Una copa de vino bajo las estrellas, a los pies de la Sierra de Gredos
San Martín de Valdeiglesias, localidad perteneciente a la Comunidad de Madrid, desarrolla una actividad que mezcla dos conceptos extraordinarios: el sabor del vino y el poder de las estrellas.
El primer escrito que habla de la vid en San Martín de Valdeiglesias data del siglo XII. Fueron los monjes del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa (Madrid), quienes trajeron la parra a esta zona. Desde entonces, en esta localidad siempre se ha cultivado vino y, ahora, acoge numerosas bodegas donde poder disfrutar de la riqueza gastronómica y cultural de esta bebida centenaria.
San Martín de Valdeiglesias, una de las 4 subzonas de la D.O. Vinos de Madrid, abarca nueve términos municipales sobre los que se distribuyen las 17 bodegas inscritas en esta Denominación de Origen. Entre ellas se encuentra la Bodega Las Moradas de San Martín, que nace en 1999 y se sitúa en la vertiente madrileña de la sierra de Gredos, cerca de Toledo y Ávila, y a unos 900 metros sobre el nivel del mar, por lo que sus suelos son áridos, arenosos y de procedencia granítica.
En la Bodega Las Moradas encontramos 22 hectáreas de viñedos, entre los que destaca especialmente su viña centenaria. “Aquí el viñedo es muy viejo. Tenemos viñas de principios de siglo XX, de 1908, pero también hay mucho viñedo de finales de XIX, con más de 100 años de antigüedad, que es muy difícil de encontrar”, explica Alejandro Carreras, técnico de campo y segundo enólogo de la bodega.
En estos viñedos se cultivan, principalmente, dos tipos de uva: la garnacha tinta y el albillo real. Concretamente, en 19 hectáreas del viñedo se produce la garnacha tinta, incluyendo las cepas centenarias, y en dos hectáreas el albillo real. “Buscamos lo mejor de cada parcela para hacer un vino expresivo, complejo y que muestre lo que es el albillo real en la zona de San Martín. Y después, de tintos, utilizamos la garnacha tinta, con la que elaboramos cuatro tipos de vinos característicos", aclara Carreras.
- Garnacha tinta
- Suelen tener un sabor afrutado y especiado. Destaca especialmente su color con un matiz púrpura.
- Albillo real
- De color dorado y con un sabor dulce, con cierto aroma a frutas como la pera o la manzana.
Gracias a sus suelos, a su localización y al mimo que le ponen los enólogos y viticultores a la producción de la uva y al cuidado de los viñedos, las bodegas de San Martín de Valdeiglesias consiguen dar vida a vinos con mucha personalidad y que, además, son aclamados por la crítica.
Vino, estrellas y el cielo de San Martín de Valdeiglesias
Para conocer en profundidad el trabajo de los viticultores y cómo estos trabajan los viñedos de San Martín de Valdeiglesias, muchas de las bodegas de la zona organizan diferentes actividades en torno al vino, a través de la cuales se pueden degustar y hacer catas maridadas y descubrir más curiosidades sobre esta bebida.
En la Bodega Las Moradas de San Martín destaca una actividad mágica con la que poder disfrutar de un sábado por la noche, conocida como ‘Cata bajo las estrellas’. Tal y como su nombre indica, esta actividad une dos conceptos extraordinarios a la par que interesantes, el vino y las estrellas, aprovechando el cielo despejado que podemos encontrar en San Martín de Valdeiglesias. “En una primera parte recibimos a la gente, después vamos al viñedo, donde explicamos un poco cómo trabajamos aquí y el tipo de viticultura que hacemos”, explica Alejando Carreras. Después de este pequeño paseo por los viñedos, los visitantes se acercarán a la bodega, donde podrán pasear entre sus impresionantes barricas.
La segunda parte de la actividad, también para muchos la más interesante y la más esperada, es la cata de los vinos bajo la luz de las estrellas. “Explicamos y catamos tres tipos de vinos y, después del último, se da pie a la observación de las constelaciones a simple vista y con telescopio”, continúa Carreras.
¿Por qué fusionar dos conceptos como el vino y las estrellas? Pues bien, según comenta el técnico de esta bodega, en San Martín de Valdeiglesias el cielo y la atmósfera son muy limpias, por lo que no hay contaminación lumínica que pueda impedir ver las estrellas. “Entonces, ¿qué mejor manera de disfrutar de un sábado noche que viendo las estrellas con una copa de vino?”, concluye el técnico de Las Moradas.
Así, aquellos que apuesten por esta actividad podrán observar el resplandor de la luna y las estrellas con un telescopio y acompañados de un guía que, a través de un láser, señalará las diferentes constelaciones visibles.
Aparte de la cata de vino bajo las estrellas, en la Bodegas Las Moradas también podemos encontrar otras actividades, como la visita estándar, que consiste en un recorrido por la bodega y el viñedo con cata incluida. Tal y como explica el técnico, “lo que queremos con estas visitas es, no solamente enseñar la bodega y ya está, sino mostrar también cómo se trabaja el viñedo desde el campo hasta la copa de vino”. Además, a esta actividad también se le puede sumar la visita al Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, en la cercana localidad de Pelayos de la Presa, “porque hay una conexión directa con estos monjes que han traído la vid a esta zona”, añade.
Por otro lado, durante los meses de invierno, se realizan actividades relacionadas con la poda en vaso, un sistema que permite orientar los cortes de la vid en una misma dirección y respetando el flujo de savia. Durante esta actividad se explican los distintos tipos de poda que existen y se practican en la bodega y, además, se disfruta de un almuerzo en el que las chuletillas serán las grandes protagonistas.
Y para quienes quieran ir a su aire, en la bodega también se ofrece una visita libre en la que se dispone de un mapa y unos códigos QR por todo el viñedo para que la gente pueda pasear con su móvil, el mapa y la copa de vino, degustando y conociendo en profundidad el viñedo.
Con todo ello, San Martín de Valdeiglesias se convierte en una localización que, sin irnos muy lejos de la capital madrileña, nos permite disfrutar, no solo de un paraje natural e histórico, sino también de una amplia cultura gastronómica centrada en el vino.
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