En una de las regiones más bonitas de Alemania, como es el extremo noroeste de Sajonia, se sitúa Leipzig, un referente en música, historia, arte y diseño. Con sus incontables galerías, museos y salas de conciertos, Leipzig es un auténtico paraíso para los amantes del arte, además que también lo es para el resto de viajeros por sus iglesias románicas, los edificios de estilo art nouveau y sus bodegas del siglo XVI, frecuentadas en la antigüedad por compositores y poetas.
Leipzig formó parte de la antigua RDA, la parte socialista de Alemania que durante 40 años no dejó prosperar a sus ciudades. A pesar de ello, las diferentes localidades de la zona están prosperando y convirtiéndose en referentes turísticos. Particularmente, Leipzig es una ciudad en la que se respira música por todos sus rincones y es que fue aquí donde vivieron grandes compositores como Johann Sebastian Bach, que dirigió el Coro de la Iglesia de Santo Tomás, Felix Mendelssohn, que continuó con el legado de Bach, Robert Schumann, Clara Wieck o Richard Wagner. Tan relevante es su potencial musical que es posible seguir una ruta musical indicada en el pavimento de la ciudad para conocer los lugares más importantes de la vida de los diferentes compositores.
Lepzig también ha vivido importantes y decisivos acontecimientos históricos, como la Batalla de las Naciones en 1813 en la que la coalición de Prusia, Rusia, Suecia y Austria derrotó a las tropas de Napoleón. En memoria de este suceso se construyó el colosal monumento de arquitectura guillermina de Völkerschlachtdenkmal, conocido popularmente como Volki. Esta ciudad también tuvo una gran importancia en los meses previos a la caída del Muro de Berlín: a lo largo de 1989 tuvieron lugar una serie de misas y manifestaciones pacíficas en las que se protestaba contra el régimen de la RDA.
En cuanto a los monumentos y lugares destacados de Leipzig para ver, destaca la plaza de Augustusplatz, la más grande de la ciudad y desde donde se puede llegar a otros puntos interesantes fácilmente a pie. En esta plaza se celebran mercados, conciertos y festivales a lo largo de todo el año. La Iglesia de Santo Tomás, construida en el siglo XII bajo el estilo románico y neogótico, fue prácticamente destruida en la Segunda Guerra Mundial y posteriormente se renovó. Algunos de sus puntos más interesantes son la pila bautismal de mármol en la que se muestran escenas de la Biblia, los epitafios de bronce de figuras célebres y la estatua de Bach.
Por otra parte, destaca el ayuntamiento antiguo, Altes Rathaus, un ejemplo excelente de la arquitectura renacentista. Es un edificio de dos plantas que se construyó en 1556 y en su interior hay un elegante salón de baile donde se celebran eventos, exposiciones y conciertos. Además, también es la sede del Museo de Historia de la Ciudad de Leipzig, en el que se puede aprender sobre la historia de la ciudad desde la Edad Media.
Otros museos que conviene visitar en Leipzig son el Museo de Bellas Artes de la Augustusplatz, fundado en 1837; o el complejo GRASSI de Johannisplatz, que cuenta con tres museos independientes enfocados en la etimología, los instrumentos musicales y las bellas artes. Además, si lo que quieres es descubrir la apasionante vida artística de Leipzig hay que visitar Spinnerei, un espacio moderno de exposiciones con obras contemporáneas de artistas y diseñadores de la ciudad. La ruta musical de Leipzig, como ya se expuso unas líneas más arriba, es una visita libre en honor a célebres compositores que residieron en la ciudad. Se trata de 23 paradas en una ruta a pie de entre 2 y 3 horas en la que hay audioguías con música clásica e información. Algunas de las paradas más populares son el monumento a Wagner, la ópera, el Museo de Instrumentos Musicales y el Museo de Bach.
No debe faltar un paseo por el pasaje Mädler, una amplia zona comercial de tiendas de lujo, restaurantes y bares. Se trata de una sofisticada galería comercial de unos 140 metros de longitud con un techo ornamentado de cristal, esculturas de arenisca y bronce y un fresco barroco. La calle Barfussgasschen es otra famosa vía que destaca por sus pubs, restaurantes, tabernas y discotecas. A la hora de degustar los platos típicos de la ciudad no se debe dejar de probar el Leipziger Allerlei, una receta elaborada a base de guisantes, zanahorias, setas colmenillas y espárragos preparados al vapor o salteados servidos junto a albóndigas de pan y cangrejo de río.
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