Llegar hasta el paraíso cuesta. Pero en este caso, sólo al final. La carretera de Madrid hasta la Sierra de Gata, concretamente hasta Valverde del Fresno, va enlazando autovías hasta que llegas a un camino, a la izquierda, donde pone "Hábitat Cigüeña Negra". Al cogerlo, uno podría pensar que el final del camino sólo puede ser unos olivos o un barranco. Sin embargo, a los 15 minutos, se abre una finca enorme con un impresionante hotel rural, de cuatro estrellas, solo para adultos. El paraíso.
Sierra de Gata está justo en "la raya", como los extremeños llaman a la frontera con Portugal, y es, para muchos, "la gran desconocida de la región". Sin embargo, es una comarca rica en olivos, encinas y robles, con montañas no muy altas donde las rutas a pie se mezclan con pistas para bicis y paseos a caballo. Un paraíso del silencio... y del buen comer puesto que en estas fincas se crían ovejas, cerdos y vacas de primera calidad.
De hecho, antes de llegar a la puerta principal de Hábitat Cigüeña Negra, toda acristalada para que el paisaje pueda atravesarlo cuando quiera, lo primero que se ve es a una de las protagonistas de esta experiencia: las vacas de la finca que dan una carne única y muy exclusiva que sólo se puede probar en dos sitios del mundo: en Ibiza y en este restaurante de la Sierra de Gata.
La culpa de esta extraña unión entre Ibiza y la sierra extremeña la tienen los dueños de este hotel rural, puro lujo, la familia Roselló. Ellos también son los propietarios igualmente de una tradicional cadena de carnicerías en la isla, las March, abiertas desde 1965.
"Mi padre vino hace años en busca de buena carne para vender en nuestras tiendas pero se enamoró de la finca y del ganado", narra Marga Roselló, directora del Hábitat e hija del propietario.
Era el año 2007 cuando este ibicenco se lio la manta a la cabeza y compró 220 hectáreas con su ganadería, su olivar, su silencio, su tranquilidad, su laguna natural llena de aves de paso... y una casa grande, de las de campo de toda la vida, donde él siempre vio el hotel de lujo que pudo hacer realidad 14 años después.
"Él siempre soñó con montar un hotel aquí. Iniciamos las obras hace tres años pero nos pilló la pandemia y fue un reto total", añade Marga. De hecho, Hábitat Cigüeña Negra echó a andar a finales de 2021, en plenas medidas anticovid, donde sus 12 habitaciones aisladas del mundo eran el lugar perfecto donde poder respirar.
La reforma de la antigua casa ha conseguido llevar hasta el corazón de la finca todo lo necesario: una estufa de lecha en la habitación, una terraza en algunas de las suites, un mirador hacia la laguna, una piscina infinita para el verano, unos sofás en el soportal para leer al sol de la mañana, una ruta entre rebaños de ovejas, un olivar donde descansar... y un hamam donde relajarse antes de pasar por el restaurante, el sitio estrella de este hotel.
En el año 2019, estos expertos carniceros de tradición familiar decidieron crear una carne única, que sólo se pudiera conseguir en Hábitat y en sus carnicerías de Ibiza. Para ello cruzaron las vacas de raza retinta, la más típica de la región de Extremadura, con dos sementales de Wagyu que compraron en Alemania un par de años antes. El resultado ha sido la retwagyu, una variedad que se cría sólo en esta finca y que produce una carne muy jugosa, con un sabor fuerte, muy especial, y una elevada cantidad de ácidos grasos Omega 3 y 6.
Parte del éxito que está teniendo este cruce único se debe al cuidado especial de las reses en la finca: viven tranquilamente en la dehesa, con una alimentación especial de pasto y mezcla de cereales y leguminosos adaptadas y caminan con toda la libertad del mundo y sin ningún tipo de estrés. Nadie parece estresado en este lugar.
El restaurante asador no es exclusivo de los clientes del hotel y está abierto también para cualquiera que quiera disfrutar de una carta amplia basada en productos de la tierra y de temporada, eso que ahora llaman kilómetro cero. Y sobre todo, un menú donde lo más reclamado son las distintas carnes que producen en la finca y que no es sólo ternera.
"Hemos cerrado el círculo, que es lo que queríamos, con productos de aquí, criados por nosotros".
El plato estrella del menú Hábitat Cigüeña Negra es cualquiera de los cortes de Retwagyu que nos podamos imaginar cocinados a la brasa en una parrilla Elitxu y que los propios comensales pueden asar en su mesa para comer la carne exactamente a su gusto.
