El síndrome 'text neck' o cómo el móvil puede multiplicar por cinco el peso de tu cabeza

El tiempo que pasamos mirando el móvil muchas veces se nos escapa de las manos, cuando vamos andando, miramos el móvil, cuando estamos esperando a alguien, miramos el móvil. Un simple gesto que, aunque muchas personas lo desconocen, puede causar lesiones graves.

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Aunque no nos demos cuenta, nuestro cuello está sujetando mucho más peso del que nos imaginamos. Si una cabeza humana pesa de media 5.5 kg en una posición vertical, conforme el cuello se dobla hacia adelante y se abre el ángulo de flexión, el peso que aguanta puede llegar a multiplicarse por cinco.

Esto es debido a que en el momento en el que bajamos la cabeza para mirar el móvil y la barbilla se acerca al pecho, nuestros músculos en la parte alta del cuello y de la espalda se fuerzan y obligan a trabajar más intensamente para evitar que la cabeza caiga.

Esta continua contracción de los músculos no solo se siente físicamente cuando levantamos la cabeza, sino que crea una presión sobre los nervios en la base del cráneo, que a la larga pueden causar importantes consecuencias para la salud.

Estos síntomas se aglomeran en torno a un término llamado "text neck" o síndrome del cuello roto, que fue originado por el quiropráctico Dean L. Fishman en el año 2008, quien quiso hacer referencia a los problemas de salud por el uso prolongado de los diferentes dispositivos.

Aunque todos estos problemas vengan como origen principal de los teléfonos móviles, realmente este término fue dirigido a toda la tecnología que nos hace flexionar el cuello para mirar una pantalla. 

Causas del 'text neck'

Mirar al teléfono móvil es un esfuerzo que se ha normalizado y que ahora forma parte del día a día, tanto que muchas veces no sentimos el dolor hasta que nos levantamos al día siguiente.

El gran problema consiste en que el aumento del consumo de los dispositivos móviles aumenta cada vez más, sobre todo en plena era tecnológica, y conlleva unos tiempos muy prolongados y constantes en la misma postura. 

La cabeza de un adulto que de media pesa entre 4 a 5 kilos, al inclinarse para mirar la pantalla de un teléfono móvil, tablet u ordenador, puede provocar una presión en la zona cervical de hasta 27 kilos.

Lo que hasta ahora era un peso normal y adecuado para nuestros músculos, con esta postura se multiplica y acaba terminando siendo un peso cinco veces superior a la presión normal que deberíamos soportar, según un estudio de Surgical Technology International.

Algunas de las lesiones que pueden aparecer con base en el "text neck" son tales como el aplanamiento de la columna vertebral en la zona cervical, artritis temprana, daños en los nervios, tensión muscular y en algunos casos extremos puede provocar hernias discales.

Prevenir el dolor

Existen algunas recomendaciones que pueden ayudar a evitar las posibles consecuencias de la sensación de cuello roto sobre los músculos y la columna vertebral. 

En el mercado puedes encontrar cojines lumbares que mejorarán tu posición, se colocan en cualquier tipo de asiento y están diseñados para favorecer una postura corporal correcta. A la hora de dormir, utilizar almohadas para sostener la zona afectada también puede marcar una diferencia por el día.

En el momento de usar el dispositivo móvil, el ordenador o cualquier otro aparato tecnológico, es importante no hacerlo durante un periodo prolongado de tiempo, ya que puede aumentar mucho las dolencias y las molestias.

Se recomienda disminuir su uso y en caso de ser imprescindible o, estar en horario laboral, se puede situar el dispositivo en una postura más elevada.

Y hablando sobre los dispositivos tecnológicos, siempre que sea posible, se recomienda utilizar el ordenador en vez del teléfono móvil, ya que hace que la postura de nuestro cuerpo sea menos agresiva. Además, tomar descansos frecuentes hará que el dolor se calme notablemente.

Por último, hacer ejercicio y realizar estiramientos de forma periódica es una de las formas más efectivas para reducir las dolencias musculares, mantener una rutina puede marcar un antes y un después en nuestra salud.