La frase "Somos lo que comemos" resume el impacto de la alimentación en nuestra salud global. Nuestro estado físico y emocional se ve directamente influenciado por nuestra dieta de ahí la importancia de cuidarla y de elegir alimentos con beneficios. Algunos son, de hecho, conocidos como 'superalimentos' por contar con un gran número de propiedades.
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¿Pero cuáles son los más recomendables para la piel? ¿Algunos nos benefician de forma especial? Repasamos, en palabras de expertas, los mejores para lucir una piel resplandeciente.
¿Por qué alimentos apostar?
"Un alimentación antioxidante y rica en grasas saludables va a ser nuestra aliada para mantener una piel bonita y suave. Mis alimentos favoritos son: aguacate (rico en ácidos grasos omega 3 y vitaminas antioxidantes C, A y E); las nueces (ricas en ácido fólico encargado de la regeneración celular así como vitamina A, E, selenio y zinc; y el salmón (rico en grasas poliinsaturadas y vitamina D). Y, por supuesto, una correcta hidratación es fundamental para mantener la turgencia de la piel", explica Lara Garcelán, nutricionista-dietista del Hospital Universitario HM Torrelodones.
Leyre López-Iranzu, nutricionista de Clínica FEMM, corrobora que toca apostar por "alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras coloridas, así como alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón y las nueces, pueden ayudar a mantener una piel saludable".
Ten también en cuenta la seta Maitake. Crece de manera natural en la base de los robles, es rica en antioxidantes, polisacáridos, vitaminas y minerales. Y, como dice, Natalia Abellán, directora técnica de Ambari, "es uno de los hongos más desconocidos y que más propiedades tiene. De hecho, es un excelente antioxidante que combate la inflamación en la piel, es muy hidratante por los polisacáridos con los que cuenta pero sobre todo, es un gran reparador de la piel y de su barrera gracias a los compuesto bioactivos que promueven la regeneración celular y el equilibrio dérmico".
Otro alimento clave y no tan conocido es el kiwi berry también conocido como kiwi enano. "Es rico en ácidos como el quínico -astringente-, ácido málico -que mejora la hidratación y luminosidad-, o el ácido succínico -antimicrobiano y bueno para prevenir procesos de acné-. Además contiene vitamina C, el kiwi berry ofrece una fuerte protección al organismo ante agentes externos: la contaminación o la radiación solar. Es más, puede ser un gran apoyo a productos con SPF", explica Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
El cuidado tras el verano
Los expertos de Nutritienda nos recuerdan, además, algunas pautas básicas para cuidar la piel de forma más específica después del verano:
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Hidratación intensa: hay que optar por una crema hidratante corporal rica en ingredientes como glicerina y manteca de karité. A la hora de aplicarla hay que centrarse en las áreas que suelen resecarse más, como los codos, las rodillas y los talones.
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Limpieza suave: después de días al aire libre, es importante eliminar cualquier acumulación de protector solar, sudor y suciedad. Lo mejor es optar por limpiadores suaves y libres de sulfatos para evitar que la piel se reseque aún más. Una limpieza adecuada ayudará a que los tratamientos posteriores sean más efectivos.
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Exfoliación renovadora: con una exfoliación regular se consigue la eliminación de las células muertas y mejorar, en general, la textura de la piel. Para el rostro se puede optar por exfoliantes suaves con ácido glicólico o ácido láctico para evitar la irritación y ayudar a que el producto penetre mejor en la piel.
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Mascarillas hidratantes y reafirmantes: las mascarillas pueden devolver al rostro la luminosidad y elasticidad perdida. Conviene utilizar las que tengan colágeno, vitamina C o ácido hialurónico, y aplicarlas una o dos veces por semana para un cuidado intensivo.
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Tratamientos específicos: si la piel presenta un tono desigual y se nota apagada, existen productos con vitamina C para iluminar y unificar el tono de la piel. Para problemas más graves, como la hiperpigmentación, conviene consultar a un dermatólogo.
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Protección continua: aunque el verano haya llegado a su fin, no hay que dejar de lado el protector solar, ya que la protección debe permanecer en la rutina durante todo el año. Lo más adecuado es optar por un protector solar de amplio espectro con al menos SPF 30 y aplicarlo todos los días, incluso los nublados.
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Mantener una buena hidratación: no hay que olvidar beber suficiente agua, algo crucial para mantener la piel sana y radiante. El agua ayuda a eliminar toxinas y a mantener el equilibrio hídrico de la piel.
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Descanso y autocuidado: el estrés puede afectar negativamente la salud de la piel, por lo que resultan muy convenientes técnicas como la meditación, el yoga o el mindfulness. Un buen descanso también es esencial para la regeneración celular y la reparación de la piel.
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Ajustar la rutina: la transición de las vacaciones al otoño requiere de ajustes en la rutina de cuidado de la piel. Hay que valorar un cambio de productos y tratamientos según las necesidades de la piel en cada momento.