Durante años, En España y en todo el mundo, los investigadores especializados en la ciencia cognitiva han estudiado a los seres humanos para comprobar su modo de aprendizaje. Edward Thorndike fue uno de ellos.
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Las investigaciones del psicólogo estadounidense le llevaron a desarrollar la ley del efecto, un principio fundamental en este campo y en la psicología. Según esta ley, una respuesta que surge tras una consecuencia satisfactoria suele ser repetida. En cambio, las respuestas seguidas de consecuencias negativas tienden a evitarse.
Para desarrollar esta ley, realizó una serie de experimentos e investigaciones sobre el comportamiento de los animales. En ellos utilizó cajas de rompecabezas con mecanismos para que los animales los activasen y pudieran escapar y obtener una recompensa. Al principio, el psicólogo se dio cuenta de que exploraban todas las acciones posibles y después aprendían la secuencia de movimientos que les permitía abrir la caja y obtener la recompensa.
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Además de esta caja, también hizo recorridos o laberintos con una habitación con comida. El resultado que obtuvo de estos estudios fue la elaboración de la teoría de aprendizaje por ensayo o error. Por ello, aseguró que los perros no razonan ni avanzan a la hora de resolver los problemas, sino que simplemente aprenden de manera mecánica.
Esta ley tiene implicaciones significativas en el proceso de aprendizaje, ya que establece que un refuerzo positivo es efectivo para fortalecer las respuestas que queremos y de este modo se aprende. Del mismo modo, demuestra que un castigo no es tan efectivo, porque simplemente genera respuestas de evitación.
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Tras esta ley, Thorndike también desarrolló la Ley del Ejercicio, que establece que estas conexiones entre estímulos y respuestas se fortalecen con la práctica y la repetición. Es decir, si tras un estímulo hay una respuesta con un resultado positivo y se repite en varias ocasiones se acabará asociando. De esta manera hay una mayor probabilidad de que esas respuestas se repitan en un futuro.