La ruta del círculo dorado en Islandia es una de las más frecuentadas por los turistas en este país nórdico, gracias en la mayor parte a los espectaculares parajes que recoge, como grandes cascadas, lagos de agua cristalina, áreas geotermales con geiseres o piscinas de barro, además de volcanes. En resumen, esta ruta encabeza prácticamente todas las listas de cosas que hacer en Islandia, de ahí que venga en la gran mayoría de páginas web de viajes. Sus tres destinos imprescindibles e impresionantes en el suroeste de Islandia son: el Parque Nacional de Thingvellir, el Área Geotérmica de Geysir y la cascada Gullfos. Estos parajes son tan conocidos como únicos y ninguno se encuentra a más de dos horas en coche de Reikiavik, la capital, de ahí que se pueden visitar en un día.
Thingvellir está situado en un valle cerca de la zona termal de Hengill, a 40 kilómetros de la capital. Es un parque rebosante de historia y folclore, y está rodeado por una geología que no deja de sorprender a nadie. Además, tiene el honor de haber sido el primero de los tres parques nacionales de Islandia que logró esta distinción, y de ser el único que ha sido declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Es por esto y por su gran importancia por la que muchos lo escogen como primera parada en la ruta del Círculo Dorado. Es donde se encuentran los orígenes de la formación de la isla y del modo en que se creó su sociedad. Por esto se pueden pasar varias horas aprendiendo de la historia que ha vivido este territorio, tanto sobre sus procesos geológicos como de las raíces de la democracia en la isla.
Entre otras muchas cosas, cada vez cobra más protagonismo realizar snorkel o bucear en Silfra. El mundo submarino aquí es increíblemente hermoso y el hecho de que sea un territorio en el que confluyen dos placas tectónicas lo hace aún más sorprendente. Por esto ha sido votado como uno de los mejores diez lugares para bucear en el mundo, pero solo aquellos que están cualificados podrán hacerlo por las necesidades de habilidades al respecto para evitar riesgos.
Segunda parada, Geysir
El Área Geotérmica de Geysir, en el Valle de Haukadalur, es la segunda parada de la ruta. Se encuentra a unos quince minutos en coche de Thingvellir y en el trayecto es posible ver la actividad volcánica que tiene este territorio. A lo largo del recorrido se pueden ver fumarolas y chimeneas en acción, concentrándose la mayoría en la localidad de Laugarvatn. Además, es aquí donde se encuentra un spa cuyo calor procede de las corrientes de agua caliente que discurren por debajo de la superficie.
Esta actividad geotérmica es todavía más intensa en el valle de Haukadalur, donde el vapor que se eleva desde allí se puede distinguir a kilómetros de distancia. El mayor atractivo de la zona es ir apreciando las numerosas piscinas calientes, calderas de arcilla y fumarolas que se encuentran, así como los variados clores que van pintando los minerales que contiene la tierra.
No hay que olvidar los géiseres más famosos que se encuentran en esta zona. El primero que destaca es el Gran Geysir, el primero documentado en la literatura europea; y el segundo, Strokkur, que entra en erupción aproximadamente cada diez minutos, a diferencia con el anterior que raramente lo hace. Este segundo lanza al aire un chorro de agua hasta una altura que alcanza los 20 o 40 metros.Sin duda, caminar por la zona geotérmica de Geysir es una de las experiencias más gratificantes y fascinantes que se pueden hacer en Islandia.
Vistas a la cascada Gullfoss
Por último, conviene mencionar la cascada Gullfoss, la tercera parada del recorrido. Se sitúa en un antiguo y profundo valle a menos de diez minutos por carretera de Geysir. Se trata de una ostentosa catarata que precipita el agua en dos niveles desde una altura de 32 metros.
No solamente sorprende y es conocida por la gran cantidad de agua que contiene y la impresionante cascada que forma, sino también por el arcoíris que forma el vapor del agua en días soleados.
El agua que llega hasta aquí procede, como sucede también en los manantiales de Thingvellir y Geysir, de otro glaciar. El río Hvíta es el mejor escenario para practicar rafting en el suroeste de Islandia, siendo el verano la mejor estación para visitar Gullfoss. Las excursiones en toda esta zona islandesa son muy variadas y ofrecen distintos recorridos y formas de hacerlo, como en coche, autobús o helicóptero.