Bolivia se destaca en particular por su belleza natural y su riqueza cultural. En Bolivia, es posible encontrar grandes bellezas y atractivos saliendo de las ciudades más reconocidas. Es un país andino lleno de historia, folclore y creencias de todo tipo. Su cultura es fruto de la combinación de la de los pueblos prehispánicos con las creencias católicas de los españoles que conquistaron la región allá por el siglo XVI. Son innumerables las leyendas bolivianas tanto de base indígena como más modernas.
Tenemos historias que nos hablan de los dioses prehispánicos, de la lucha entre el bien y el mal. Bolivia es fruto de la mezcla entre las culturas prehispánicas y las aportaciones de los conquistadores españoles. En este país podemos encontrar todo tipo de grupos étnicos como quechuas, chiquitanos, guaraníes y aymaras, además de los criollos descendientes de los conquistadores del siglo XVI, motivo por el cual el nombre oficial de este país es el de Estado Plurinacional de Bolivia. No hay una única realidad nacional en el país andino, sino que cada persona de cada cultura tiene su propia visión de cuál es su país.
Cochabamba es reconocida como la ciudad de la “eterna primavera”. Es una ciudad muy activa, con muchos parques y atractivos turísticos. Palacios Portales. Fue construido por el “barón del estaño” Simón Iturri Patiño como residencia personal entre los años 1915 y 1925. Para la construcción se importó casi todos los materiales desde el exterior y se utilizó los materiales más finos de la historia. Hoy funciona como centro cultural donde se realizan diferentes manifestaciones artísticas. El Palacio está ubicado en el barrio Queru Queru.
Cristo de la Concordia es monumento más famoso de Cochabamba, todo un símbolo de la ciudad y el atractivo más visitado por los turistas. El Cristo se construyó con hormigón armado en el año 1989 y tiene una altura de 33,40 m. (se dice que es el más alto del mundo). Fue obra de César y Walter Terrazas Pardo. El Cristo de ubica sobre la cima del cerro San Pedro de donde se obtiene una excelente vista de la ciudad. Para llegar al cristo se recomienda tomar el servicio de Teleférico Panorámico.
La ciudad blanca de Sucre reluce bajo el sol andino y fue la cuna de la nación. Esta ciudad de visita imprescindible combina de forma pintoresca lo nuevo y lo viejo y ocupa un valle exuberante, rodeado de montañas. Un destino en el que se pueden pasar varios días de visita a edificios históricos y museos, y disfrutar varias noches de la famosa oferta nocturna de la ciudad. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alardea de una arquitectura monumental colonial impecable que se refleja en sus viviendas, en sus calles en forma de damero y en sus plazas como la del 25 de Mayo.
Sus edificios más emblemáticos son la Casa de la Libertad, donde se proclamó la independencia del país y hoy día es un museo; la Catedral Metropolitana de estilo renacentista y barroco; el Convento de San Felipe Neri, que posee un apreciado mirador; la Recoleta, un monasterio famoso por sus patios y jardines; y la Basílica de San Francisco con sus cubiertas con cinco clases de artesonados.
Potosí es una ciudad bella construida en un entorno de descarnada personalidad, cuya arquitectura colonial habla de cómo se convirtió en uno de los mayores centros de poder del mundo; el legendario Cerro Rico de la ambición humana; y su sincretismo del poder de atracción que esta tierra mantiene intacta. Un enclave de enigmático encanto que es una de las paradas obligadas, no solo por Bolivia sino por toda la región andina. De hecho, la Villa Imperial de Potosí fue el primer enclave boliviano reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987.
Torre de la Compañía. Este convento jesuita es el icono religioso boliviano del siglo XVIII. Su diseño es ciertamente peculiar con un arco del triunfo de cinco ojos, 32 columnas salomónicas y tres cúpulas. Con todo es su torre el elemento más popular, en buena medida porque ofrece una de las vistas más amplias de la ciudad. La Plaza 10 de Noviembre. Alberga la catedral y el ayuntamiento de Potosi, pero por ella se pasa una y otra vez porque es el verdadero corazón de la ciudad.
Calle Paseo obligado para disfrutar de la arquitectura colonial, reúne algunas de las casas palacio y casas vecinales más bellas. El punto culmen del recorrido es en su cruce con la calle de Modesto Omiste, que se conoce como la esquina de las Cuatro Portadas.
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