Las cheat meals se han convertido en una norma para aquellas personas que han decidido seguir a rajatabla una estricta (y saludable) pauta alimentaria para perder peso o mejorar su condición física. Este concepto anglosajón —popularizado por los círculos del fitness— recoge aquellos momentos en los que se decide "hacer trampas" y consumir alimentos que nos habíamos prohibido. Pizzas, hamburguesas o bollería, cada persona tiene su vicio. 

[“Cheat meal”: qué es y por qué caer en su “trampa” es cuestionable]

Y no solamente se tratan de platos específicos, también pueden ser alimentos tan básicos como el chocolate o la pasta. El concepto de cheat meal tiene que ver con cómo se etiqueta la comida: esa dicotomía entre comidas buenas y malas.

La ciencia todavía no ha respaldado con evidencia concluyente que esta técnica contribuya a la pérdida de peso. Existen estudios que han llegado a afirmar que gracias a las cheat meals, se producirán cambios en la composición corporal y se mejorará la función metabólica gracias a las fluctuaciones de la hormona del hambre, la leptina.

Otros también han apuntado que contribuyen a lo que se conoce como la psicología de la pérdida de peso. Es decir, hay algunas personas que pueden resistir eficazmente la tentación sabiendo que se acerca su cheat meal, pero admiten que no todo el mundo puede regular sus propios comportamientos alimentarios de la misma manera.

Lo cierto es que las comidas basura se han convertido en auténticas drogas que 'enganchan'. Al menos, esto es lo que dijo un equipo de nutricionistas en una publicación reciente de The British Medical Journal

Carbohidratos, por la mañana

Para aquellos que están a dieta y también para los que quieren moderar su consumo de comida basura —cargadas de grasas y carbohidratos—, hay algunos momentos del día en los que el cuerpo está mejor preparado para digerir este tipo de alimentos. Según un estudio publicado en Current Biology en 2018, la hora del día en que consumes este tipo de alimentos tiene impacto en la manera en la cual tu cuerpo metaboliza los carbohidratos y las grasas.

Según este estudio, la cantidad de energía que consume el cuerpo en reposo, lo que se conoce como gasto metabólico basal (GMB), es menor a primera hora de la mañana y mayor a última hora de la tarde. Esto significa que el peor momento para consumir comida basura es la mañana; y el mejor, la tarde-noche. No obstante, no se aplica lo mismo a los carbohidratos que a las grasas. 

El cuerpo quema mejor los carbohidratos por la mañana y la grasa por la noche, lo que significa que los carbohidratos deben consumirse más temprano en el día para una óptima quema de grasa. 

El reto de perder peso

Aquellos que recurren a las cheat meals lo hacen conociendo que el beneficio principal es psicológico: permite a las personas satisfacer antojos y contar con un descanso mental de las estrictas pautas dietéticas. Es decir, puede ayudar a aliviar los sentimientos de privación, mantener la adherencia a largo plazo a un plan de alimentación saludable y prevenir los episodios de atracones.

Lo que está claro es que las cheat meals no son para todo el mundo. Hace falta la misma disciplina para seguir una dieta que para introducir este mecanismo para saciar nuestro apetito por los helados o las hamburguesas. Si no se controlan las cheat meals, siempre estará el riesgo de empezar con una cucharada para pronto darnos cuenta de que se ha vaciado el bote.

"Si puedes comer de vez en cuando fuera del plan sin problemas, entonces no es hacer trampas... es comer alimentos que te satisfagan. Y si no puedes comer estos alimentos, tampoco es hacer trampas: es mentirte a ti mismo", señaló Omar Manejwala, psiquiatra y experto en medicina de las adicciones, en un artículo para PsyPost