Asturias es una comunidad que destaca por sus paisajes naturales, con lugares abiertos en los que las diferentes tonalidades del verde son los protagonistas. Pero también están sus azules, dentro de su costa bañada por el mar Cantábrico. En medio de su territorio destacan los pequeños y pintorescos pueblos, tanto de interior como litorales. Pero también están sus ciudades, entre las que resaltan Oviedo y Gijón.

En esta tierra es donde se entregan cada año los Premios Princesa de Asturias, una ceremonia de gran prestigio. Pero más allá de sus dos grandes ciudades, Asturias encierra un tesoro que cada año es distinguido por su singularidad y valores naturales. 

Obviamente hay que partir de Oviedo, la capital del Principado de Asturias. Sin duda, el lugar en el que se debe iniciar el recorrido por esta ciudad es la plaza de la Catedral de Oviedo, un espacio que deja sin aliento a los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela y a los locales y turistas que llegan a la ciudad. Tiene una preciosa fachada y está rodeada por varios emblemas, como la estatua de Don Pelayo o la de La Regenta. En su interior también esconde diversos secretos, como la Cámara Santa, donde se conservan reliquias y la Cruz de la Victoria.

La monumental Universidad de Oviedo E.E.

Pero en la capital asturiana también resaltan otros lugares, como la calle de la Rúa, donde se debe dar un paseo para conocer su esencia, el Museo de Bellas Artes de Asturias, el Palacio de la Rúa, la Plaza del Ayuntamiento o la Plaza de la Constitución.

Por su parte, Gijón también es una ciudad que requiere una visita si viajas a Asturias. Su imagen más conocida es la que se ofrece de la playa de San Lorenzo, famosa por sus olas, su paseo y los surfistas que la llenan a primera hora de la mañana. En esta ciudad hay que visitar también la Plaza Mayor, el Palacio de Revillagigedo, el puerto deportivo, el barrio de Cimavilla o el cerro de Santa Catalina.

Gijón, al final de su playa de San Lorenzo E.E.

Los pueblos ejemplares de Asturias

La Fundación Princesa de Asturias concede cada año un premio al pueblo, aldea, núcleo de población, espacio paisajístico o grupo humano del Principado de Asturias que haya destacado por su labor notable en la defensa y la conservación de su entorno natural, ambiental, de su patrimonio histórico, cultural o artístico o, también, en la realización de obras comunales u otras actividades de solidaridad sobresalientes. El Español desgrana los pueblos, omarcas y espacios de interes distinguidos este 2022 comno inprenscindibles para el viajero.

La Iglesia de San Pedro Apóstol del Gijón, al borde del mar. E.E.

Somao

El galardon al pueblo asturiano se lleva entregando desde 1990 y ya son treinta y uno los que lo han recibido. Este año lo ha recibido sido Somao, en el concejo de Pravia. Se trata de un exótico y colorista pueblo, donde se combinan la poderosa arquitectura indiana con la tradicional asturiana. Entre sus suaves colinas y los verdes prados, los hórreos y las paneras se dan paso entre las edificaciones indianas, los palacetes y el panteón modernista.

El origen de las pintorescas construcciones de Somao se remonta a principios del siglo XX, cuando los paisanos que habían emigrado a Cuba vuelven a su tierra cargados de fortuna y construyen sus palacetes al más estilo colonial. En la parte alta del pueblo se alza El Noceo. Es el nombre de una de sus casas más representativas por su color rosa, sus galerías acristaladas y sus miradores, y que que todavía está habitada por descendientes de José Menéndez Viñal, uno de los emigrantes de Cuba que en su regreso reformó la vivienda.

Otra construcción destacable es La Casona, protegida por una secuoya gigante, o la impresionante Capilla-Panteón, con un marcado estilo modernista y una llamativa cúpula azul. Es uno de los enclaves más emblemáticos de Somao y se alza como una joya de la arquitectura funeraria de principios del siglo XX.

No hay que olvidar la Villa Radis, una preciosa mansión de planta cuadrada con torre y fachada recubierta de azulejo amarillo y detalles granates. Son muchas las casas que merecen ser contempladas.

