El Paisaje Cultural de Aranjuez, Patrimonio de la Humanidad y destino perfecto para una escapada
Aranjuez es una de las ciudades históricas y culturales más relevantes de la Comunidad de Madrid. En ella se encuentra el Palacio Real con los mayores jardines del sur de Europa.
A tan solo 40 minutos del corazón de Madrid, ya sea en transporte público o a bordo del histórico Tren de la Fresa, se encuentra Aranjuez, un destino indispensable para quienes visiten la capital. Esta joya de la Comunidad de Madrid fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2001 por su Paisaje Cultural, siendo este el conjunto de elementos históricos y naturales que hacen que este territorio sea percibido y valorado por sus cualidades culturales.
Esta ciudad de más de 50.000 habitantes se posiciona como un destino turístico al que es recomendable dedicar al menos dos o tres días para explorar cada uno de sus rincones. Su majestuosa arquitectura y su diseño urbano, cuidadosamente planificado, se entrelazan con siglos de historia, ofreciendo a quienes lo visitan la oportunidad de viajar a través del tiempo.
Entre los lugares declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en la Comunidad de Madrid (el Monasterio y Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, la Universidad y el centro histórico de Alcalá de Henares, el Paisaje de la Luz en la capital y el Hayedo de Montejo), Aranjuez destaca especialmente por su increíble naturaleza. “Es el enclave natural de la junta de dos ríos, el Tajo y el Jarama, lo que ha hecho que estas fértiles tierras desarrollaran lo que es la casa maestral de la Orden de Santiago, el Palacio Real”, explica Javier Jordán de Urríes, conservador del Real Sitio y Villa de Aranjuez.
El Palacio Real con los mayores jardines del sur de Europa
El Palacio Real de Aranjuez fue construido por orden de Felipe II, que encomendó el proyecto al arquitecto Juan Bautista de Toledo. Esta residencia real fue ampliada con el tiempo, sobre todo con la llegada de Carlos III, quien dotó al palacio de las dos alas que tiene en la actualidad, siendo Francisco Sabatini el autor de las alas de poniente.
Rodeado por más de 100 hectáreas de jardines visitables y ubicado en una fértil vega en la confluencia del Tajo y del Jarama, el Palacio Real de Aranjuez fue la residencia campestre por excelencia de los reyes españoles y uno de los enclaves más importantes de la Comunidad de Madrid.
Esta majestuosa residencia ahora es un museo accesible abierto al público para conocer sus impresionantes estancias. “Una de las salas más icónicas del palacio es el gabinete de porcelana. Se construyó en época de Carlos III con la porcelana que éste había traído de Nápoles”, explica el conservador. Además de esta sala de porcelana, otra de las más importantes del palacio es el comedor de gala, que se creó como la sala de conversación de Fernando VI y que destaca por su suelo de estuco, un material increíblemente delicado que no puede ser pisado por los visitantes.
A estos dos espacios se suman otros de especial relevancia, como el gabinete árabe, con pequeños detalles diseñados por Rafael Contreras, o la sala de los espejos, que fue la cámara de Carlos II.
Además de por sus impresionantes estancias, el Palacio Real de Aranjuez es también conocido dentro y fuera de nuestras fronteras por albergar los mayores jardines del sur de Europa. “Los Jardines de Aranjuez son lo más importante de la ciudad. En ellos se representa la jardinería desde el siglo XVI hasta el presente, porque hay intervenciones de la Casa de Austria, sobre todo en el jardín de la isla, y luego de la Casa de Borbón, tanto en el del Parterre como en el Jardín del Príncipe”, comparte Jordán de Urríes.
En estos jardines históricos podemos encontrar también el museo de Falúas Reales del Palacio, embarcaciones fluviales de recreo con una importancia extraordinaria tanto por la calidad de sus piezas como por su singularidad, y una serie de fuentes históricas que no pasan desapercibidas, como la fuente de Hércules y Anteo, la Ceres, la fuente de Hércules e Hidra y la del Reloj.
Otros recursos turísticos imprescindibles
Aranjuez tiene mucho más que ofrecer fuera de los límites de su palacio. La ciudad cuenta con otros muchos recursos turísticos que merecen ser visitados, entre ellos, sus impresionantes iglesias. Tal y como explica el conservador, “podemos encontrar la iglesia de San Antonio y el convento de San Pascual, que están abiertos a los visitantes. Y, por supuesto, también está el teatro Carlos Tercero”.
Precisamente, el teatro Carlos III es una de las grandes joyas arquitectónicas del siglo XVIII que mandó construir el rey. Mantuvo sus puertas cerradas desde 1989 hasta su apertura oficial en junio de 2014. En la actualidad sigue manteniendo algunos de sus elementos originales, como el techo o las vigas de madera en la cubierta del teatro.
A estos lugares de interés se suman también otras actividades, como el paseo en globo o en barco, o el Chiquitrén, con el que tanto mayores como pequeños pueden recorrer durante 40 minutos Aranjuez y conocer, sin moverse del asiento, algunos de los sitios más emblemáticos de esta ciudad histórica.
La gastronomía, clave en la identidad de la ciudad
Aranjuez es también un destino turístico idóneo para deleitar nuestros sentidos. Esta ciudad es un lugar en el que podemos comer como verdaderos reyes gracias a su excelente gastronomía. Entre sus calles podemos encontrar restaurantes de gran popularidad, como, por ejemplo, El Rana Verde, situado en un entorno privilegiado y romántico, muy cerca del Palacio Real, y cuyos platos se caracterizan por ser caseros, con especialidades típicas como espárragos, faisán o ancas de rana, además de las famosas fresas.
A este emblemático sitio se suman también otros restaurantes en los que poder degustar los productos típicos de la huerta de Aranjuez con fama en toda España, como Casa Pablo o Casa José.
Con todo ello, Aranjuez se ha convertido en un destino idóneo para quienes quieran disfrutar de un fin de semana repleto de historia, naturaleza y gastronomía.