La compañía de una mascota alegra la vida de muchas personas, aporta amor, compañía y en muchas ocasiones, incluso te quita toda la tristeza. Es bien sabido que muchos animales sirven como ayuda a personas con trastornos como del espectro autista, pero, ahora, también se sabe que pueden servir como diagnóstico en posibles enfermedades.
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Los sentidos de los animales son muy diferentes a los de las personas, son mucho más potentes y efectivos. Donde a nosotros nos cuesta oír, ellos detectan todo tipo de sonidos e incluso, donde a nosotros nos cuesta oler, ellos huelen a distancia.
Es por ello, que la ciencia ha sabido ir más allá e investigar acerca de estos sentidos, saber hasta dónde pueden llegar y cuánto de efectivos son. Diferentes estudios han observado cómo pueden ayudar algunas especies a la hora de detectar algunas enfermedades como el cáncer, el párkinson o el Covid-19.
Los perros son considerados como uno de los animales más efectivos en la detección de enfermedades, pero no son solo ellos los que pueden hacerlo, ya que también algunos insectos o reptiles también poseen la habilidad.
Los perros
La inteligencia de los perros es indudable, su olfato es 100 veces mejor que el de una persona y pueden llegar a aprender cosas increíbles. La presencia de unidades caninas en la policía confirma esta destreza, convirtiéndose incluso en su opción número uno en múltiples casos como la detección de explosivos, de drogas o para rastrear a personas.
Al ser un animal más sensible, sus sentidos están mucho más desarrollados, lo que hace que el campo de la medicina investigue al respecto. Un estudio de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular descubrió que los perros, utilizando su sentido del olfato, pueden extraer muestras de sangre de personas con cáncer con una precisión de casi el 97%.
Pueden aprender a oler diferentes tipos de cáncer, desde el melanoma, cáncer de mama e incluso gastrointestinales. Si este adoctrinamiento va más allá, pueden también detectar enfermedades como la malaria o el párkinson.
Tan grande es esta destreza que en Estados Unidos, durante el Covid-19, los perros tuvieron un gran papel a la hora de su detección y es que empleaban a estos animales entrenados para detectar casos en las personas que acudían a grandes establecimientos como conciertos o escuelas.
Las hormigas
Aunque sea un dato muy desconocido, las hormigas son aliadas desconocidas contra el cáncer de mama. Concretamente, una especie común en toda Europa, la hormiga formica fusca.
A este pequeño animal se le puede enseñar a identificar el olor del cáncer de mama en la orina, ya que tiene unos receptores olfativos en sus antenas cuyo objetivo real es detectar el olor corporal de otras hormigas.
Científicos estudiaron la habilidad de esta especie al asociar el olor de las células cancerosas con una recompensa. Estas células se caracterizan por un metabolismo alterado que algunos insectos, como las hormigas, pueden ser entrenados para reconocerlas con facilidad.
Además, una investigación de la Universidad Sorbona Paris Nord en Francia también demostró que este insecto podía aprender a distinguir entre el olor de la orina de ratones enfermos y el de ratones sanos.
Las ratas
Muchas personas aseguran que las ratas solo traen enfermedades y lo cierto es que pueden ayudar a detectarlas. La rata gigante africana ha sido utilizada durante años para detectar explosivos, pero se desconocía que también podía llegar a identificar enfermedades.
En 2004, la organización belga APOPO envió ratas gigantes adiestradas a Mozambique, donde se demostró su destreza no solo para localizar minas terrestres, sino que también detectaron olores de enfermedades como tuberculosis.
Estos animales pueden analizar grandes cantidades de muestras en tan solo unos minutos con un entrenamiento que suponga una recompensa cada vez que hagan bien su trabajo, al igual que hacen con las hormigas.
Las abejas
Las abejas no solo traen múltiples beneficios a los humanos con la polinización, sino que también pueden ayudar con el diagnóstico con pandemias como el Covid-19.
Un estudio holandés comprobó que cada vez que las abejas detectaban material infectado, sacaban la lengua. Una habilidad que también se descubrió de la mano de otros científicos, cuando les ofrecían materiales infectados de Covid-19 y ellas hacían el mismo gesto.
En este último estudio, las abejas eran premiadas cada vez que detectaban enfermedades, pero, cuando se las dejó de recompensar, se descubrió que continuaban haciéndolo.
El Caenorhabditis elegans
El nematodo Caenorhabditis elegans, consiste en una especie de gusano que tiene un tamaño minúsculo, cuenta con genes patógenos muy parecidos a los nuestros. Esto, junto a su pequeño tamaño y su transparencia, le hace un gran aliado de los científicos.
Diferentes estudios han demostrado su eficacia a la hora de detectar diferentes tipos de cáncer, como el de páncreas o el de mama. Durante las pruebas, estos seres evitaban las células sanas y se dirigían a las cancerosas.