Sobre los miradores que se encuentran en la zona y son magníficos para apreciar la belleza del paisaje, destacan el mirador de Monetaguado, desde donde se aprecia la desembocadura del Nalón en el mar Cantábrico, y el mirador de la Peñona, en las faldas de La Peñona con vistas panorámicas al mar y la costa.

Asiegu

Esta sencilla aldea asturiana, ubicada entre la sierra del Cuera y los Picos de Europa, en el concejo de Cabrales, se hizo con el galardón de Pueblo Ejemplar de Asturias en 2019. Hay miradores, caminos, casas tradicionales y  bancos panorámicos que recrean un escenario espectacular para pasear y conocer las entrañas de esta preciosa aldea. También es una fantástica opción para conocer sus montañosos alrededores.

Mual

En Cangas del Narcea, flanqueado por montañas y bosques y con el rumor del río Muniellos como telón de fondo se sitúa Mual. El pueblo fue galardonado en 2018. Es tierra de ganadería por excelencia, aunque antaño minera. En ella  también se pueden contemplar los cortinos, esas construcciones circulares para proteger las colmenas de los osos, y se puede disfrutar de unos bonitos paseos por sus bosques, el hábitat puro y libre del oso pardo cantábrico.

Poreñu

Esta pequeña localidad cerca de Villaviciosa consiguió la distinción en 2017 y es un paraíso verde, donde los pomares y las manzanas son los protagonistas y brindan al ambiente de frescor, pureza, olor y sabor. Su entramado rural sorprende con sus antiguos corredores, sus ancestrales caserías con secretos de hace siglos y sus peculiares caleyas, que permiten disfrutar de una fantástico y relajante paseo.

Comarca de los Oscos

Fue premiada en 2016 y se levanta como un lugar repleto de ríos y cascadas, bellas aldeas, frondosos bosques y unas rutas senderistas que deslumbran a todo el que las recorre. Fue reconocido como Reserva de la Biosfera por la Unesco y en ella destacan municipios como Santa Eulalia de Oscos, San Martín de Oscos y Villanueva de Oscos.

Colombres

Es la capital del concejo de Ribadedeva y en sus 35 kilómetros cuadrados de extensión se concentran esencias históricas del oriente asturiano, como arte parietal o el legado arquitectónico indiano. Esta localidad, premiada en 2015, es una buena muestra de la arquitectura indiana que fomentaron los paisanos que emigraron a Cuba. Además de ver las casas al más estilo colonial hay que apreciar la plaza del Ayuntamiento, la Iglesia de Santa María de la Asunción o el Museo de la Emigración.

Boal

Boal se alzó como ganador del premio de la Fundación Princesa de Asturias en 2014. Es un lugar repleto de contrastes, con túmulos y dólmenes, cuevas y castros, casas de los indianos y un caudaloso río, el Navia.

Desde su entramado se ofrecen espectaculares vistas de la Sierra de Penouta y la Bobia, y unas rutas de senderismo espectaculares. Una de sus señas de identidad es la apicultura, que adquiere especial protagonismo en la feria de la miel que se celebra a finales del mes de octubre.

Para anotar

Desde 1990, los demás lugares que han recibido el premio de la Princesa de Asturias son los siguientes: San Esteban de Cuñaba, Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa, Soto de Luiña y Novellana, Comunidad Vecinal de Grandas de Salime, Pastores de los Picos de Europa, Puerto de Vega, Comunidad Vecinal de Nava, Castropol, Xomezana y Valle del Huerna, Comunidad Vecinal y Educativa de Ibias, Tuña, Valle y Parroquia de Paredes, Hermandad de La Pobre y la Comunidad Vecinal de la Foz de Morcín, Navelgas, Villar de Vildas, Porrúa, Comunidad Vecinal de Sariego, La Sociedad Humanitarios de San Martín y el Pueblo de Moreda, Torazu, Comunidad Vecinal de Sobrescobio, Lastres, Comunidad Vecinal de San Tirso de Abres, Bueño y Comunidad Vecinal de Teverga.

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