Nunca logramos estar en completo silencio, siempre escuchamos algún crujido de un mueble, las voces de los vecinos o algún coche a lo lejos. Sin embargo, existe un lugar en el mundo que está aislado de todo eso.
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En esta sala, que se sitúa en las oficinas de zen Washington, Estados Unidos, el ruido de fondo es tan bajo que se acerca al umbral más bajo, según las teorías matemáticas, el cero absoluto de sonido, siendo el siguiente nivel la ausencia total de sonido.
La habitación se llama cámara anecoica, porque no hay ecos, el habitáculo es capaz de absorber las ondas sonoras sin reflejarlas en absoluto: el silencio es tan profundo que resulta sobrecogedor.
Todos los sonidos del mundo exterior se quedan fuera y todas las personas que han podido entrar lo único que han escuchado claramente ha sido el latido de su corazón, su respiración y con el tiempo, han llegado a oír el crujido de sus propios huesos.
Ha sido el libro de los Récords Guinnes quien ha denominado a la sala como el sitio más silencioso de la tierra, título que se adjudicó en el 2015. El récord mundial se estableció cuando el nivel de ruido interior se calculó en -20.6 decibeles.
"Donde el sonido va a morir"
El sitio más silencioso del planeta o la cámara anecoica es un cubo que mide 6,3 metros en cada lado que ofrece una experiencia sensorial única, pero imposible para las únicas personas que han podido entrar.
La cámara no está abierta al público, pero sí a investigaciones y experimentos. El entorno silencioso es tan extremo, que quienes han podido comprobarlo, no han podido pasar más de una hora en su interior.
Hundraj Gopal, de Microsoft, pudo confirmar que "varias personas han podido permanecer dentro durante aproximadamente 30 minutos", pero que, sin embargo, "otros piden salir en los primeros segundos".
Los sonidos débiles se vuelven claramente audibles porque el ruido ambiental es excepcionalmente bajo, por ese motivo, se puede escuchar hasta un propio movimiento corporal que hagamos.
El diseño de una cebolla
Para conseguir el silencio extremo, la sala está diseñada con una estructura en forma de cebolla, seis capas de hormigón y acero que la logran aislar de todo el ruido exterior.
De cierta forma, la sala está 'desconectada' del edificio porque se asienta sobre una serie de amortiguadores de vibraciones. En el suelo, el techo y las paredes, hay unas cuñas de fibra de vidrio para romper las ondas sonoras antes de que tengan la oportunidad de rebotar en la habitación.
Existen más cámaras que aíslan del sonido alrededor del mundo, una de ellas en los laboratorios Orfield, la cual está abierta al público. A diferencia de la de Microsoft, ninguna de las otras ha conseguido llegar al nivel de silencio que la premiada por Guiness.
¿Cuál es su verdadero uso?
Las cámaras anecoicas suelen utilizarse en grandes empresas para probar ruidos y sonidos de productos como altavoces o teléfonos móviles con el objetivo de lograr evaluar su rendimiento en condiciones de sonido controladas y reproducibles.
Esto permite a empresas como Microsoft, ajustar y mejorar la calidad del sonido de los productos mucho antes de que lleguen al mercado. En la cámara anecoica pueden calibrar la potencia, la capacidad sonora, la directividad de antenas o incluso, la maquinaria industrial.
Entre los productos que se han beneficiado del silencio y el grado de confiabilidad científica de la cámara han sido dispositivos como las tablets Surface, las consolas Xbox o las gafas de realidad virtual.