La inteligencia artificial ha dado lugar a la creación de nuevas herramientas en todos los ámbitos, y por supuesto también en el mundo educativo.
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La popularidad y facilidad de uso de estas tecnologías, combinada con las enormes posibilidades que ofrecen, ha dado paso a una serie de herramientas y aplicaciones que obligan a replantear el desarrollo pedagógico.
Desirée Gómez Cardosa y Guillem Garcia Brustenga, expertos en detección y análisis de tendencias del eLearning Innovation Center (eLinC) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), describen las principales tendencias que involucran a la IA en el entorno educativo y que veremos en las aulas durante el año que ahora empezamos.
Una serie de cambios que aportarán nuevas posibilidades de mejora del proceso educativo, pero que también tienen asociados algunos riesgos sobre los que hay que estar advertido.
Avatares y en múltiples lenguas
Uno de los cambios más espectaculares será la generalización de la IA para crear vídeos de avatares, que pueden ser protagonizados por personas reales o ficticias, con un lenguaje natural en diferentes idiomas.
Gracias a herramientas de producción como HeyGen o Synthesia, estas representaciones humanas generadas por computador ayudarán a ofrecer una experiencia educativa más personalizada y accesible a escala global. Por ejemplo, permitirán a los profesores crear avatares suyos que den clase en el idioma nativo de todos los alumnos, aunque en realidad no lo hablen.
Preparación de asignaturas
Otra novedad será la adopción de esta tecnología generativa por parte del profesorado como apoyo para la preparación de asignaturas en diferentes fases del proceso educativo.
Los chats conversacionales, como ChatGPT, y herramientas como ChatPDF ayudarán a planificar el curso, buscar e indexar información, perfilar propuestas metodológicas o sugerir recursos educativos en línea, por poner algunos ejemplos.
Servicios para la educación a través de API
En este sentido, se detecta también un interés por avanzar en la aplicación de la IA en la docencia con la aparición de empresas emergentes especializadas en IA que desarrollan interfaces de programación de aplicaciones (API) dirigidas al campo de la educación.
Se trata de API de las herramientas de inteligencia artificial que buscan ofrecer servicios innovadores y específicos para la educación.
Esto abre la puerta a añadir un grado de automatización a tareas como la creación de contenidos, la evaluación de los estudiantes y la gestión de las clases.
Además, se están desarrollando nuevas aplicaciones que permiten a cualquier usuario crear herramientas educativas de IA personalizadas, cosa que aumenta la democratización de la educación asistida.
Integración en los estudios artísticos
La cuarta tendencia tiene que ver con la integración inevitable de la IA en los estudios artísticos como una herramienta más de creación para elaborar obras innovadoras y, hasta ahora, imposibles o para hacer tareas de asistencia en el proceso creativo.
Midjourney, DALL·E o Runway son algunas de las plataformas que ya permiten trabajar en la creación de imágenes y de vídeo para generar obras de arte visual de alta complejidad y que cada vez son más utilizadas por una base de profesionales especializados en estos ámbitos artísticos que no para de crecer.
Experiencias personalizadas
Además, el aprendizaje adaptativo basado en la IA y en la actuación del estudiante llegará al sector educativo como una fusión de tecnologías avances y metodologías pedagógicas fundamentada en la explotación de datos.
El objetivo es optimizar la educación en función de las necesidades únicas y la evolución de cada estudiante, lo que permitirá crear o adaptar materiales y experiencias de aprendizaje de manera personalizada.
Ahorro de costes y tiempo
Finalmente, la última tendencia tiene que ver con la creación de recursos de aprendizaje de diferentes maneras, cosa que ahorra los esfuerzos de materialización.
Algunas de estas posibilidades son apoyar a la hora de estructurar, idear y crear infografías; generar presentaciones de diapositivas con herramientas como SlidesAI o Tome, o contribuir a la creación de glosarios.
Todo ello ayudará a los docentes a reducir la externalización y los costes, así como a ahorrar tiempo en la elaboración de los contenidos.
"Estamos ante una época emocionante en el ámbito de la educación porque la IA generativa puede abrir las puertas a un aprendizaje personalizado y global. Sin embargo, es imperativo abordar los riesgos éticos que comporta y garantizar la responsabilidad en el uso de estas nuevas tecnologías, así como fomentar la alfabetización en IA y el acceso equitativo para reducir la brecha digital que podría llevar asociada", apunta Desirée Gómez Cardosa, analista de aprendizaje y docencia del eLinC.
Advertencias y peligros
Los autores advierten que, más allá de los beneficios, la automatización de ciertos procesos y la delegación de decisiones en la inteligencia artificial puede comportar algunos riesgos.
Principalmente, destacan una delegación excesiva en la IA de tareas propias de los docentes, el peligro de que los sesgos de los algoritmos afecten a la calidad de los materiales generados y que, dada la ebullición del sector y la aparición de nuevos agentes, los datos personales puedan estar en peligro.
Además, hay riesgos más específicos, como el hecho de que la sofisticación de las herramientas para crear avatares o replicar voces puede dar pie a la desinformación o la suplantación de la identidad, o que la integración de la IA en el proceso artístico cuestiona cómo se establece la propiedad intelectual y puede obligar a redefinir el concepto del proceso creativo.
"Estas tendencias demuestran que la IA generativa puede ser una herramienta muy potente y transformadora, pero también plantea desafíos importantes y no podemos permitir que una dependencia excesiva haga menguar el valor de la interacción humana y el pensamiento crítico en la educación.
Por lo tanto, la colaboración entre docentes, estudiantes y desarrolladores será clave para una integración exitosa de estas nuevas posibilidades en la educación. El equilibrio entre la tecnología y la humanidad será clave para aprovechar plenamente el potencial de la IA", concluye el coautor del análisis, Guillem Garcia Brustenga.