¿Cómo de feliz eres del 1 al 10? Pocas, muy pocas veces, va a ser un 10. Y está bien. No podemos ser felices toda la vida, tenemos y debemos permitirnos estar tristes en muchas ocasiones. Sin embargo, a determinadas edades, esta felicidad puede ser superior o inferior.
[Estos son los tres tipos de amigos que necesitas en tu vida para ser feliz según Harvard]
El bienestar es completamente subjetivo, respondemos a ello basándonos en nuestra perspectiva y en aquello que nos gusta. Cuando existen diversos motivos para ser feliz, la mayoría de las personas tiene su propia idea de qué significa la felicidad.
Dentro de esta subjetividad, diferentes investigadores han estudiado acerca de este estado de ánimo, la escala de la felicidad, en qué consiste, cuántos tipos hay, cómo medirla o a qué edad podemos considerar que hemos llegado a la cúspide.
El motivo por el cual dibujamos las caritas felices en forma de U, es porque verdaderamente la felicidad sigue ese patrón. Y en esta definición, los picos de la felicidad se viven en dos momentos de la vida: la infancia y la vejez.
Una forma de U
Fueron Andrew Oswald, profesor de Economía y Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Warwick; y David Blanchflower, economista, quienes descubrieron las edades en las que podemos considerarnos verdaderamente felices.
[El poder de la gratitud o cómo decir gracias puede ayudarte a ser más feliz]
La investigación demostró que somos más infelices según avanzamos en edad. Sin embargo, somos más felices a medida que envejecemos. Es decir, nuestros picos de bienestar se encuentran en el alba y el ocaso de nuestra vida.
Somos mucho más felices cuando somos niños, pero no lo recordamos. No tenemos conocimiento de la vida real, solo de todo aquello 'superficial': que nuestros amigos quieran salir al parque a jugar, no tener verduras para comer o que los Reyes Magos nos traigan lo que hemos apuntado.
Empezamos a sentirnos más infelices después de los 20 años, cuando tenemos conocimiento de todas esas cosas que desconocíamos. Es en este momento cuando la línea de la U desciende hasta llegar a los momentos más tristes.
La crisis de los 40 es cierta en esta gráfica, puesto que empezamos a aceptar que la vida está pasando y nuestro futuro —en ocasiones— no es como nos habíamos imaginado en nuestra infancia.
[¿Cómo diferenciar una sonrisa falsa de una real? Las claves de la ciencia de las microexpresiones]
Sin embargo, la silueta comienza a coger forma a medida que envejecemos: gozamos de más tiempo para disfrutar de los pequeños detalles y conocemos todas las herramientas para afrontar los mejores momentos e ignorar los malos.
Lo que se traduce en que somos más felices cuando desconocemos los secretos de la vida, pero también cuando nos los sabemos de memoria.
Estadísticamente felices
En esta investigación, como en todas, hay algunas excepciones. Por lo general, las mujeres son ligeramente más felices que los hombres, pero también, son más susceptibles a la hora de estar —en cantidad— mucho más tristes.
Dentro de la gráfica, se omiten las circunstancias. Hay miles de cosas en la vida que pueden afectar a la felicidad de las personas: las relaciones, la familia, los ingresos o la salud, entre otras. Y todas determinan en la forma de sentirse, a cualquier edad y en cualquier circunstancia.
La felicidad es la acumulación de todas estas experiencias, las personas que te rodean y tu actitud a la hora de enfrentarte a la vida.