Felix Arvid Ulf Kjellberg, más conocido en la red como PewDiePie, es uno de los youtubers más consagrados en la plataforma de vídeos. Sus contenidos de videojuegos han dado la vuelta al mundo y han servido de referente a decenas de jóvenes que se han lanzado a crear su propio canal y realizar la misma actividad. No obstante, el influencer sueco se mostraba durante las últimas semanas muy crítico con la plataforma por sus nuevas medidas, argumentando que estaba un poco cansado del rumbo que estaba tomando.
Gracias a YouTube, PewDiePie ingresa un total de quince millones de dólares al año, según la revista Forbes, convirténdose en el youtuber mejor pagado del año 2016. Una suma cuantiosa que va en aumento gracias a su más de 50 millones de suscriptores en su canal principal. Un canal que sufrió un grave peligro de desaparecer, en palabras del propio Felix Kjellberg, a través de un vídeo en el que anunciaba que tras alcanzar dicha cifra, los cincuenta millones, terminaría con su periplo por YouTube cerrando su canal en señal de protesta. Este anunció generó controversia y expectación a partes iguales en la red, creando una división entre el público proclive a sus contenidos y los detractores.
Tras alcanzar los soñados 50 millones de suscriptores, PewDiePie citaba a todo aquel que quisiera seguir en directo el momento en el que eliminaría su canal, el pasado viernes a las 17:00h, hora peninsular. Y cuando millones de ojos prestaban atención a lo que el joven de origen sueco tenía que decir al respecto de su protesta contra YouTube, el mundo se encontró con uno de los mayores ‘troleos’ que se han vivido en los últimos años.
PewDiePie cumplió su promesa: cerró su canal de manera definitiva, aunque no en los términos exactos que pudiera parecer en un principio. Lo que hizo fue cerrar su canal secundario Jack septiceye2, provocando el estupor de todos sus seguidores que llegaron a creer que no volverían a ver a su youtuber favorito en la plataforma de vídeos. A través de dicho video, Kjellberg se jactó de la repercusión que había tenido su anuncio en los medios de comunicación y lo que ello había supuesto en los días previos. Una broma que se ha ganado tanto aplausos como abucheos a lo largo del mundo.
En un principio sus argumentos parecían firmes. Sus visitas cayeron a 2 millones de reproducciones por vídeo con las últimas medidas implementadas por YouTube, por lo que no hubiese sido descabellado que finalmente cumpliera su amenaza. No obstante, la cobertura que ha conseguido esta broma es un claro indicio del poder que tienen los youtubers en la actualidad. Un mensaje directo hacia YouTube de cara al futuro de la plataforma y los personajes que forman su comunidad, los cuales comienzan a rebelarse con más frecuencia.