Malinas. El principal atractivo de esta histórica ciudad es su preciosa y enorme catedral St-Romboutskathedraal que se levanta en el centro del pueblo tras una preciosa plaza rodeada de las típicas casas tradicionales flamencas. La vista de la catedral con las preciosas casitas de la plaza justo delante es de postal.

Además de visitar su precioso interior merece mucho la pena subir hasta la torre por unas 500 escaleras que nos conducen a la cima para disfrutar de unas espectaculares vistas no solo del pueblo sino de buena parte de la región.

Malinas está situada a mitad del camino entre Bruselas y Amberes, ciudades de las que sólo dista unos 25 kilómetros, así que no hay excusas para visitarla. Ya fuera de la catedral, en la plaza, destaca sobremanera el impresionante edificio del ayuntamiento, Stadhuis, con aspecto de un fabuloso y romántico castillo medieval. Además de la catedral y se es aficionado al arte, no puedes perderte el museo Gabinete Artístico del Loco, con obras famosísimas e interesantísimas.

Lovaina

Otra iglesia más pequeña, la de San Juan alberga un fabuloso tesoro, la Adoración de los Magos de Rubens. Y es que para ser una ciudad tan pequeña es impresionante la cantidad de obras de arte que alberga Malinas. Pero no todo es arte en esta bella ciudad. También podemos visitar el Museo y Centro de Documentación del holocausto, albergado en un edificio moderno en forma de torre y que alberga mucha información sobre las deportaciones que se produjeron desde Malinas en la segunda guerra mundial.

También podemos disfrutar del Museo de los Juguetes. Quienes conocen Malinas dicen que merece mucho la pena pasear por las callejuelas alrededor de la plaza y la catedral y también por el barrio de Begijnhof, uno de los más interesantes y típicos de la ciudad. Paseando por la ciudad también encontramos alguna otra iglesia y el palacete de los juzgados con unos preciosos jardines interiores. Este edificio fue uno de los más importantes del Renacimiento en Flandes.

Y para darnos un buen paseo y ver Malinas desde otra perspectiva conviene dedicar un tiempo a dar un paseo por el Dijlepad, una especie de pasarela fluvial que recorre parte del trazado del río Dyle, que atraviesa la ciudad. Es un paseo muy agradable y que permite ver una zona de la ciudad también muy interesante desde el punto de vista arquitectónico.

Muy cera de la ciudad puede visitarse también un antiguo campo de concentración nazi, Fort Breendonk. Se trata de un edificio con aspecto de fuerte militar con su foso incluido y donde se pueden recorrer los corredores y patios interiores donde hay información sobre las actividades que aquí se llevaron a cabo. No es tan dramático ni tan impresionante como Auschwitz, pero si se dispone de tiempo es una visita interesante. El ayuntamiento actual, es una huella de la agitada historia de la ciudad de Malinas. Está situado donde un día estaba la antigua Lonja de los paños y la Torre Atalaya, pero la torre nunca fue completada debido al declive del comercio de telas que sufrió la ciudad en el siglo XIV. Sobre el antiguo mercado de los paños o lana, se construyó el actual ayuntamiento a principios de 1900 en estilo neogótico y aún hoy en día se pueden ver restos de la torre y del antigua Lonja de los Paños.

Ayuntamiento de Malinas

Lovaina es una ciudad universitaria por excelencia y eso se nota por el ambiente que hay en sus calles desde el primero momento. Desde el punto de vista del visitante destaca sobre todo la propia universidad y el espectacular edificio del ayuntamiento. La visita a esta interesante ciudad puede comenzar por el maravilloso edificio del ayuntamiento, el edificio gótico flamenco más espectacular que probablemente encontremos en toda Bélgica. Las innumerables torres que componen la fachada nos hacen presenciar un edificio de cuento de hadas. Paseando por la ciudad se pueden encontrar también algunas iglesias como la de St Pieterskerk, que alberga obras de arte fabulosas.

Otro fabuloso edificio en la línea del ayuntamiento es la Biblioteca de la Universidad. El edificio es espectacular y se puede subir a la torre para disfrutar de unas bonitas vistas. Sin embargo, el acceso al interior del edificio solo puede hacerse en determinadas fechas así que es posible que no se pueda visitar cuando uno llegue a Lovaina en según qué fechas del año.

También en la zona de la universidad está el Cloth Hall, otro fabuloso edificio que servía de fábrica de ropa en el pasado. Merece la pena pasear por el barrio antiguo de la ciudad, Groot Begijnhof, una zona realmente bien restaurada y que nos permite hacernos una muy buena idea de cómo era la ciudad en el pasado. Aquí también puede verse una bonita iglesia, la de Sint Jan De Doperkerk. No muy lejos de allí caminamos hasta el Oude Markt, una preciosa plaza alargada rodeada de las típicas casitas belgas, muy similares a las que existen en Países Bajos. Es una de las zonas más pintorescas de la ciudad. Otra visita interesante es el Hustaruz, el museo del antiguo hospital de la ciudad. Allí se encuentran numerosos objetos históricos y

salas de enfermería del antiguo hospital.

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