Desde tiempos inmemoriales, el ser humano persigue el secreto de la longevidad. La edad que tenemos no está marcada solo por el año en que venimos al mundo: esa es la que corresponde a la edad cronológica. Sin embargo, también existe la llamada edad biológica, es decir, aquella que mide el buen funcionamiento de nuestro organismo en relación con la edad que marca en su cartilla de nacimiento. 



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Esta no avanza de la misma forma en todas las personas y es lo que determina por qué a veces escuchamos esos comentarios tan desafortunados —que, por cierto, es mejor no decir— como "¡qué bien se conserva para su edad!" o "los años no han se han portado bien con él/ella".

¿Qué determina la edad biológica?

La edad biológica incluye el estado en el que se encuentran las células, los órganos y la eficiencia de los procesos internos que nos mantienen vivos. Varía dependiendo de cada individuo y de su estilo de vida, genética y exposición a factores ambientales.

Según los expertos, otro factor que hace que envejezcamos a un ritmo más acelerado es la acumulación de células senescentes. Estas, son células dañadas que han dejado de dividirse y ya no son funcionales, pero siguen vivas.

Pueden acumularse en los tejidos y contribuyen al proceso de envejecimiento, segregando sustancias inflamatorias que pueden dañar las células 'buenas'. Con el tiempo, las células del sistema inmunitario envejecen y dejan de funcionar. Se acumulan y he aquí, otra vez, el dilema del envejecimiento. 

Los hábitos para incidir en ella

El genetista David Sinclair, doctorado por la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) y con un posdoctorado del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Estados Unidos) lleva más de dos décadas en busca del secreto de la longevidad y el bienestar a largo plazo del ser humano.

El especialista está a cargo de un laboratorio en la Universidad de Harvard, donde investiga por qué envejecemos. Sinclair presume en sus entrevistas de gozar de una salud envidiable —ha llegado a asegurar que su edad biológica es 10 veces menor que la real y que, a sus 53 años, no tiene canas ni arrugas— y afirma que es posible revertir la edad biológica con dietas y hábitos que podemos aplicar en nuestro día a día.

La primera recomendación del especialista está en el ayuno intermitente. El experto utiliza el popular método 16/8, donde se consumen alimentos en una ventana temporal de 8 horas mientras se ayuna las otras 16. Con respecto a la dieta, Sinclair defiende una alimentación plant-based, es decir, en la que se consuman verduras en las comidas de todos los días. Además, también destaca los efectos positivos del resveratrol, que se encuentra presente en alimentos naturales como el maní, las uvas y los frutos rojos. 

Esas son las recomendaciones del especialista de Harvard para disminuir la edad biológica en tres sencillos pasos, pero no es el único que ha publicado sus consejos. Hace unos meses, un equipo investigador liderado por Kara N. Fitzgerald desde el Instituto de Medicina Funcional de Estados Unidos organizó una rutina de 8 semanas orientada a combatir el envejecimiento biológico en mujeres de entre 46 y 65 años. 

El objetivo del proyecto era demostrar que el sueño, la dieta y el descanso juegan un papel fundamental en la edad biológica. Los resultados del estudio fueron alentadores, ya que las mujeres lograron disminuir hasta en 4,6 años su edad biológica

Entre los alimentos que las participantes debían consumir se encontraban:

  • 2 tazas de verduras de hojas verdes oscuras
  • 2 tazas de vegetales crucíferos
  • 3 tazas de vegetales de colores
  • ¼ de taza de semillas de calabaza
  • ¼ de taza de semillas de girasol
  • 2 porciones de adaptógenos de metilación
  • 1 a 2 remolachas
  • Hígado o suplemento hepático (tres porciones de 3 onzas por semana)
  • 1 ración de huevo (5-10 por semana)

En cuanto a los hábitos saludables especificados en el programa, las voluntarias debían:

  • Hacer ejercicio durante al menos 30 minutos.
  • Practicar ejercicios de respiración dos veces.
  • Dormir al menos 7 horas.
  • Ayunar 12 horas después de la comida.
  • Tomar 8 tazas de agua al día.