Es posible que la mayoría de nosotros tengamos plena confianza en los jardines y las plantas, pensando que son inofensivas. Y es que en alguna ocasión hemos podido ser perfectamente capaces de mordisquear algún fruto o baya que hayamos encontrado por el campo sin tener muy claro si eran comestibles. 

Por ejemplo, cuando alguien tiene un bebé se suelen tapar los enchufes para que no metan los dedos en ellos, pero, ¿por qué no tienen en cuenta las plantas? En EE.UU son 4.000 personas las que resultan heridas por los enchufes, en comparación a las casi 70.000 envenenadas por diferentes plantas.

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Y aunque creamos lo contrario, este tipo de plantas tan peligrosas no están solamente en zonas tropicales, sino que también podemos tenerlas en nuestras propias casas y jardines. Es el caso de la flor de pascua, una de las flores más despreciadas por la reputación que tiene, aunque no es tan venenosa como creemos, simplemente tiene una savia irritante por pertenecer a la familia Euphorbiaceae.

Hay que recordar que muchas de las plantas de interior que tenemos en nuestros hogares son plantas tropicales originarias de selvas de América del Sur y África, ya que aguantan climas con temperaturas entre 10 y 20 grados. A continuación vamos a ver cómo pueden afectarnos muchas de las plantas que podemos tener en casa:

Lirio de la paz (Spathiphyllum spp)

Lirio de la paz

Es una planta originaria de Sudamérica, con flores blancas en forma de vela. Se ha puesto de moda como purificador de aire en las casas. Es la planta que más intoxicaciones anuales causa en Estados Unidos, ya que tiene unos cristales de oxalato de calcio que pueden llegar a provocar tanto irritaciones en la piel y ardores en la boca, como dificultad para tragar y náuseas. 

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Hiedra Común (Hedera helix)

Hiedra común

Esta enredadera suele crecer al aire libre, pero es habitual tenerla en macetas de interior. Su origen está en los bosques húmedos del oeste, el centro y sur de Europa, norte de África y Asia.

Su fruto es una baya negra del tamaño de un guisante y su sabor es lo suficientemente amargo como para disuadir a la gente de comerlas, además de ser bayas venenosas.

Si se ingieren pueden causar desde problemas gastrointestinales graves hasta delirios o problemas respiratorios. En cuanto a la savia que producen las hojas, puede causar irritaciones graves de la piel, incluso ampollas.

Es por ello que esta planta está incluida en la lista de plantas prohibidas o restringidas para su venta al público por razones de toxicidad (BOE de 6 de febrero de 2004) en España, aunque no siempre se cumple dicha legislación en el caso de la Hedera helix. 

Filodendro (Philodendron spp)

Filodendro

Hay más de 700 especies de esta planta ornamental. Hay que tener mucho cuidado ya que todas las partes de esta planta son venenosas por los cristales de oxalato de calcio que contienen. Morder una hoja puede provocar ardor en la boca y náuseas. 

Si se ingiere, es probable que produzca dolores abdominales intensos, y si está en contacto con la piel pueden aparecer reacciones alérgicas graves. Por estos motivos, el Filodendro también está dentro de la lista de plantas prohibidas o restringidas para su venta al público debido a su toxicidad. 

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Dieffenbaquia (Dieffenbachia spp)

Dieffenbaquia

Esta planta tiene su origen en América del Sur y es conocida por su capacidad para inflamar las cuerdas vocales temporalmente y dejar a las personas incapacitadas de habla. Debido a ello, se cree que se utilizaba junto a otras plantas como veneno para poner en las flechas. Y es que contiene rafidios, unos cristales aciculares de oxalalto cálcido en forma de aguja y otras enzimas que potencian su toxicidad.

Entre los efectos que puede causar al ingerirla están las irritaciones graves en la boca y garganta, hinchazón de la lengua y la cara, y problemas estomacales. En cuanto a la savia, irrita la piel y puede provocar sensibilidad a la luz, dolor cuando entra en contacto con los ojos y problemas cardíacos si lo hace con la sangre. El tallo también provoca reacciones, de hecho, esta parte produce las más intensas. 

Esta planta está incluida en la Orden SCO/190/2004, de 28 de enero, por la que

se establece la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por

razón de su toxicidad (BOE de 6 de febrero de 2004) en España.

Disciplinilla de Cuba o árbol de los dedos (Euphorbia tirucalli)

Disciplinilla de Cuba

Esta planta la podemos encontrar en todas las zonas  tropicales del mundo, pero es muy habitual en este tipo de regiones secas de África. Se ha vuelto muy popular en el diseño de interiores moderno debido a su forma llamativa. La savia que contiene es corrosiva, por lo que provoca erupciones cutáneas graves y, en caso de contacto con los ojos, irritación. 

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Cereza de Jerusalén o guindas de Indias (Solanum pseudocapsicum)

Cereza de Jerusalén

Esta planta tiene este nombre debido a su fruto, que se asemeja a una cereza. Habitualmente se vende como una planta de pimiento ornamental, aunque realmente esté más relacionada con la belladona (una especie de arbusto perenne de la familia de los Solanaceae).

Absolutamente todas las partes de la planta tiene alcaloides solanina y solanocapsina, ambos tóxicos alcaloides. Por ello, entre los efectos que puede llegar a provocar se encuentran debilidad, somnolencia, náuseas, vómitos y problemas cardíacos.

Acónito (Aconitum napellus)

Acónito

Esta planta, también conocida como matalobos de flor azul, tiene aconitina, uno de los alcaloides más tóxicos. Esta sustancia paraliza los nervios, reduce la presión arterial y detiene el corazón. Además, el contacto con la piel puede generar entumecimiento, hormigueos e incluso síntomas cardíacos. Tal es el poder que los nazis la utilizaban para envenenar sus balas.

Uno de los problemas de estas plantas es que suelen confundirse con un tipo de hierba comestible, y esto ha provocado muertes en quienes lo han ingerido. Todas las partes de esta planta son extremadamente tóxicas, tanto que los jardineros suelen utilizar guantes cuando tienen que acercarse a ella. Es por ello que está dentro de la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de toxicidad (BOE de 6 de febrero de 20 04), prevista según el artículo 42.2 de la Ley 25/1990, de 20 de diciembre, del Medicamento.