Durante tres siglos pintores, escultores y escritores han intentado plasmar en sus obras sus fascinantes formaciones cársticas. Pasear por su río, el Li, es como sumergirse en esas típicas pinturas chinas con montañas de apariencia casi artificial. El paisaje es espectacular, repleto de formas jorobadas con nombres tan ingeniosos como la colina del Murciélago, Cinco Tigres Cazan a una Cabra o el Pincel.
El atemporal paisaje que bordea la ribera del río parece ajeno al constante flujo de barcas turísticas que surcan pintorescos pueblos donde los niños bañan a los búfalos de la familia, las mujeres hacen la colada y los granjeros aran las plantaciones de arroz. Algunos pescadores, que navegan en estrechas balsas de bambú, todavía siguen utilizando cormoranes entrenados para bucear y atrapar los peces con sus picos. Un espectáculo para la vista.
Yuzi Paradise Art Park
Y allí, entre lagos, arrozales y montañas en forma de pico, en el corazón mismo del paisaje más mítico de China, se erige Yuzi Paradise Art Park, el primer parque de arte contemporáneo asiático, una audacia arquitectónica que hace honor a su nombre. Fundado en 1997 por el empresario y mecenas taiwanés Tsao Thy Chang, el parque tiene una extensión de 1.320 hectáreas dedicadas únicas y exclusivamente a la promoción del arte contemporáneo.
Desde la colocación de su primera piedra hasta 2007, fecha de su apertura al público, fue el escenario de 11 simposios internacionales de escultura, más otros cuatro de pintura, a los que asistieron más de 200 artistas de renombre internacional. Los cientos de obras que, actualmente, se exponen en la propiedad se crearon o cedieron a lo largo de estos eventos. Más de mil millones de dólares de inversión y una década de planificación dieron lugar a esta obra de arte viva y en continuo crecimiento que da nombre a los prestigiosos premios Yuzi de escultura.
El nombre de Yuzi, que en chino viene a significar algo así como tonto, se remonta al momento en el que el mecenas de esta fastuosa obra expuso su idea por primera vez. La máxima autoridad de Guilin le tildó de loco, ya que se trataba de un proyecto monumental muy poco realista, sobre todo en términos de productividad económica. Ahora, es un bien de interés turístico nacional, emplea a cientos de trabajadores locales y se ha convertido en uno de los centros de producción artística más emblemáticos del mundo, aunque aún desconocido para el turismo general.
Residencia de artistas
Entre las más de doscientas esculturas internacionales expuestas en esta insólita decoración, se encuentra su hotel, HOMA. Un gran chalet triangular con el techo recubierto de césped y las ventanas de cristal ahumado. Un palacio íntegramente dedicado a la creación artística contemporánea, pues hasta sus inmensas suites –algunas de ellas dúplex– son una galería de arte. La magia de HOMA es que, aparte de hotel, sirve de residencia permanente de artistas y de alojamiento para las grandes figuras internacionales de la escultura y la pintura, que viajan hasta allí para impartir sus clases magistrales. En este hotel, en el que todo es atípico, se ofrece a los huéspedes cursos de escultura, ebanistería, caligrafía china, etc. En Yuzi Paradise se puede aprender a hacer todo lo que pueda servir para embellecer un ambiente.
Los cursos más demandados por los turistas son: “Figurine painting”, para aprender aplicar la técnica del color sobre pequeñas esculturas; “Chinese ink painting”, sobre la pintura tradicional china, los estudiantes aprenden a dibujar sobre papel de arroz paisajes típicos de la zona de Guilin; “Chinese calligraphy”, también sobre papel de arroz; “Ceramics”, donde se aprenden los conceptos básicos de la elaboración y decoración de cerámicas. La duración de estos cursos básicos varía dependiendo de la época del año y, por limitaciones de aforo, conviene hacer la inscripción tres meses antes de su inicio.
Más de 114 artistas de 47 países. Fernando Botero y otros muchos aristas han contribuido con sus obras a formar esta sorprendente sinfonía entre Humanidad y Naturaleza. La colección crece año tras año. Y después de cada simposio internacional de escultura se decide con qué obras aumentar este catálogo que trata de armonizar el enorme potencial existente entre vida y arte.
Arte en la tierra y bajo ella
A partir de su inauguración en 2007, el Yuzi Paradise Art Park ha iniciado una nueva fase de expansión que incluye la habilitación como galerías de arte de las cuevas y cavernas kársticas, otro de los tesoros naturales de Guilin. En estas cavernas se han habilitado también espacios para conciertos y subastas de obras de arte.
Además, los coleccionistas de arte tienen un reclamo en cada una de las subastas mensuales que se realizan en HOMA y los amantes de la naturaleza pueden deleitarse con cualquiera de las múltiples actividades a las que invita el entorno: paseos en bicicleta, senderismo por las montañas de Guilin, visitas a las cuevas kársticas, pesca en el río Li. Y, en este remanso de paz no podían faltar las clases de yoga y taichí. Relajación absoluta.
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