Sobre el tema relaciones de pareja hay infinidad de películas, cursos y recomendaciones, pero, entre toda esa información: ¿dónde hallar las respuestas mágicas que te permitan construir y mantener una relación de pareja que funcione. Aquí van las 3 claves que considero más relevantes:

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Empieza por ti

Si hay una clave mágica, te diría que mires hacia tu interior, porque gran parte de lo que ocurre en tus relaciones tiene que ver con más contigo, que con tu pareja, y las circunstancias externas que crees que están influyendo.

Detrás de toda crisis de pareja hay una crisis personal de uno o ambos integrantes. Debemos recordar que todos hemos desarrollado, especialmente durante la infancia, formas y patrones de vinculación que condicionan la forma en que actuamos y reaccionamos en las relaciones afectivas que mantenemos durante la vida adulta.

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Por ello, invertir en tu autoconocimiento resulta fundamental para aprender una nueva forma de participar en tu relación de pareja y así alcanzar mejores resultados.

Tenemos dos modos de relacionarnos

En el modo reactivo, nuestras respuestas (enfadarnos, distanciarnos, etc.) no surgen de la situación actual o de lo que nuestra pareja hizo o dijo, sino que son reacciones automáticas que activan algo que ya estaba instalado de forma previa en nosotros.

Y eso que nuestra pareja hizo o dijo se conecta con “heridas” previas que casi todos tenemos y que, sin saberlo, llevamos a nuestra relación (miedo al abandono, sentirnos que no somos suficientes, etc.).

El modo reactivo, lamentablemente, es una de las fuentes de conflicto más importantes en las relaciones humanas.

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Por el contrario, el modo proactivo implica elegir nuestra actitud en vez de reaccionar. Es quitar el foco y energía de lo que nuestra pareja hace o dice y, en su lugar, canalizar nuestra mirada hacia lo que queremos lograr en la relación de pareja.

El modo reactivo viene “preinstalado”, es algo muy primitivo en nosotros que busca asegurarnos la supervivencia (no la felicidad o bienestar).

El modo proactivo busca equilibrio y bienestar, no viene preinstalado y por eso mismo debe ser aprendido.

Comunicación y conexión emocional

La comunicación en una relación de pareja debería empezar por algo obvio, aunque no lo hacemos, y es escuchar para comprender lo que el otro siente, piensa o necesita.

Escuchar sin pensar en responderle, justificarte, discutir, hacerle ver que tú tienes la razón, etc. Escuchar para comprender busca que la otra parte sienta que le importas y eso genera conexión emocional.

Otro objetivo fundamental de la comunicación es saber cómo se siente amada tu pareja. Puede que estés haciendo muchas cosas que tienen una intención amorosa, pero, quizás, no es lo que necesita tu pareja para sentirse amada.

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A modo de ejemplo: ¿tu pareja necesita compartir tiempo de calidad juntos? ¿Se siente amada con regalos o cuando le ayudas en ciertas tareas? ¿O son las caricias, los abrazos y el contacto físico lo que le hace sentirse amada?

Preguntarle es una forma de incluirla en tu intención de demostrarle amor y te permitirá adaptar tus acciones para que se sienta amada.

Muchas veces el problema no es la falta de amor, sino una comunicación emocional poco efectiva para generar conexión, es decir, que tenga en cuenta a la otra parte de la relación.

En conclusión, revisar cómo estás en estos tres aspectos clave te dan una primera pista de por dónde puedes empezar el camino para construir una relación de pareja que funcione.

**Ricardo Gabisson es coach de reinvención personal y relaciones de pareja.