¿Y si comer como Pedro Picapiedra ya no fuera imposible? Hipopótamos, caballos, ciervos pero también mamut formaban parte de la dieta habitual del personaje y de su familia, protagonista de la serie lanzada en los años 60, Los Picapiedra. De hecho, recordamos su visita a un restaurante llamado "Bronto Burguer", especializado en hamburguesas y en costillas de brontosaurio.

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Pese a remitirse a la Edad de Piedra, las proezas de la tecnología hacen que esta dieta ya no parezca tan alejada. Corría el año 1993 cuando el estadounidense Kary Mullis se hizo con el premio Nobel de Química por su invención de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR, en inglés), una técnica que revolucionó la biología. Basada en la copia casi millonaria del ADN, se presentó como una oportunidad para el empresario, quien pretendía con StarGene, ganar dinero vendiendo joyas llenas de ADN de celebridades.

Su invento, pese a ser polémico, inspiró a numerosas empresas desde entonces. La última de ella es Paleo, una startup belga que pretende revolucionar el sector alimentario. Impulsado en parte por una "fascinación infantil con la prehistoria", Hermes Sanctorum, el director ejecutivo de la compañía, desea expandir su negocio con la creación de hamburguesas de mamut lanudo, basadas en su ADN, según informa The Economist. 

¿Cómo lo está implementando? La empresa ya fabrica proteínas sintéticas para la industria de la carne artificial. En este caso, ha obtenido fragmentos de ADN de mamut de hasta 1,2 millones de años descubiertos en la tundra siberiana en colaboración con el Centro de Paleogenética de Estocolmo (Suecia), explica The Science Time.

Para llevar a cabo su negocio, la firma ha reproducido a escala mayor el gen que codifica la mioglobina (responsable del color rojo vivo característico de la carne fresca). Estos fragmentos se han mezclado con ADN de elefantes asiáticos y africanos, los animales aún existentes más próximos al mamut.

Tan solo ha faltado añadir complementos como el almidón y la sal, para conseguir una consistencia y una textura parecidas a las de una hamburguesa convencional. Hermes Sanctorum, quien ya ha asegurado que el sabor de la hamburguesa de mamut era "más intenso" que el de los demás, ha llamado la atención de varios proveedores de carne. Se estima que su negocio podría suponer una ganancia de más de 10 millones de euros.

Otros experimentos

Pese a ser un negocio innovador, no es el primero relacionado con la comercialización de la carne de mamut. Este 2023, la compañía australiana de carne alternativa VOWFOOD presentó sus albóndigas de mamut. Se asoció con el profesor Ernst Wolvetang de la Universidad de Queensland para crear una proteína de mamut utilizando muestras de ADN de mioglobina de mamut, junto con el ADN de elefante.

Las muestras se incorporaron en células madre extraídas de una oveja y se reprodujo para obtener 20 mil millones de células esenciales para la creación de la carne. La empresa está incluso planteándose, utilizando esta misma técnica, desarrollar carne de más de 50 especies animales como alpacas, búfalos o canguros.

¿Pero qué consecuencias acarreen? ¿Esta producción es más sostenible que la tradicional? En un artículo, publicado en Enviromental Science & Technology y mencionado por EL ESPAÑOL, se realiza un estudio comparativo entre la producción de carne de laboratorio y la ganadería, en base a estimaciones de gasto energético. Llega a la conclusión de que, si bien la producción en laboratorio podría requerir cantidades más pequeñas de gastos agrícolas y tierras que la ganadería, esos beneficios serían a expensas de un mayor gasto energético.

Por otra parte, tal y como lo explican expertos en otro artículo publicado en Foods, el proceso de producción artificial requiere el uso de productos químicos, por ejemplo, hormonas y suplementos artificiales, que transforman estos productos en ultraprocesados. Su efecto no sería, por lo tanto, tan positivo en la salud.