La sociedad tecnológica ya es un hecho. La llegada de la inteligencia artificial (IA) y la tecnificación de los trabajos son una de las causas principales de una sociedad cada vez más demandante, más productiva y más eficiente.
Al igual que la Revolución Industrial y la aparición de nueva maquinaria tuvieron un gran impacto en el nivel de vida laboral, la revolución tecnológica ha traído aspectos positivos a nuestra sociedad, como un acceso más rápido a la información o la mejora de la comunicación.
Sin embargo, es una espada de doble filo. La tecnología es muchas veces sinónimo de presión laboral y social y puede infligir épocas de mayor estrés y ansiedad en las personas.
Es, además, una compañera que nos seguirá en casa y en el trabajo y con la que será imposible competir. Por ello, debemos aprender a incorporarla en nuestra vida sin obsesionarnos con ella.
Este consejo ha sido corroborado por Mariana Salinas, fundadora de la empresa de estilo de vida consciente Sadhana Works: "La nueva sociedad tecnológica nos conduce hacia un día a día mucho más estresante, en el que el concepto de slow living no está al alcance de todos. Para la mayoría de las personas, la vida se reduce a resolver tareas pendientes a un ritmo cada vez más acelerado y con menor alcance de recursos".
Este problema es cada vez mayor y tiene un reflejo directo en el consumo de ansiolíticos. En 2022, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de Naciones Unidas, reveló que España es el país del mundo que más fármacos destinados al control de la ansiedad consume.
Según Salinas, el aumento de los problemas de salud emocional y de adicciones viene, en muchos casos, de la incapacidad de soportar esa presión, y todas las responsabilidades personales y profesionales que caen sobre nuestras espaldas cada día.
"Esas tareas no van a desaparecer y, seguramente, se van a ir incrementando. Así que la solución pasa por preparar bien nuestro sistema nervioso, a través de la práctica diaria de la meditación y la realización de otras actividades, que nos ayudan a conectar con nosotros mismos, a fortalecer nuestra mente y nos permiten resetearnos para salir de esas cárceles en las que a veces sentimos vivir", explica la experta en salud emocional.
Es necesario que ante situaciones de estrés relacionadas con la tecnología, ya sea por sobreinformación, sobreestimulación, o incluso, comparación, desconectemos, nunca mejor dicho, para volver a estar presentes.
Esta premisa ha sido compartida por Salinas, que explica la importancia de incorporar hábitos en nuestra rutina destinados a nuestra salud mental: "Al igual que la ducha limpia nuestro cuerpo cada día, todos deberíamos reservarnos unos minutos al día para meditar y sanear nuestra mente".
Este hábito debe ser acompañado por otros patrones de vida saludable, como alimentarse bien, dormir lo suficiente, darse duchas de agua fría o reducir el uso de la tecnología. Una costumbre que, según la experta, "podría ayudarnos a revertir esa tendencia de autodestrucción, que tanto nos preocupa en la actualidad".