Navidad es una de las mejores épocas para viajar, ya que conoces las ciudades y los pueblos con un ambiente muy distinto, con la magia típica de esta época. Además de los gigantescos árboles, el alumbrado navideño, los adornos por doquier y los mercadillos, otro elemento fundamental en esta festividad es el portal de Belén.

A lo largo y ancho de España se pueden encontrar infinidad de portales de Belén, cada uno con sus características peculiares que le otorgan a muchos la distinción y la originalidad. Los hay vivientes, compuestos por hombres y animales reales, los hay de arena o de chocolate y los hay también gigantes. Por eso, a continuación se ofrece una lista de algunos de los portales de Belén más originales del panorama nacional que puedes aprovechar para visitar en esta Navidad.

Belén viviente de Buitrago de Lozoya, en Madrid

A menos de una hora de Madrid capital se encuentra este precioso pueblo. Uno de sus sitios imprescindibles que ver es el Castillo de los Mendoza, una construcción defensiva con origen situado entre los siglos XIV y XV. Fue residencia del Marqués de Santillana y tuvo visitantes tan ilustres como Juana la Beltraneja o Felipe III. Entre su patrimonio se encuentran otros importantes monumentos, como la iglesia de Santa María del Castillo, los arcos de las nieves o las murallas defensivas.

Pero un elemento que destaca durante la Navidad es su belén, con más de 30 años de historia, y en el que participan los vecinos del pueblo. En este belén viviente se representan 39 escenas bíblicas en un recorrido de 1.300 metros, incluyendo en el castillo.

Belén de chocolate de Rute, en Córdoba

Este pueblo cordobés parece haber sido sacado del realismo mágico de una novela. Se encuentra a 600 metros sobre el nivel del mar y en pleno Parque Natural de las Sierras Subbéticas. En Navidad sorprende su Belén construido por Galleros Artesanos a base de chocolate. Se lleva construyendo desde hace más de 90 años y para hacerlo se emplean alrededor de 1.500 kilos de chocolate.

Belén de arena Las Palmas, en Gran Canaria

La playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria lleva dando la bienvenida a la Navidad más de quince años con su Belén hecho a base de arena. Con la arena se construyen diferentes escenas del nacimiento con esculturas modeladas con más de 2000 toneladas de arena y agua. Las figuras destacan por su gran tamaño y por la minuciosidad de sus detalles.

Una visita a este Belén es una buena oportunidad para conocer la isla de Gran Canaria, que combina la belleza de la costa, con sus playas y su buen tiempo, típico de Canarias, con las montañas y los paisajes de interior del centro de la isla, donde destaca el Roque Nublo.

Gigantesco Belén de Jerez de los Caballeros, en Badajoz

Esta localidad pacense tiene también un rico patrimonio, entre el que resalta su castillo templario o las torres que destacan en el horizonte de las casas bajas, que son las de las cuatro iglesias que se encuentran en Jerez de los Caballeros. En Navidad alberga un belén gigante, que ocupa una superficie de 610 metros cuadrados. Destaca porque ninguna de sus figuras supera los 21 centímetros. En otras ediciones, para visitarlo había que pedir cita en función de unos horarios concretos.

Belén de reciclaje de Beleña, en Salamanca

En esta localidad se instalan hasta nueve belenes de materiales reciclados. Para ello se usan palés de manera para armar la estructura del portal y el resto de materiales son, por ejemplo, aislantes, neumáticos y cualquier otro objeto que pueda ser válido para dar vida a composiciones artísticas de gran originalidad, siempre con la temática religiosa de esta época.

Belén más grande del mundo, en Alicante

En Alicante se encuentra el belén más grande del mundo, que es realizado por los artesanos que hacen los ninots en las Hogueras de San Juan. Está compuesto por las figuras de Jesús, María y José, pero con más de 19 metros de altura cada una. Esto le ha llevado a entrar en el Libro Guinness de los Récords, desbancando a uno de Monterrey, en México.

Viajar a Alicante en Navidad puede ser una buena ocasión para conocer la ciudad, pero también alejarse a sus alrededores y visitar pueblos tan mágicos como Altea, con un bonito alumbrado navideño que se funde entre sus casas blancas y sus calles empedradas.

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