El cuerpo humano sigue siendo un misterio. Así lo reiteró hace unos meses el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, en una entrevista con EL CULTURAL. Y es tan poco lo que sabemos, que no fue hasta 2016 cuando se descubrió que teníamos un solo órgano, el mesenterio, encargado de unir el intestino a la pared abdominal y mantenerlo en su sitio.
[Juan Luis Arsuaga: "El cuerpo humano sigue siendo un misterio; no sabemos por qué tenemos culo"]
Las huellas dactilares, el apéndice, son muchos los enigmas que todavía mantienen en vilo a los científicos. El avance de la anatomía humana, una disciplina de la biología, ha sido rápido. En los últimos siglos, la invención del microscopio y otras técnicas científicas han permitido a los científicos conocer la estructura y función del cuerpo humano y casi todas sus partes. Pero esto no significa que se haya podido desentrañar todo lo que tenemos debajo de la piel.
Con la ciencia de la mano, desde EL ESPAÑOL recopilamos algunas de las curiosidades y rarezas más sorprendentes sobre cuerpo humano. Es posible que ya conozcas algunas de ellas, pero seguro que otras no te dejarán indiferente.
El ojo es el músculo más rápido
El ojo es un órgano formado por seis músculos. Y uno de ellos, el orbicular, es el más rápido del cuerpo humano. Las personas tienen dos, uno en cada ojo, y se encargan de controlar la acción de cierre de los párpados. Es decir, son los que permiten parpadear.
Cuando se desencadena el reflejo corneal -por ejemplo, cuando un objeto toca el ojo y cerramos instintivamente el ojo-, el orbicular de los ojos nos permite hacerlo en menos de 100 milisegundos (0,1 segundos). A pesar de que se conoce el mecanismo que permite que los ojos se cierren, no se sabe exactamente por qué parpadeamos.
Cada segundo, creas más de 3,8 millones de células
Se calcula que una persona media tiene unos 30 billones de células humanas. Esta es una aproximación, ya que sería extraordinariamente complicado contar células humanas. Cada uno de los 200 tipos de células tiene un peso y tamaño diferentes. Las células mueren constantemente y, al mismo tiempo, se crean otras nuevas.
Una investigación de los biólogos Ron Sender y Ron Milo, del Instituto Weizmann de Israel, estima que el cuerpo reemplaza unos 330.000 millones de células al día. Esto significa que se estarían fabricando más de 3,8 millones de células cada segundo.
La piel es el órgano más grande
La piel y sus derivados (pelo, uñas, glándulas sudoríparas y sebáceas) constituyen el sistema tegumentario, el órgano más grande del cuerpo. Representa aproximadamente el 16% de la masa corporal total y tiene un grosor aproximado de 2 milímetros. Una de sus principales funciones es proteger los órganos y los músculos de factores externos como las bacterias, las sustancias químicas o las temperaturas extremas.
Una de las principales funciones de la piel es la protección. Salvaguarda al cuerpo de factores externos como las bacterias, las sustancias químicas y la temperatura. La capa superficial resiste lesiones cotidianas comunes como rozaduras, cortes, quemaduras y quemaduras solares.
El corazón late 100 mil veces al día
En condiciones normales, el corazón late unas 100.000 veces al día y 36 millones de veces al año. La frecuencia cardíaca normal de un adulto en reposo suele ser de entre 60 y 100 latidos por minuto.
Durante el reposo, el ritmo cardiaco se ralentizará. Y, con el ejercicio, latirá más deprisa. Otras circunstancias que afectan a la velocidad a la que late el corazón son las cardiopatías. Si un corazón late menos de 60 veces por minuto, se podría estar experimentando una bradicardia. Mientras que si late más de 100 veces por minutos, se denomina taquicardia.
El cuerpo tiene 5 millones de poros
Los poros se encuentran en cada centímetro de piel, excepto en las palmas de las manos y las plantas de los pies. De media, un adulto tiene 5 millones de poros. Y 20.000 están en la cara.
Un poro es la abertura en la superficie de nuestra piel, pero la parte inferior del poro -la unidad acrosiríngea- está compuesta por el folículo piloso, la glándula sebácea, la glándula sudorípara y el revestimiento del poro.
Los dientes humanos son tan fuertes como los de un tiburón
Puede que los dientes humanos no igualen a los de un tiburón tigre en tamaño o número, pero son igual de robustos. En los tiburones, el material que recubre los dientes está compuesto en gran parte de fluoroapatita, un mineral de fosfato fluorado que en su forma pura es más duro que la hidroxiapatita que se encuentra en el esmalte de los dientes humanos.
En una investigación publicada en el Journal of Structural Biology, se descubrió que la capa de esmalte de los dientes de tiburón no es más dura que la del esmalte de una muela del juicio humana. Este descubrimiento se fundamenta en unas pruebas que se hicieron sobre las superficies de los dientes de un marrajo (Isurus oxyrinchus) y de un tiburón tigre (Galeocerdo cuvier). Si bien son igual de duros, los dientes de los tiburones tienen una ventaja: no desarrollan caries.
La nariz puede reconocer un billón de olores distintos
La nariz humana puede distinguir al menos un billón de olores diferentes. Esta es la asombrosa cifra que arrojó un estudio publicado en la revista en marzo de 2014. Anteriormente, se estimaba que el olfato humano solo podía discernir 10.000 olores.
Esta estimación es probablemente menor al número real de olores que los 400 receptores olfativos pueden percibir.