Salzburgo es uno de los principales destinos turísticos de Austria, destino potenciado por su identificación con Mozart y con los festivales. Esta ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en parte gracias a su gran y singular legado artístico y arquitectónico de los Príncipe-arzobispos. Rodeada de los picos de las montañas de los Alpes, es la cuarta ciudad más poblada de Austria y presume por encima de todo de ser el lugar de nacimiento del famoso compositor Mozart.
También acoge numerosos acontecimientos culturales que rinden homenaje a su legado, como por ejemplo las exposiciones sobre la vida y las obras de los Príncipe-arzobispos, que ofrece el barrio museístico DomQuartier Salzburg, o los reconocidos festivales de música, como es el Gran Festival de Salzburgo. No obstante, su potencial turístico está reforzado por sus increíbles monumentos y rincones de ensueño. A continuación, se ofrece una pequeña selección de los mejores lugares que visitar en esta bonita ciudad austriaca.
No se puede empezar a hablar de Salzburgo sin nombrar a su personaje más ilustre. Wolfgang Amadeus Mozart nació en esta ciudad y en el número 9 de la calle Getreidegasse vivió él y su familia al menos durante 30 años. Actualmente se ha reconvertido en un museo y cuenta con una interesante exposición sobre su vida y obra para aprender todo sobre este reconocido músico austriaco. No obstante, a lo largo y ancho de toda la ciudad se encuentran otros monumentos y espacios dedicados a él.
Entre los espacios religiosos que más sorprenden en Salzburgo es su catedral, un templo barroco que data del siglo XVII, aunque sobre este mismo terreno han existido otras construcciones religiosas desde al menos el siglo VIII. En ella destacan, sobre todo, sus dos torreones simétricos con cúpulas de color verde, y en su interior no hay que dejar de ver las ornamentaciones de los techos y la nave central.
En lo alto de la colina de Festungsberg se alza otro elemento característico de la ciudad: la fortaleza de Hohonsalzburg. Se construyó en 1077 y desde entonces ha sufrido diferentes ampliaciones y renovaciones que le han otorgado su actual aspecto y la han convertido en uno de los castillos medievales más grandes de Europa, siendo uno de los mejor conservados. Entre las funciones que ha desarrollado a lo largo de su historia destacan la de prisión o campamento militar. Además, desde este punto se ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
Otra de las vistas imprescindibles para apreciar Salzburgo las ofrece la abadía de Nonnberg. Se trata de un monasterio benedictino fundado en el año 717 por San Ruperto de Salzburgo y, entre otras cosas, ha sido escenario de rodaje de la película Sonrisas y lágrimas. Para el musical del mismo nombre también se escogió como escenario el palacio de Hellbrunn, fundado por el príncipe-arzobispo Markus Sittich von Hohenems. Es otra construcción que hay que ver en la ciudad, que destaca por su formidable arquitectura de estilo barroco y con un interior exquisitamente decorado, además del alucinante conjunto de fuentes que se encuentran en sus jardines.
Finalmente, no hay que dejar de mencionar al palacio y los jardines de Mirabell, sin duda un imprescindible de la ciudad. Se construyó en el siglo XVI, sirvió de residencia para miembros de la familia real y personajes ilustres. Su importancia y envergadura le llevó a ser declarado Patrimonio de la Humanidad como parte de la ciudad vieja de Salzburgo. En su interior alberga auténticas joyas como la escalera del ángel o la Sala de Mármol, y sus jardines destacan por su impecable estado de conservación.
Salzburgo y sus festivales
A los pies de la montaña Mönchsberg se encuentra el llamado Distrito de los Festivales, con edificios característicos como los de la Kleinen Festspielhaus o Grobes Festpielhaus, del arquitecto Clemens Holzmeister. En Salzburgo, durante seis semanas cada año, se convierte en el centro del mundo por sus festivales. Concretamente, esto ocurre cuando el festival más importante y significativo abre sus puertas con una gran fiesta en sus plazas y calles.
Durante varias semanas en verano la ciudad se transforma en el emblema del mundo de la cultura. El Festival de Salzburgo tiene un gran renombre mundial de la más alta cultura musical y estrellas internacionales consiguen atraer cada año a miles de amantes de la música. En esta época se ofrecen más de 200 eventos de ópera, teatro y conciertos.