España tiene motivos para presumir de su gran valor patrimonial al ser uno de los países con mayor número de bienes y lugares catalogados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Son más de 40 los lugares que han sido reconocidos por la organización por su valor excepcional para ser protegidos, pero puede que algunos de estos no sean conocidos por gran parte de la población.
Hay espacios reconocidos a nivel internacional, como las populares obras de Gaudí, parques naturales como Ordesa o Garajonay, espectaculares maravillas como la cueva de Altamira, o edificaciones tales como la Alhambra de Granada, así como los Jardines del Generalife y el barrio del Albaicín en la misma ciudad.
Dejando a un lado estos populares espacios, hay otros bienes menos conocidos por el público general, y este artículo está dedicado a mostrar algunos de ellos.
Calahorra.
Real monasterio de Santa María de Guadalupe (Cáceres)
Esta preciosa construcción se encuentra en Puebla de Guadalupe, en la provincia de Cáceres. Se catalogó como Patrimonio de la Humanidad en 1993 y en él se reflejan siglos de historia del país. En concreto, este monasterio representa el fin de la reconquista de la Península Ibérica por los Reyes Católicos en 1492, además de ser el lugar en el que recibieron a Cristóbal Colón.
Además, el Real monasterio de Santa María de Guadalupe también ilustra cuatro siglos de la arquitectura religiosa española, en el que dominan los estilos gótico y mudéjar y se encuentran muestras del estilo renacentista, el barroco y el neoclásico.
[Un recorrido por San Sebastián: la romántica ciudad del País Vasco que se inunda de cine]
Dólmenes de Antequera (Málaga)
Los dólmenes de esta localidad malagueña fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 2016. Este conjunto está formado por tres monumentos megalíticos formados por grandes bloques de piedra: el dolmen de Menga, el de Viera y el tholos de El Romeral. A ellos hay que añadir dos parajes naturales situados en las proximidades: la Peña de los Enamorados y El Torcal de Antequera.
El origen de estos monumentos se remonta al neolítico y la edad de bronce y tenían una finalidad funeraria o para la celebración de ritos sagrados. Destacan por sus colosales dimensiones que los alzan como uno de los conjuntos arquitectónicos prehistóricos más notables.
Patrimonio del Mercurio de Almadén (Ciudad Real)
Estas minas fueron reconocidas por la Unesco en 2012 junto con las de Idria en Eslovenia. Las minas de Almadén y las de Idria son el máximo exponente de la minería azogue en el mundo.
En este lugar se puede descubrir la gran importancia de este elemento químico en las relaciones comerciales con América a lo largo de los siglos. Pozos, edificios religiosos, viviendas de los trabajadores, un teatro, el castillo de Retama… son algunos de los elementos que se pueden visitar en esta zona de Ciudad Real.
[Las ciudades españolas escogidas para rodar lo nuevo de ‘Juego de Tronos’: lugares a visitar]
Las iglesias románicas catalanas del Valle de Boí (Cataluña)
Todas y cada una de las iglesias del Valle de Boí, en los Pirineos catalanes, fueron reconocidos por Unesco por su belleza y sus siglos de historia. De ellas emanan los intercambios culturales en la Europa medieval, formando uno de los conjuntos de arte románico más puro del mundo. En ellas destacan sus campanarios lombardos y sus pinturas murales.
El Palmeral de Elche (Murcia)
Se trata del único bosque de palmeras del continente que fue incluido en la lista de la Unesco en el año 2000. El diseño y funcionalidad estuvo a cargo de los árabes durante su ocupación de parte de la Península Ibérica, pero sus orígenes se remontan a la época de los fenicios y los romanos.
En la actualidad, este palmeral cuenta con 200.000 ejemplares, muchos de ellos rodeando el casco urbano. su complejo sistema de riego a base de acequias fue construido en el siglo VIII, tras la invasión musulmana.
El Puente de Vizcaya (País Vasco)
Puente de Portugalete.
Cruzando el río Nervión de Portugalete a Bilbao se encuentra este singular puente-transbordador. Además, es un prodigio de la ingeniería de finales del siglo XIX y obra del arquitecto Alberto de Palacio y Elissague en 1883, alzándose como el primer puente del mundo que permitió, a la vez, el paso de navío por el agua y el transporte de pasajeros y vehículos de un lado a otro gracias a la barquilla suspendida que todavía sigue funcionando en nuestros días.
Más información en: infoviajes.contacto@gmail.com.