Lo cierto es que en España nos encanta brindar, cualquier oportunidad es la perfecta para alzar las copas, vasos o, incluso, tazas, para celebrar cualquier cosa, hasta las más insignificantes.
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Tan fuerte es esta tradición que incluso hemos creado frases y refranes para hacerlo más divertido aún y alrededor del simple hecho de brindar, se aglomeran fortunas pero, también, desgracias, según algunas leyendas traídas de la antigua Grecia.
Esto es debido a que el brindis se remonta hasta hace siglos, cuando los griegos solían honrar y brindar a los muertos con vasos llenos de agua. A raíz de ese mito, en algunas culturas se considera que chocar las copas con agua trae mala suerte.
Sin embargo, más allá de los mitos, brindar anima a cualquiera: por una persona, un acontecimiento importante o simplemente porque tenemos copas en mano y a alguien siempre se le ocurre decir "un chinchín".
Porque aunque brindis sea la palabra correcta, es muy habitual que llamemos chinchín al momento de alzar las copas y hacerlas sonar, lo hemos habituado tanto a nuestro vocabulario, que ya es parte de él.
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Realmente el chinchín es lo que se dice una vez estamos brindando, así como a veces decimos 'salud'. No obstante, el primer término está mucho más instaurado y normalizado e incluso, le hemos cogido el gustillo a gritarlo.
Lo cierto es que el chinchín lleva instaurado en la memoria de los brindis desde hace siglos, pero por mucho que en España nos guste brindar, es una tradición que no originamos nosotros.
Origen de la palabra chinchín
El chinchín lleva con nosotros muchísimo tiempo, lo utilizamos sin cesar, pero, sin embargo, no conocemos cuál es su origen y el motivo por el cual lo decimos.
Para buscarle una lógica, muchas personas creen que el motivo del chinchín es debido al sonido que hacen las copas al sonar, el cual podría ser acertado. Ciertamente, tenemos que desplazarnos hasta China para conocer su origen.
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El chinchín no se trata de una onomatopeya, sino de una expresión de cortesía de origen chino —de ching-ching, que significa algo parecido a 'por favor'— que nos ha llegado, según el Diccionario de la Academia, a través del inglés.
En las reuniones, se solía decír ching-ching —lo que para nosotros sería por favor, por favor— para invitar a todos los invitados a alzar sus copas y brindar.
El escritor Lorenzo Magalotti habló de este suceso en su libro Relazione della China (1974) cuando profundizó y desglosó todos los rasgos de la cultura china. En él, mencionaba como los chinos repetían el chinchín en los brindis.