Viena: calles adoquinadas, edificios históricos y tranquilas plazas

Viena: calles adoquinadas, edificios históricos y tranquilas plazas

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Viena: calles adoquinadas, edificios históricos y tranquilas plazas

La ciudad de Viena es una de las capitales europeas más emblemáticas, tanto por supasado, por la historia que encierran sus calles, como por el enorme patrimonio cultural y artístico que acapara.

Redacción | Viajes
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Viena es la ciudad imperial por excelencia. Es oír su nombre y pensar en la emperatriz Sissi, en jardines que rodean grandes palacios de lujosas salas en las que la crème de la crème del siglo XIX se balanceaba a ritmo de vals. Tardes en la ópera, paseos en carruaje o románticas noches a la orilla del Danubio Azul forman parte de la imagen que Viena le ha dado al mundo. Y, sin embargo, Viena es mucho más.

Con algunos de los museos más importantes del mundo, la capital austríaca ofrece al visitante un enorme abanico de opciones para el viajero. La ciudad de Viena, es como percibir pinceladas históricas que pueden llevarte de un siglo a otro. La capital musical de Europa refleja en su rica arquitectura el paso de diferentes etapas culturales gestadas por invasiones internacionales, conquistas imperiales y alianzas estratégicas de países.

Viena es una ciudad tan grande como cosmopolita y ecléctica. Aunque la solemos ver como la antigua capital imperial, meca de la música clásica y portadora de la vieja aristocracia europea. Si un día fue esto, hace tiempo que dejó de serlo.

Fuente frente a la Ópera de Viena

Fuente frente a la Ópera de Viena

Palacio de Schönbrunn, construido en el siglo XVII, este enorme palacio fue la residencia de verano de toda la familia imperial, incluida la famosa Sissi Emperatriz. Aunque creemos que no hace falta mucha presentación, te adelantamos que, en conjunto, el palacio impresiona por sus extensos y cuidados jardines además de sus salones lujosamente decorados como la Gran Galería, el Salón Chino Circular y el Salón del Desayuno.

El mercado callejero del Naschmarkt de Viena, ya se ha convertido en una institución. Unos 400 vendedores ofrecen aquí sus mercancías todos los sábados, desde las 6:30 hasta las 14:00. Aquí instalan sus puestos de venta tanto personas particulares como comerciantes profesionales de objetos antiguos. La oferta es, por tanto, muy amplia: al lado de antigüedades de gran valor, se pueden encontrar también aquí numerosos objetos curiosos, de tipo cursi o graciosos. Una cita obligada para los buscadores de chollos y especialistas en mercadillos de viejo.

La Iglesia de San Carlos Borromeo es una iglesia barroca (con toques rococó, griego, romano y oriental) y símbolo del poder religioso y político de la dinastía de los Habsburgo. Es una obra maestra del eclecticismo barroco, ya que combina diferentes estilos: la fachada central es una galería griega, las columnas a su lado son de estilo barroco y una gran cúpula en voladizo sobre la entrada. Las influencias del barroco romano y la decoración oriental son visibles en los dos pabellones laterales. El edificio tiene 80 metros de altura y unos 60 metros de ancho y es el segundo templo más grande de la capital después de la Catedral de San Esteban.

Óperas de Vienen es un edificio renacentista, situado en la avenida Ringstrasse, se representan grandes obras clásicas en su maravilloso auditorio que puede llegar a albergar alrededor de 2.800 espectadores. Merece la pena conocer su interior y ver la preciosa escalinata de mármol, el vestíbulo, el Salón del Té, la Sala de Mármol, además del gran escenario.

Palacio Hofburg

Palacio Hofburg

Palacio Hofburg fue lugar de residencia durante más de seis siglos, hasta el año 1918, de la poderosa familia real de los Habsburgo, es uno de los lugares más impresionantes que ver en Viena. Este enorme conjunto arquitectónico concentra gran parte de la historia del país en sus diferentes edificios que albergan museos, una iglesia, la Biblioteca Nacional Austriaca y la Escuela de Invierno de Equitación. Este enorme conjunto arquitectónico concentra gran parte de la historia del país en sus diferentes edificios. Este enorme complejo arquitectónico como la Cámara del Tesoro que guarda joyas como la Corona Imperial, la Santa Lanza, el Cuenco de Ágata y algunas de las esmeraldas más grandes del mundo.

La Biblioteca Nacional Austriaca. Es una verdadera joya del barroco. La sala principal, con sus más de 70 metros de largo y 20 de alto, resulta imponente. Estatuas de mármol, valiosos frescos en techos y paredes, suntuosos elementos decorativos y, por supuesto, las estanterías de madera en las que se expone más 2000.000 valiosos ejemplares impresos de los siglos XVI al XIX (sólo son una pequeña parte de los fondos bibliográficos, entre los que también se encuentra la biblioteca particular del príncipe Eugenio de Saboya).

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La Catedral de San Esteban. Situada en la céntrica Plaza de San Esteban (Stephansplatz), esta iglesia se edificó en el siglo XII sobre las ruinas de dos iglesias y destaca por su alta torre en forma de aguja, a la que se puede subir en ascensor y desde la que se puede ver su característico tejado de azulejos y unas fantásticas vistas del centro de Viena. En su interior se mezclan los estilos gótico y barroco. Puntos interesantes para visitar, como la imagen del Cristo crucificado, las Catacumbas, la Campana Pummerin, el Púlpito de Pilgram y las tumbas de varios miembros de la realeza como el Emperador Federico III.

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