El Bierzo es una de las comarcas más sorprendentes de León por su patrimonio arquitectónico, natural y cultural. Es un territorio en el que se puede disfrutar de la vida rural, la ciudad y la naturaleza, todo a no mucha distancia. Pero en las siguientes líneas se van a mostrar los lugares más destacados que ver en su capital, Ponferrada, una ciudad templaria que ofrece un patrimonio y una gastronomía espectaculares.
Se encuentra en el oeste de la provincia, en la confluencia de los ríos Sil y Boeza, y guarda en sí un gran número de monumentos, pero también ofrece arte, cultura y, sobre todo, una gastronomía de lo más rica. Ponferrada tiene dos partes bien diferenciadas: el casco antiguo, donde se concentran los monumentos, y la ciudad nueva, donde se encuentran los servicios y la actividad comercial. También representa una parada importante en el transcurso del Camino de Santiago.
Ponferrada es la segunda más grande de la provincia leonesa y debe su nombre a un puente de hierro (Pons Ferrata) construido en 1082 para facilitar el paso sobre el río Sil a los peregrinos del Camino de Santiago. Pons Ferrata pasó por muchas manos antes de ser reclamada por los Reyes Católicos, pero sin lugar a dudas, quienes dejaron más huellas en la región fueron los Templarios. De ahí viene su monumento más destacable: el Castillo Templario. Está levantado sobre lo que en sus orígenes fuera un castro celta, siendo en los sucesivos siglos emplazamiento romano y visigodo, hasta la construcción de éste en el siglo XII. Desde su construcción sirvió de morada tanto para los caballeros templarios que protegían la ciudad, como para los peregrinos que pasaban por allí. Actualmente, este castillo medieval es uno de los mejor conservados de España.
Claves del casco antiguo
La Zona Alta, así se conoce popularmente al casco antiguo, guarda destacables edificios y monumentos. Entre ellos destaca la Basílica Nuestra Señora de la Encina, de etilo barroco y renacentista, pero que a lo largo de los siglos ha sufrido varios cambios y remodelaciones. Sus orígenes datan del siglo XII, pero su estructura actual comenzó a forjarse casi dos siglos más tarde. Esta Basílica es uno de los lugares favoritos de peregrinación de los bercianos, ya que la Virgen de la Encina es la patrona de Ponferrada y de El Bierzo.
La Plaza del Ayuntamiento está presidida por la fachada barroca construida en piedra del edificio del Ayuntamiento. Fue construido entre los años 1692 y 1705, y en él sobresalen los dos torreones que se levantan a ambos lados del cuerpo central. Otro de los emblemas de Ponferrada es la Torre del Reloj, la puerta de acceso al casco antiguo ya que comunica las dos plazas más representativas de la misma, la Plaza Mayor (del Ayuntamiento) y la Plaza de la Encina. En su construcción destaca la pizarra, el canto rodado y el granito, pero también llaman la atención sus tres cuerpos: el primero, con el escudo de Felipe II, el segundo con el reloj de la villa, y el tercero con la campana.
Recorrer el casco antiguo a pie es una de las actividades más bellas que se pueden desarrollar en la capital berciana. Pero no hay que olvidarse de su fantástica cultura gastronómica. Ponferrada, como capital de El Bierzo, es también el centro neurálgico de la Denominación de Origen Bierzo del vino. Por eso es una buena idea visitar alguna de las bodegas donde se elabora el vino. Tampoco debe faltar el ‘tapeo’ o el ‘ir de pinchos’ tan típico de Ponferrada.
La zona de pinchos más típica es la parte alta, presidida por el Castillo, la Plaza del Ayuntamiento y la Plaza de la Encina. Esta es la zona de bares por excelencia y la más turística, pero también hay otras menos concurridas e igual de destacadas, como por ejemplo la Avenida Molinaseca.
Las tapas y pinchos están muy bien, pero no hay que olvidarse de los manjares de la comida de la zona. Sin duda, el plato estrella de la región es el botillo: producto de la matanza del cerdo que se elabora con la carne y pimentón, entre otros ingredientes. Pero su gastronomía es muy rica y en ella priman los productos “made in El Bierzo”, como los pimientos asados, las castañas, el chorizo, la manzana reineta o la pera conferencia.
Otro gran atractivo de la zona que no se debe olvidar son Las Médulas, declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1997. Las Médulas son el resultado de la explotación minera de oro que se desarrolló durante la época romana, y que hoy día, ofrece unas vistas espectaculares de lo que un día fue.
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