Las auroras boreales se producen al colisionar partículas de alta carga eléctrica procedentes del sol que penetran en la atmósfera terrestre. También suponen uno de los fenómenos naturales más fantásticos y mágicos que se conocen, por eso son muchos los viajeros que buscan disfrutar en primera persona de estos espectáculos luminosos.
Aparecen por la noche, cuando el cielo está oscuro y se inundan de una paleta de colores formada por el verde, el rosa y el morado. Estos fenómenos se producen en los extremos más gélidos del mundo: en el Polo Norte y en el Sur, conociéndose en este último como aurora austral. La mejor época para verlo es entre noviembre y enero, aunque se producen entre los meses de septiembre y marzo. El destino más popular en lo que a la aurora boreal se refiere es Noruega, pero existen otros buenos puntos para disfrutar de ellas.
Las Islas Svalbard se encuentran en el Océano Ártico, a medio camino entre Noruega y el Polo Norte. En ellas se puede disfrutar de la naturaleza más virgen y una fauna única de este gélido clima, como osos polares. Durante la primavera y hasta el otoño, los días son eternos, ya que hay sol en la medianoche. Pero la noche polar típica desde noviembre a febrero, en la que no hay luz diurna en Longyearbyen, el mayor asentamiento de las islas, lo convierten en uno de los mejores lugares para disfrutar de la magia de las auroras boreales. Svalbard es un sitio único en el planeta ya que es el único lugar en el que se puede ver la aurora boreal en horas diurnas.
La meseta montañosa que termina con un acantilado de 307 metros de altura en el Cabo Norte, otro de los lugares más emblemáticos para disfrutar de la aurora boreal. La meseta es la principal atracción de la zona, pero también destacan las actividades y rutas que se pueden hacer, como recorrer en moto de nieve los blancos paisajes invernales, pescar en hielo y buscar el mejor escenario donde ver la aurora boreal con raquetas de nieve.
Varanger se encuentra en el epicentro del llamado Óvalo de las auroras boreales. Allí se combina la taiga, la tundra y el litoral ártico y se podrá disfrutar del espectáculo de luces a unos pasos del alojamiento, aunque se puede optar por divisarlas en moto de nieve, dando un paseo con raquetas de nieve o en barco.
La bulliciosa ciudad de Tromsø al norte de Noruega es conocida por ser uno de los miradores más visitados de las coloridas luces de la aurora boreal. Es la ciudad más grande del norte del país y está situada entre los fiordos, los picos montañosos y varias islas. Las escarpadas montañas y los hermosos fiordos noruegos están tan cerca de la ciudad que desde las calles principales se pueden apreciar. Además de contemplar el espectáculo de la aurora boreal, se puede dar un paseo en trineo con perros, avistamiento de ballenas, rutas con raquetas de nieve o ver renos y huskys en plena naturaleza.
Dejando un poco de lado a Noruega, otro buen lugar para disfrutar de este espectáculo natural es: Islandia. Pegada al Círculo Polar Ártico y con una gran actividad volcánica, es uno de los mejores lugares del mundo para ver las auroras boreales gracias a la latitud y la longitud del país. El mejor lugar para verlas es cerca de las costas entre los meses de septiembre y abril.
En el continente americano destacan varios lugares: Fairbanks, en Alaska. Esta ciudad está ubicada dos grados debajo del Ártico y cerca del Parque Nacional Denali y es el punto del país donde mejor se puede disfrutar de la aurora boreal. El otro es Yellowknife, en Canadá: es la capital de los Territorios del Noroeste canadiense y cuenta con todo un importante sector turístico atraído por el fenómeno de las luces.
Finalmente, en el Hemisferio Sur también se pueden apreciar estos espectáculos naturales, pero aquí reciben el nombre de auroras australes. Los más maravillosos se originan en el sur de Tasmania, en el sur de Australia y en Nueva Zelanda entre los meses de marzo y septiembre. También se pueden ver en la Islas Maldivas en los meses de abril y agosto, o en Ushuaia, Argentina, la capital de la provincia de Tierra del Fuego. Es la ciudad más austral del mundo, pero las condiciones climatológicas pueden reducir las oportunidades para disfrutar del fenómeno.
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