No hay nada más molesto que enfermar en verano. Especialmente cuando curso con tos, mocos, dolor de garganta e incluso fiebre. Y es que los catarros no son exclusivos solo del invierno. En la época estival también pueden aparecer, casi sin previo aviso.
Este año, en el que estamos viviendo una ola de calor tras otra, el aire acondicionado y el ventilador se convierten en nuestros grandes aliados. Tiendas, restaurantes, centros comerciales, oficinas, transporte público e incluso en nuestros hogares, nos resulta casi imposible resistirnos al frescor que producen estos aparatos.
Pero con el aire acondicionado –y su uso inadecuado– también llegan los cuadros catarrales, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos. Y es que, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el 20% de ellos son consecuencia directa de un aire acondicionado mal utilizado.
[Dolor de cabeza, tos y congestión nasal: cómo saber si tengo gripe o es un simple resfriado]
El motivo es simple: el aire acondicionado reduce la humedad del ambiente y esto provoca que la mucosa nasal y la vía respiratoria superior se sequen y se genere irritación e inflamación. El problema en sí no está solo en las temperaturas bajas que supone encender el aire acondicionado de manera inadecuada, sino en los cambios de bruscos de temperatura.
Y eso es precisamente lo que ocurre cuando pasas de un lugar con aire acondicionado a la calle (o viceversa). Así se provocan los resfriados de verano, que suelen cursar con estornudos, mocos y congestión nasal.
Los expertos de Pic Solution apuntan a los resultados del VI Barómetro sobre el Autocuidado de la población española para asegurar que "aunque 1 de cada 3 españoles lleva un control más exhaustivo de su sistema respiratorio desde la pandemia, en verano se cree erróneamente que hay menores riesgos de resfriados". Por eso, aconsejan, "es fundamental extremar precauciones, especialmente entre asmáticos, niños y personas mayores".
[Esta es la temperatura ideal a la que debes poner el aire acondicionado en la ola de calor]
5 consejos para evitar catarros
1. Cuida la temperatura de tu hogar. Para ello, programa el aire acondicionado con temperaturas entre 24 °C y 26 °C. Además, no olvides revisar y limpiar los filtros de forma periódica. Pero no solo los de casa, también los del coche, sobre todo si vas a viajar con él.
Por último, es fundamental mantener una humedad del aire entre 35% y 60%. Si el ambiente en tu casa es muy seco, puedes usar un humidificador para procurar que la estancia esté en ese margen.
2. Evita los cambios bruscos de temperatura. Y las bebidas demasiado frías o lanzarte a pegarte un chapuzón, de golpe, después de estar un largo periodo bajo el sol. O incluso bañarte con agua fría después de hacer deporte.
3. En la hidratación está el poder. Repítete el mantra de que hay que beber entre 2 litros y 2 litros y medio de agua al día, porque en verano se hace aún más relevante.
4. Botiquín a prueba de catarros. No ignores los productos para atender las vías respiratorias, como soluciones fisiológicas, sprays nasales y aerosoles, especialmente recomendados para asmáticos o personas con EPOC. Productos básicos para los hogares, pero que, según el barómetro de Pic Solution, menos del 40% de los españoles los tienen en casa.
5. Autocuidado cuando te vas de viaje. Si vas a estar de vacaciones fuera de casa, no olvides llevar tu botiquín. Sé previsor, porque más de la mitad de los españoles se lo olvida al irse de vacaciones y no disponen de herramientas para atajar los primeros síntomas del catarro.