De esta forma, se ofrece el solomillo, el lomo bajo o alto de 300 gramos, el tomahawk de 1,6 kilogramos (para dos personas como mínimo) y el t-bone, entre otros cortes. Fuera de carta, y según el día, se puede tomar desde costillas asadas a baja temperatura a chuletas de vaca vieja de más de seis años en un cocinado especial.
Pero la Retinta, Angus, Wagyu o Retawagyu no son los únicos platos que crían y se comen en estas hectáreas. Entre pastos se pueden ver también cerdos y ovejas. De hecho, en los meses de otoño Hábitat Cigüeña Negra hace la montanera en la que se sueltan a la tranquilidad de la dehesa cerdos ibéricos que se alimentan con bellota durante un mínimo de 60 días.
"Ahora mismo tenemos 50 cerdos ibéricos que después los damos a una empresa para que hagan la maquila y nos quedamos la carne para las carnicerías y para el hotel y los jamones", explica Marga Roselló.
Retiro y ver las estrellas
Los propietarios del hotel son conscientes de que la relajación debe ser la ley en Hábitat Cigüeña Negra y tratan de organizar un listado de actividades que ayuden a esa desconexión, sin ninguna prisa: rutas a pie, contacto con los animales, el spa y noches observando las estrellas de la mano de un guía de la Fundación Startlight, que protege espacios donde no hay contaminación lumínica, y que programa sesiones temáticas siempre que el tiempo lo permite.
Si no se quiere coger el coche, la propia finca ofrece un itinerario de 7,86 kilómetros, adaptado a todos los públicos, y que recorre todos sus lindes. Durante el paseo se puede disfrutar del olivar, de los alcornoques, de pastos donde familias de vacas y de ovejas se mueven a su ritmo y hasta, si se tiene suerte, de rebaños enteros que copan el camino marcando por donde se puede pasar y por donde, por un momento, está prohibido para humanos.
Además, cuenta con una laguna en mitad de otro de los paseos, en la que es posible disfrutar de una enorme variedad de aves y, en la estación de verano, hasta ver a las cigüeñas negras que van o vienen del Parque Nacional del Monfragüe y paran en esa charca a reposar. "Son un grupo de unas 10 o 12, pero muy esquivas", aclaran desde el hotel. Hay que tener paciencia, algo que puedes llegar a encontrar durante tu estancia aunque no lo parezca.
Otra de las actividades que ofrecen es la visita a su propia almazara que han construido dentro de la finca para tener un AOVE ecológico que se vende bajo la etiqueta de Cigüeña Negra. Este líquido verde y muy oloroso nace de 50 hectáreas de olivar de manzanilla cacereña de más de 150 años que los Roselló embotellan para consumo y venta en el hotel y en tiendas gourmets de Cáceres y Madrid.
La visita incluye una cata de aceites guiada que ayuda a entender el trabajo que supone conseguir un buen líquido dorado.
No se puede abandonar el hotel sin disfrutar de la sorpresa que guarda el hotel en su interior: un spa con tres piscinas (fría, templada y caliente) en las que eliminar hasta el último suspiro de estrés que pudiera quedar. Tienen una lista de tratamientos y de masajes relajantes muy sugerente y una sauna donde también se puede disfrutar de las esencias aromáticas que envuelven el ambiente, todas de la marca 'Alqvimia'.
Una de las novedades más descontracturantes del espacio son las hamacas calientes de piedra en las que, tumbadas al calor que desprenden, se ve caer el agua de la piscina por un pequeño ventanuco.
Un plan para Nochevieja.
Hábitat Cigüeña Negra tiene un plan ideal para esta Nochevieja. Los chefs Jorge Ramajo y Diego Carrero han incluido un entrecot de retwagyu en el exquisito menú como uno de los 8 platos que se podrán degustar para abandonar el año. También habrá guiños a Ibiza con especialidades como el 'carpaccio' de bogavante de Ibiza, sopa de ajo y emulsión de cebollino.
Al acabar la cena, y después de tomar las uvas de la suerte, tanto los clientes alojados como el resto de asistentes al restaurante podrá participar en la fiesta con barra libre que el hotel ha organizado hasta las 03:00 de la mañana.
Al día siguiente, si te has quedado con ganas de seguir disfrutando de la gastronomía de la tierra también han preparado un menú de Año Nuevo, más tradicional, que incluye clásicos como la pierna de cordero rellena asada en horno de leña o capón relleno y, de postre, la típica torrija caramelizada con helado.
*Hábitat Cigüeña Negra está en la Finca Dehesa La Granja, en la carretera EX-205, kilómetro 24, Camino de la Granja a 3,7 kilómetros en Valverde del Fresno (Cáceres).