La luz del sempiterno sol que dota de una acogedora textura a todo su territorio es la mejor tarjeta de presentación de la Región de Murcia, donde la calidez de una climatología privilegiada y una primavera constante aportan un brillo especial a sus tierras, sus huertas, sus montañas y, por supuesto, sus mares.

Tal excepcional concentración de maravillas naturales y de opciones turísticas y gastronómicas tienen en la voz de Diego Cantero, alma del grupo Funambulista, una de las mejores embajadoras para resaltar lo mejor de la Región a través del acento y las palabras de un “murciano de nacimiento y de corazón, orgulloso de sus raíces y de la tierra que le vio nacer”.

Cantero ha dedicado un tema ex profeso a su Murcia en la que condensa lo mejor de la Región. Es un alegato hecho desde el corazón porque, como expresa el artista, “componerle una canción a mi tierra es hacerlo a mi casa, a mi origen, a mis recuerdos. La Región de Murcia es tan hermosa y grande que fue complicado meterla en una canción”. Pero Cantero lo consigue y, a través de un ritmo muy pegadizo, es capaz de hacer en ‘Dos mares y una mirada’ un recorrido por buena parte de los atractivos que tiene esta comunidad autónoma.

Murcia se ve, se escucha y se lee en esta canción pero lo más importante en ‘Dos mares y una mirada’ es que supone una invitación para vivir la Región a todos los niveles. Cada frase de su letra es en sí misma un motivo para visitarla. Incluso desde el mismo título, que remite a una de las características más especiales que tiene la Región: la posibilidad de contemplar dos aguas, la del Mediterráneo y las del Mar Menor. Sobre estos tapetes de ensueño que rivalizan en azul con el mismo cielo se refleja esa luz tan especial que impregna cada rincón de su tierra.

A todo ello le canta Funambulista, como también a esos pequeños placeres que aprovechan la privilegiada orografía de la zona y que invitan a hacer planes improvisados, a paseos en los que se pueden descubrir uno y mil lugares, o hacer una pausa tapeando o degustando alguna especialidad típica. Es en este aspecto de la gastronomía donde la canción también hace alusión a algunas estrellas locales de la mesa como el arroz caldero, representante de una carta en la que delicias como el paparajote, la marinera, el zarangollo o el café asiático prometen un menú exclusivamente murciano.

Diego Cantero tapeando en la ciudad de Murcia.

La popularidad de estos bocados también anima al visitante para conocer la Región desde el paladar. Y da igual que sea en una playa o en una de sus ciudades, porque en un chiringuito o en un restaurante más tradicional es fácil que, “quien probó su sabor, supo que iba a repetir”, como canta Funambulista.

Esta cocina hace uso de productos típicos y que aportan a la tierra un color y un aroma especial. Porque sí: Murcia es sol y playa pero, mirando hacia su interior también hace gala de paisajes inigualables y de huertas infinitas en las que el limón es el gran protagonista. En torno a este fruto se articulan también algunas de las notas del tema de Cantero y no es para menos porque, tanto para los murcianos como para los que vienen de fuera, la citricultura (todo lo relativo al cultivo y la floración del limonero) es hoy un reclamo turístico de primer orden. Aunque toda la región es pródiga en este amarillo tan llamativo, es el Valle del Ricote donde se puede profundizar más en todo su contexto. Y, de paso, también se pueden contemplar cultivos de otras frutas vitales para la gastronomía y la economía de la zona como el albaricoque, el níspero o los membrillos.

Variedad natural sorprendente

Este valle es uno de los que mejor representa la variedad de la Región de Murcia en cuanto a entornos naturales porque contribuye a desterrar la imagen de aridez que muchas veces se le adjudica a la comunidad. Sin embargo, tanto los propios murcianos como quienes se adentran por primera vez en las zonas menos conocidas descubren con sorpresa y admiración la profusión de entornos que tiene la región. Concretamente cuenta con 24 espacios naturales protegidos tanto de litoral como de interior. Es decir, una “tierra soñada” literalmente en la que descansar la vista y el alma en los entornos más inesperados. Otra garantía para que, igual que sucede con la comida, quieras repetir una y otra vez.

Diego Cantero paseando por Sierra Espuña.

Todas estas virtudes ya se conocían desde antaño y es por ello que semejante acervo natural esté salpicado igualmente por vestigios de las civilizaciones que gozaron de estas condiciones. Así, el legado romano, árabe o cartaginés confiere a algunas de sus ciudades una atractiva oferta cultural en la que retrotraerse en el tiempo a través de edificios de la antigüedad o museos que lo combinan con las últimas tendencias. “Ella [la Región de Murcia] es lo antiguo y lo nuevo”, canta Diego Cantero también aludiendo a esta riqueza cultural.

Y ya que Funambulista es uno de los grupos más representativos del momento, qué mejor que celebrarles en su contexto más específico: los conciertos. La Región de Murcia tiene durante todo el año una agenda cultural plena de festivales y de música de todos los estilos. Y a este calendario de diversión se le añaden, claro está, todas las fiestas más tradicionales, que aúnan colorido, tradición y folclore. Algunas de ellas han trascendido y están calificadas como de Interés Turístico Internacional; es el caso del Festival del Cante de las Minas, el Bando de la Huerta, la Noche de los Tambores de Mula o la celebración de la Semana Santa en varias localidades como Lorca, Jumilla o la capital, Murcia. Cada una tiene una personalidad propia que da para repetir una y mil veces: siempre igual, siempre diferente.

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