia Belén de Judea cruzando la Península Arábiga.
Otras teorías señalan a Persépolis, lo que hoy es Irán, como el punto de partida del recorrido para adorar a Jesús. De partir de este lugar, habrían cruzado Irak, Siria, Líbano y Palestina en un largo trayecto de 2.000 kilómetros.
Pero las teorías no se quedan ahí, otros creen que su origen se situaba en la antigua Babilonia y que a lo largo del recorrido habrían tenido que cruzar las ciudades de Damasco, Amán y Jerusalén.
Imagen panorámica de Jerusalén.
La incógnita y la majestuosidad del viaje que habrían realizado los Reyes es tal que en el año 2000 un grupo de 60 expedicionarios de diferentes religiones recrearon el posible itinerario que habrían seguido los Reyes de Oriente. Su largo viaje a camello alcanzó los 1.600 kilómetros y los 83 días de duración al atravesar Irak, Siria, Jordania y Cisjordania.
La festividad del día de Reyes viene vincula a un gran número de tradiciones, siendo la más popular la Cabalgata del día 5 de enero, evento que sirve como antesala de la gran magia de la noche. Otra costumbre es dejar antes de ir a dormir unos zapatos de cada miembro de la familia en el balcón u otros puntos del hogar para que sus Majestades depositen sus regalos. Son muchos los niños que dejan también un vaso de agua o leche para que los camellos puedan beber, así como unas galletas u otras pastas para los Reyes.
Para festejar el día más mágico del año no se deja de degustar el dulce por excelencia: el roscón de Reyes. Este dulce viene acompañado de una corona de rey que será otorgada al afortunado que encuentre la figurita escondida dentro del roscón. En cambio, aquel que encuentre el haba tendrá que pagar el precio del dulce.
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