Si el lector pertenece a esa rara avis que estudió con la EGB –o antes–, probablemente recuerde a sus maestros enseñando a escribir a su compañero zurdo con la mano derecha. Porque, para algunos, la zurdera era cosa del diablo. Por suerte, esa época ya pasó, pero muchos mitos asociados a esta condición siguen presentes en el imaginario colectivo.
Pocos son los que realmente saben qué dice la ciencia sobre las personas zurdas, ni si sus cerebros funcionan igual que el de los diestros. ¿Son sus habilidades distintas? ¿Se relacionan de otra manera? Muchas son las dudas y aquí, con la ayuda del doctor en neurociencias Diego Redolar, subdirector de investigación de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y la psicopedagoga Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, intentaremos arrojar un poco de luz sobre ellas.
El cerebro zurdo
Empecemos por el principio. ¿Son diferentes los cerebros de una persona diestra y otra zurda? Según explica Redolar en un artículo de la UOC, se han encontrado algunas, pero "mínimas". Y lo explica: "En la corteza motora de una persona zurda, el hemisferio derecho tiene un peso funcional mayor que el hemisferio izquierdo. En el cerebro, el control motor lo realiza el hemisferio contralateral a la extremidad movida".
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Por tanto, para mover la mano o la pierna izquierda, la corteza motora derecha estará moviendo los hilos. De ahí que unos seamos zurdos y otros diestros: porque un lado u otro de su cerebro está lanzando la señal de activación. "También hay algunas personas que son bilaterales, pero es un porcentaje menor", afirma el neurocientífico.
En una persona zurda, por tanto, insiste en el artículo el investigador, "las áreas motoras predominantes son las del hemisferio derecho". Sin embargo, "en una persona diestra pasa justo lo contrario, sus áreas motoras predominantes serían las del hemisferio izquierdo".
Además, también ocurre algo sucedido con el lenguaje. "Para la mayor parte de las personas diestras, el hemisferio más importante para el lenguaje es el izquierdo. Con la mayoría de los zurdos no es así", asegura Redolar. Eso sí, no siempre ocurre así: según el científico, un alto porcentaje de personas zurdas tienen el lenguaje "lateralizado en el hemisferio izquierdo". Sin embargo, "hay personas zurdas que tienen el lenguaje en el hemisferio derecho, y algunas que tienen el lenguaje en los dos hemisferios".
"Para el lenguaje, el hecho de ser zurdo puede ser un aspecto positivo si el lenguaje está en los dos hemisferios. Una persona diestra que tiene una lesión que afecta al hemisferio izquierdo, a las áreas del lenguaje, pierde el lenguaje por completo. Sin embargo, una persona zurda que tenga el lenguaje en los dos hemisferios, aunque la lesión afecte a uno de los dos hemisferios, el otro todavía queda, y, por tanto, la pérdida funcional, en este caso el lenguaje, suele ser menor", afirma.
Por qué hay zurdos y diestros
Aunque no haya una respuesta rotunda a la pregunta de por qué existen personas diestras y zurdas, sí que, según la UOC, hay "algunas hipótesis sobre la organización del sistema nervioso y por qué hay lateralidad en la preferencia manual, en el lenguaje y también en las capacidades visoespaciales".
"En este sentido, hablamos de lateralidad, es decir, de funciones que están en un hemisferio o en otro. La explicación de esta lateralidad no la tenemos hoy en día. Lo que sí parece ser es que es un aspecto de organización del sistema nervioso", argumenta Redolar.
¿Habilidades diferentes?
"Hay algún estudio que habla de ciertas diferencias en el desarrollo del lenguaje en aquellas personas que lo tienen bilateral, pero son mínimas. De hecho, hay más diferencias, por ejemplo, en personas que se han criado en un entorno bilingüe, quienes tardan más en adquirir el lenguaje, pero lo hacen de una manera más marcada y lo aprenden mejor", explica el investigador.
Eso sí, "el contexto de la persona zurda sí puede influir en el aprendizaje", indica Pérez. Y pone un ejemplo: si la persona aprende a escribir árabe de pequeña, "lo tiene más fácil que un zurdo que aprende a escribir en castellano, porque el árabe se escribe de derecha a izquierda. Eso tiene ventajas porque la propia manera de escribir ya es limpia, ni siquiera mancha el papel", señala.
Por eso, a la hora de aprender a leer y escribir una persona zurda podría necesitar un poco más de tiempo. Aunque, asegura, "no por eso van a ser disléxicos o a escribir mal, por ejemplo. Son algunos de los mitos que existen y hay que desterrarlos".
Escribir o no con la derecha
Tanto Pérez como Redolar aseguran, en el artículo de la UOC, que nunca hay que obligar a una persona zurda a escribir con la derecha. Y es que, explican, hacerlo implica luchar a contracorriente: su cerebro se organiza de una manera específica y lo más beneficioso, según los expertos, es que la propia persona elija escribir con una mano u otra según se esté organizando su sistema nervioso.
"Por eso se habla del 'zurdo contrariado', que son personas zurdas a las que han obligado a escribir, trabajar y demás tareas para las que se necesitan las manos con la derecha. La experiencia nos ha enseñado que esto sí puede generar un trastorno, porque se obliga a la persona a utilizar su mano más 'débil', por así decirlo, y necesitará más tiempo para todas aquellas habilidades que precisen de la coordinación oculomanual", explica Pérez.
Y añade: "Si mi naturaleza es que esa coordinación se decanta por la izquierda y yo me fuerzo a hacerlo con la derecha, necesitaré más tiempo y lo haré con más torpeza a la hora de aprender a automatizar un movimiento".
Pérez, además, alerta de lo contraproducente que era enseñar a todo el mundo a escribir con la mano derecha, especialmente teniendo en cuenta que se había por cuestiones culturales y supersticiosas. "Como el mundo está enseñado y pensado para la mayoría, y la mayoría es diestra, se optaba por intentar que la persona zurda se amoldara a la mayoría. Por eso había más trastornos de aprendizaje, más torpeza y muchísima más frustración", asegura.
¿Zurdo de nacimiento?
Pérez recuerda que la "lateralidad" en la mayoría de niños "tarda unos años en mostrarse, porque los bebés van explorando". Precisamente por eso lo ideal es permitir que vayan descubriéndolo solos, y observarles en el proceso.
"Lo recomendable es anticiparse como padres e ir encontrando las estrategias. Verán que su hijo tiende a coger las cosas con una de las dos manos, o a subir las escaleras poniendo primero el pie derecho o el izquierdo, o a llevarse un caleidoscopio siempre al mismo ojo", asegura.
Y concluye: "En caso de que se vea que es zurdo, lo ideal es, si hay posibilidad de productos para zurdos, comprar esa opción, como las tijeras. Y donde no haya esa posibilidad, enseñar con más paciencia para que lo pueda hacer y que esa diferencia sea vivida con positividad. Vivimos en un mundo muy homogéneo, y cualquier diferencia hoy en día es difícil de gestionar".